LVII

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—Bueno chicos, voy a hablar con Yoongi, espero que me dé la oportunidad de despedirme de Jimin y Mi Rae.

—Ve, aquí estaremos —dijeron Namjoon y Hoseok.

Jungkook asintió y salió de la biblioteca para buscar a Min Yoongi.

Lo encontró vestido de civil frente al orfanato. Caminó hacia él, mientras su corazón se iba apachurrando al saber que estaría lejos de las personas que amaba.

—Hola oficial.

—Hola Jungkook.

—¿Podemos hablar en algún lugar? —preguntó Yoongi.

—Claro, vamos allá —Jungkook apuntó una banca, cerca de varios árboles.

Un pequeño salió del edificio corriendo hacía Jungkook, antes de que se dirigieran al lugar.

—!Koo! —gritó el niño, extendiendo los brazos hacía el pelinegro.

—¡Baek!, ¿sigues creciendo? —preguntó Jungkook tomando al niño en los brazos, haciendo cara de asombro.

—Ti —respondió sonriendo como siempre.

—Baek, debo platicar con mi amigo, ve con mi nana y pídele un dulce para mí —acercó la mano a su orejita para decirle algo en secreto— te lo comes —bajó su mano— ¿de acuerdo?

—Ti —respondió el pequeño sonriendo y mostrando sus dientitos.

Jungkook bajó al niño de los brazos, mientras Yoongi estaba sorprendido de esa faceta que desconocía del mafioso.

Llegaron a la banca y ambos se sentaron.

—¿Qué es éste lugar Jungkook?

—Un orfanato.

—¿Quién es tu nana?

—La mujer que me vio crecer y me cuidó cuando me abandonó mi madre.

—¿Aquí creciste?

—Sí, antes el orfanato estaba en la ciudad, pero era muy pequeño el lugar. Cuando crecí y empecé a ganar dinero, compré este lugar que era una universidad y la acondicioné para que todos esos chicos crecieran de forma adecuada —apuntó a varios niños jugando y corriendo por el llano.

—¿Pero por qué no he escuchado sobre éste lugar?, ¿los apoya el gobierno o como se mantienen?

—Yo me hago cargo de todos los gastos, desde lo que usa cada niño, su alimentación y la contratación del personal que le ayuda a mi nana, entre otras cosas.

—Vaya, sí hubieras podido elegir algo diferente en tu vida, ¿qué hubiera sido?

—Creo que nada, no estoy orgulloso del trabajo que tenía, porque gracias a eso, ellos ahora tiene un techo digno donde crecer, además, gracias a esa mujer —apuntó a Mi Rae a lo lejos— pude estudiar una carrera. Así que debía atribuirle todo lo que había hecho por mí, aunque tal vez, sí hubiera deseado conocer mucho antes a Jimin, ese chico maravilloso hizo que me replanteara el seguir haciendo el trabajo sucio.

—¿Ósea que si él te lo pidiera dejarías de ser un mafioso?

—No, ya he dejado de ser un mafioso y mis amigos también lo han hecho, ellos también encontraron a parejas maravillosas, que los han hecho dejar todo atrás.

—¿Qué carrera cursaste?

—Estudié una maestría en lenguas extranjeras, soy maestro.

Yoongi abrió su boca impresionado por lo que acababa de escuchar.

—¿Qué idiomas estudiaste?

—Me especializo en japonés, inglés y español.

—¿Te gustaría ejercer tu profesión?

—Muero por hacerlo, desde que conocí a Jimin, muchas cosas fueron cambiando en mi interior, como el deseo de pararme frente a los jóvenes y enseñarles algún idioma de forma divertida.

—Vaya, es un oficio muy respetado.

—Lo sé.

—¿Has recordado lo del día del tiroteo?

—Sí, todos los recuerdos que habían desaparecido, al fin regresaron.

—Dime, ¿por qué salvaste a mí hermano?

—Porque vi el terror en tus ojos. Yo crecí sin conocer el amor de un padre, una madre, o de algún hermano. No tengo la más mínima idea de la clase de sentimientos que hay en ese círculo, pero cuando te vi, algo me empujó a tomar a tu hermano y hacerlo a un lado para que no lo matara Lee. En el fondo, quería que no pasaras por la pérdida de un ser querido. Lamentablemente ahora no está tu madre contigo, pero tienes a un hermano y te aseguro que muchos lo envidiamos.

Yoongi estaba impresionado por la forma de hablar de Jungkook, no era el clásico hombre altanero y rebelde que representaba a la mafia. Entendía que solo era un ser humano que había sido abandonado por su propia madre y había tenido que valerse por sí mismo. Además, fue agradecido con quien lo vio crecer y aprendió que a veces se toman caminos equivocados

—Bueno, es hora de partir.

—¿Me dejarías despedirme de Jimin y mi nana? —le preguntó Jungkook a Yoongi.

—No, Jungkook.

—Está bien, vámonos —contestó derrotado.

—Jungkook, gracias por salvar a mi hermano y por demostrarme que tu vida cambiará para bien. No te llevaré preso. Un hombre que ha luchado en la vida, como tú lo has hecho y ha sido generoso con tantos pequeños, merece una segunda oportunidad.

Jungkook no podía creer lo que estaba escuchando.

—Pero, me tienen fichado como un mafioso que hay que capturar.

—Ya no más, hice que Junseo Lee, cargara con todo. Ahora no hay nada que se te pueda comprobar y por lo que veo, tampoco en un futuro. Se feliz Jeon Jungkook, lo mereces.

Las lágrimas de Jungkook rodaron por sus mejillas, jamás habría imaginado que algo así le sucedería. La vida le estaba dando una segunda oportunidad y tenía claro, como sería su vida a partir de ahora.

—Gracias Yoongi.

—Mi deuda contigo está saldada, ahora está en tus manos aprovechar y disfrutar cada día del resto de tu vida. Buena suerte Jeon. Adiós.

Yoongi se fue de ese lugar, satisfecho, estaba seguro que ese hombre tomaría el camino correcto rumbo a su propia felicidad.

La vida es impredecible, las deudas se saldan y las recompensas por tus buenos actos llegan tarde o temprano.

"Ser una buena persona es como un tipo de inversión a largo plazo, nunca falla, en algún momento descubrirás las ganancias".


La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora