Capitulo 39: "Nacimos para hacer historia...

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Cinco días transcurrieron.

Cinco días en los que unos arduos entrenamientos fueron los responsables del baño de disciplina y trabajo que emanó la vida deportiva de Harry Styles. Estrategias artísticas dignas de sus capacidades, mismas que nuevamente vieron la luz por medio del enfoque que el corazón y su cerebro le ordenaron a sus fríos desplazamientos.

Luke trabajó con él... se empeñó en hacerlo entender que antes de elevar su cuerpo en un perfecto salto, debía primero elevar su mente por medio de la confianza. Confianza en sí mismo. Algo tan sencillo ante la percepción de cualquier otra persona, pero no para Hemmigs , ya que el castaño tuvo una complicada tarea en cuanto a la autoestima artística del rizado. Realmente fue difícil que este cogiera un poco de seguridad para

Sus acciones, esas que repercutirían de manera favorable en su entorno deportivo, debido a que solamente manteniendo una seguridad plena en sí mismo tendría la suficiente tenacidad para enfrentar sus miedos… y en el camino, vencerlos. Y al parecer; a través de los días, esa firme esperanza pareció llegar a la vida de Harry  como la ráfaga de un nuevo aire, permitiendo al chico gozar de sus cualidades deportivas. Estas le gritaban a viva voz el maravilloso patinador que era y lo bien que luciría una medalla de oro colgada en su cuello. Y lo iba a alcanzar, iba a lograrlo gracias a la majestuosa y pulida secuencia de pasos que lo llevaron a perderse en las sensaciones que el sonido del hielo le produjo. Porque Styles padecía de forma grata cada trasiego realizado, con el orgullo rebosando en su pecho a causa de la felicidad de un perfectamente ejecutado triple lutz.

Y ese fue solo el primero de muchos más impecables saltos…

Porque Harry, en menos de cinco días comenzó a recordarlo, pero sobre todo a entenderlo, y en el proceso llevarlo a cabo:

<< Patino por amor al arte... el hielo siempre ha sido mi refugio.>>

Se repitió mentalmente tantas veces esa frase, que fue entonces cuando comenzó a creerla... a sentirla. Y se vio reflejada en cada hora de entrenamiento, en cada gota de sudor derramada, en cada alarido de frustración al sentir como sus pies se enredaban hasta mandarlo al suelo, en cada grito de alegría que le provocaban sus limpios y muy bien realizados. Todas y cada una de esas acciones lo llevaron a creer que podría conseguir algo grande... Algo tan grande como la seguridad.

Harry creyó en sí mismo gracias a la guía de Luke, porque a través de él comenzó a recuperar algo que perdió en algún punto de su carrera: su confianza artística. Y lo que más le llenaba de regocijo era que no solamente estaba volvía la magnífica sensación, sino que también su confianza personal fluía de una mejor manera gracias a todas las satisfactorias sesiones que hasta el momento se concretaron con su psicóloga. A Katya le agradecía la verdadera paciencia durante todo ese tiempo, porque ella supo que el principio no sería nada fácil y el camino sería aún más complicado, pero poco a poco sus palabras fueron surgiendo efectos positivos en él.

Le agradecía a tantas personas por su auténtico avance, pero existía una a quien le debía casi su vida entera... y ese era a su ángel de los ojos azules. Ese hombre que jamás se cansó de apoyarlo; nunca desistió ante los inconvenientes que llegaron a presentarse, porque lo amaba. Louis lo amaba incondicionalmente y no había mejor dicha que esa.

Y después de cinco días de entrenamiento físico y mental... Harry Styles estaba listo para representar a los Estados Unidos en las semifinales de las olimpiadas del patinaje artístico sobre hielo.

23 de diciembre, Ice Hearthstone, 19:50 h.

El ojiverde era el último que faltaba por salir al hielo. Sobre sus hombros portaba la responsabilidad de cerrar con broche de oro esa primera noche de semifinal, siendo ese título una descarga de nervios para todo su organismo. Por lo que caminaba de un lado a otro a través todo el pequeño perímetro del cercano pasillo que conectaba a la cancha, esa que sería testigo de su gran programa. Levantaba sus manos para acomodarse el cabello, luego hacía lo mismo con su traje; después, repetía la misma acción con su cabello. Todo esto bajo la mirada de Luke, quien comía tranquilamente una manzana que había encontrado tirada entre las bancas unos minutos atrás.

Sobre Hielo [ Larry stylinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora