XIV

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La música cambió de género, las notas románticas se empezaron a escuchar y la pareja sonrío con timidez en la pista de baile.

Jungkook se acercó, tomó la cintura de Jimin pegándolo a su cuerpo, por fin podía tocar esa unión entre su espalda y trasero. Nada lo había preparado para la tormenta de sensaciones que solo eso provocaría en él.

Sus miradas se encontraron mientras ambos cuerpos se movían al ritmo de "Fire on Fire de Sam Smith". Ambos corazones estaban eufóricos por tal cercanía y esas miradas dejaron una cálida sensación en ellos.

Jungkook sentía un aire de familiaridad, como si lo conociera de hace tiempo, era algo extraño sentirse feliz y cómodo al lado de ese chico.

Por su parte Jimin, era un manojo de nervios y sentimientos encontrados.
Sus ojos cerrados junto a la cabeza recargada en el pecho del pelinegro, evocaban una avalancha de recuerdos en otro tiempo, le daba miedo, pero sabía que todo era parte de su alma reconociendo y agradeciendo el encuentro con la otra. El golpeteo del corazón y el respirar de Jungkook hicieron que un hermoso recuerdo llegara.


Era fin de semana, la universidad estaba sola y ellos dos se habían escondido en el gimnasio. Estaban sobre las primeras gradas comiendo un poco de kimchi y arroz que había llevado Jungkook para estar más tiempo al lado del rubio. Terminaron de comer, el pelinegro se levantó y le extendió la mano a Jimin, el rubio la aceptó y se abrazaron por largo rato. Jungkook no quería separase de él, así que terminó tarareando una melodía que los hizo mecer sus cuerpos. Bailaron y rieron como lo que eran, dos enamorados que debían esconderse del mundo. Ese día terminaron haciendo el amor en un rincón sobre los abrigos que ambos vestían.


La realidad lo hizo regresar y la balada terminó haciendo que se separaran. Caminaron hacía la barra, bebieron un sorbo de sus bebidas y Jungkook tomó a Jimin de la mano para llevarlo afuera del bar.

Llegaron a la salida y a pesar de ver a lo lejos a varias personas esperando entrar al lugar, no detuvo a Jungkook, que se posicionó frente a Jimin y unió sus labios a los de él. El sabor a whisky se intensificó en ambas bocas haciéndolos gemir bajito ante el tacto erógeno. El pelinegro nunca había sentido tanta emoción en un simple beso.

-Moría por besarte -exclamó Jungkook entre sus labios mientras hacía pausas y continuaba devorándolos. Eran tan delicados y exquisitos, que juraría que podría pasarse la noche entera unido a ellos.

Jimin cerró los ojos por varios segundos, los recuerdos seguían llegando a él.

-¿Jungkook? -escuchó el pelinegro en su espalda.

Molesto, interrumpió el beso y volteó para ver quien se había atrevido a alejarlo de esos dulces labios.

-¿Sun Joon? -preguntó el pelinegro con enfado.

La hermosa chica de cuerpo esbelto y cabello rojizo, estaba con su amante. El estómago del pelinegro se retorció una vez más, pero inhaló profundo y actuó como si nada pasara.

-¿Me estás engañando con éste chico Jeon? -preguntó la chica con una cara de indignación que podría convencer a cualquiera, pero no a Jungkook.

-¿Lo dices en serio?, hace unas horas te estabas revolcando con Hwan Yangmi en nuestra cama, ¿creíste que no me daría cuenta?

La cara de indignación desapareció del rostro de la chica, dejando asomar el miedo, sabía que Jungkook era callado, pero vengativo.

-¡Oh!, querido, solo le pedí a Hwan Yangmi que me trajera a distraerme un rato, por eso le pedí que fuera al departamento.

Jimin veía la escena con coraje y pensó en ayudar al pelinegro de alguna manera.

-Si me permites, voy a disfrutar de Jungkook en un lugar más privado, tú continúa divirtiéndote con tu amante -Jimin fue el que habló dejando pasmado a Jungkook y a la chica, mientras jalaba su brazo para llevarlo lejos de ahí.

El guardaespaldas se apresuró para apartar a Jimin de su jefe, pero éste le hizo una seña con la cabeza para que lo dejara.

Los sentimientos de coraje hacia Sun Joon se habían esfumado como magia y se habían abierto paso los de ternura hacía ese chico ocurrente.

Dejaron el bar atrás y se sentaron en la banca de un parque.

-Lo siento si hice algo indebido, pero sentí coraje y quise que sufriera por haberte lastim....

Jungkook sonrió, tomó el rostro de Jimin entre sus manos y lo calló con sus labios. Lo que hizo había sido una dulce y tierna locura.

Después de un largo beso, se separaron suspirando sin querer romper el momento.

-Está bien, no te preocupes, teníamos un tiempo juntos y hoy descubrí que me estaba engañando.

Jungkook se sintió protegido y le encantó la sensación. Se dio cuenta que el rubio no solo poseía un bello cuerpo, también tenía una hermosa forma de ser.

Jimin se levantó para sentarse sobre los muslos de Jungkook.

-Obtengamos venganza juntos -susurró mientras enredaba sus dedos en el cabello negro y lo veía a los ojos- déjame hacerte feliz ésta noche -dijo al mismo tiempo que lo besaba y hacía pausas para completar la oración.

-Acepto encantado -respondió Jungkook correspondiendo a sus múltiples besos, mientras acariciaba por fin su lindo trasero. Nunca se había sentido tan feliz en su miserable vida.

Se levantaron de la banca y sonrieron tomados de la mano.

-Déjame llevarte a mi departamento -pidió Jimin.

Jungkook se sonrojo como si fuera un adolescente y no un mafioso. Asintió y se dejó llevar con una enorme sonrisa en su rostro.


La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora