XXIII

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—Lo que yo hago por el orfanato no es nada en comparación a lo que tú hiciste por mí, nana —comentó Jungkook.

La mujer se acercó al peli negro y se sentó en una de las sillas del lugar.

—¿Recuerdas cuando llegaste conmigo?

—Como olvidarlo, fue un momento difícil para mí, pero siempre me llenaste de mimos y palabras de aliento, hasta pude estudiar la carrera que tanto deseaba gracias a ti.

—Cuando llegaste, no parabas de llorar, a veces mis brazos no eran suficientes para calmarte, pero llegaba un pequeño y te abrazaba para llenarte de besos, ¿lo recuerdas?

Jungkook buscó en sus recuerdos y lo encontró. Él era mayor que ese pequeño, ese niño siempre se preocupaba porque no llorara, cuando le sonreía se divertía al ver como sus ojos se cerraban por completo. Se volvieron algo cercanos, pero de repente dejó de verlo.

—¡Si lo recuerdo nana!, era muy cariñoso, siempre andaba con otro niño tras de mí checando que no llorara y siempre trataba de hacerme reír, ¿qué pasó con él?

La mujer suspiró —era Jimin.

—¿Jimin? —sorprendido, Jungkook sonrió como bobo, mientras su nana afirmaba con la cabeza.

Hacía unas cuantas semanas, Jungkook volvió a vivir esa parte dulce y loca de la personalidad de Jimin. No había más dudas, la vida le estaba poniendo a ese chico en su camino.

Por primera vez pasó por su cabeza, la idea de que el rubio pudiera ser su alma gemela. No creía en esas cosas, pero era inevitable negar que siempre había algo que lo conectaba a él. Eran demasiadas casualidades.

—Estoy segura, que hubieran sido los mejores amigos si no lo hubieran adoptado tan pronto.

Jungkook afirmó moviendo su cabeza, recordando al rubio.

Después de revivir varias anécdotas por dos horas más, se despidieron. El pelinegro subió a la camioneta y se puso en marcha junto a su guardaespaldas.

—Woo Jun, por favor pide a Namjoon que contrate a alguien para seguir a Jimin y a Lee, quiero saber cada cosa que hagan.

—Sí, señor.

🌓


—¿Me mandaste llamar padre? —preguntó Jimin entrando a su oficina.

Su secretaria se levantó rápido de las piernas del señor Park, bajó su falda, arreglo su cabello y se fue a hacer como que acomodaba documentos en un archivero.

No era algo nuevo para Jimin encontrarlos en posiciones comprometedoras y a su padre no le importaba ser descubierto.

—Sí, toma asiento.

¿Pasa algo?

—Hoy te irás a vivir con Lee a un departamento que compró para ti. Ve a casa y empaca todas tus cosas. Lee y yo pensamos que sería bueno que convivieran antes de la boda para que se conozcan mejor.

Jimin apretó los puños y mordió su labio inferior para no llorar. Ese hombre realmente le provocaba miedo, ¿cómo iba a vivir con él?, apenas se estaba haciendo a la idea que se casaría en 4 semanas.

—Padre, mírame a los ojos.

—El hombre obedeció y lo vio fijamente.

—¿He sido un mal hijo?, ¿por qué me haces pasar por esto?, sabes que ese hombre es mayor que yo y no lo amo.

—Has sido un buen hijo, por eso te vas a casar con Lee, él te cuidará y nos ayudará a que la empresa se vuelva más fuerte —hizo una pausa— hay ocasiones en las que se deben hacer sacrificios.

Y con esas palabras Jimin entendió todo.

—Bien, entonces me retiro padre, voy a hacer las maletas —hizo una reverencia y se dirigió a la salida.

—Solo déjate hacer lo que Lee quiera para que estés bien, igual y te gustan los hombres, no te será tan repugnante.

Jimin tragó el nudo en su garganta, afirmó con la cabeza y salió del despacho de su padre rumbo al suyo.

Entró, cerró la puerta y comenzó a llorar con todas sus fuerzas, su pecho dolía ante la opresión que sentía, le empezó a faltar el aire, su corazón se aceleró y un mareo lo hizo perder el equilibrio.

—Jimin, que pasó con.... —Tae se dio cuenta que su amigo estaba en el suelo y corrió hacia él- Jimin, ¿qué te pasa?

Su amigo no podía hablar por el llanto, temblaba y arrugaba su saco en un llamado de auxilio. Sabía que no estaba bien y necesitaba atención médica. Lo abrazó fuerte para darle un poco de calma.

—Tranquilo.

Con su mano libre, tomó el celular del saco y marcó poniéndolo en su oído.



Taehyung
Jung, sube al despacho de Jimin rápido y ayúdame con él para llevarlo al hospital.

Chofer
Voy de inmediato joven.

Colgó, guardó el teléfono y abrazó a su amigo mientras lo mecía como a un bebe.

—Vas a estar bien amigo, sé que algo pasó con tu padre, pero ten la seguridad que yo te cuidaré, así que intenta respirar y cálmate.

Llegó el chofer de Tae, cargó a Jimin en sus brazos y lo llevó al auto para salir los tres rumbo al hospital.

🌓

—¿Cómo está mi amigo doctor? —preguntó Tae al hombre de bata que salía de la habitación.

—Tuvo un ataque de ansiedad, seguro pasó por algo muy fuerte que lo desencadenó. Le pusimos oxígeno y una vía endovenosa para administrarle un sedante, estará dormido por unas dos horas aproximadamente, pero va a estar bien.

—Gracias —hizo una reverencia.

—Yo vendré en 2 horas para checar su evolución.

—¿Puedo estar con él?

—Claro, adelante.

Tae hizo otra reverencia y entró a la habitación.

Vio a su amigo dormido con una mascarilla de oxigeno y la endovenosa que mencionó el médico. Se sentó a un lado y lo observó por largo rato, le dolía verlo en ese estado.

Decidió no contarles a los Park sobre lo que sucedió, sabía que realmente no se preocupaban por él.

Su cabeza daba vueltas buscando alguna salida para ambos, pero no tuvo suerte. Suspiró y solo se quedó en silencio acompañando a su amigo.

La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora