L

969 129 1
                                    

El sol y la luna aparecieron y se ocultaron conforme pasaban los días. Tres semanas de una extraña quietud habían pasado.

Los negocios de Jungkook estaban a cargo de Namjoon y Hoseok. Ambos podían tomar decisiones a ese respecto y el pelinegro estaba más que agradecido, porque gracias a eso, ya estaba recuperado casi en su totalidad. Hoy por fin tenía la aprobación del médico, para regresar a su rutina. Mi Rae pasaba mucho tiempo con él platicándole de todo, para hacer trabajar a su cerebro. Aún no recordaba lo que había vivido con Jimin, ni tampoco el día en que lo hirieron. Se sentía ansioso, cada vez que su corazón brincaba cuando mencionaban al rubio, pero no podía hacer nada, parecía que esos recuerdos habían abandonado para siempre su cabeza.

Por su parte Jimin y Taehyung estaban viviendo tranquilos en el departamento de Hoseok, él los visitaba todos los días. Los tenía al tanto de lo que pasaba con Jungkook y en la empresa de sus padres. Habían contratado a un infiltrado en la empresa de Kim & Park Technology, así que día a día descubrían más cosas turbias que esa gente ejecutaba. Cada vez tenían más pruebas físicas que los ayudarían a ver caer a los Kim, los Park y Lee.

Tae y Hoseok se habían convertido en una pareja. El corazón de Hoseok empezó a latir por ese chico que lo había hecho abandonar sus desenfrenadas aventuras sexuales. Solo deseaba estar al lado de Tae, por fin podía sentir lo que era estar enamorado y ser correspondido.

El funeral de la madre de los hermanos Min, se llevó a cabo con un Yoongi devastado y un Sang en silla de ruedas, desconsolado por no haber podido despedirse de ella. Ahora ambos estaban trabajando normalmente, pero con un propósito en común que estaba oculto para los demás, matar a Lee.

Los Park y los Kim seguían con su rutina en la empresa. Habían dejado a cargo en su totalidad a Lee, todo lo que tuviera que ver con sus hijos. Nunca los amaron de verdad. Los necesitaban para ser esposados por los dos accionistas que iban a inflar la empresa de dinero y tapar los negocios sucios que tenían al lado del mafioso. Estaban siendo pacientes y sabían que tarde o temprano, ese par regresaría con ellos.


—Cha, es hora, reúne a mis hombres, hoy iremos por alguien muy especial —dijo Lee mientras se bajaba de su jet privado con el celular en su oreja.

—Estarán listos cuando llegue a la bodega señor.

Lee colgó, mientras Moon abría la puerta de la camioneta para que entrara su jefe.

—¡Espera! —gritó alguien que bajaba corriendo del jet.

Lee abrió la puerta, siendo sorprendido por Hyeon Jo, que se subió a horcajadas a su regazo.

—Vas a llamarme pronto, ¿verdad? —el chico le susurró al oído restregándose sobre él.

—Por supuesto precioso, ahora debes dejarme trabajar.

El rubio asintió, se acercó a sus labios y lo besó. Habían pasado una semana juntos en Japón, después de que el rubio abandonara a Han GiJung. Lee se obsesionó con el chico y lo siguió buscando cada vez que necesitaba follar. Ambos estaban disfrutando del sexo como nunca antes, solo eso.

—Nos vemos luego amor, no tardes en llamar —dijo Hyeon Jo bajando de su regazo y saliendo del vehículo.

—Andando Moon —ordenó a su guardaespaldas.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Oye Jimin, ¿y si nos vamos y estudiamos lo que deseábamos en otro país? —preguntó Tae de repente, mientras mordía el sándwich que había preparado para comer.

—¿Dejarás a Hobi solito? —cuestionó Jimin sorprendido con media galleta dentro de la boca.

—Yo sé que él me seguiría al fin del mundo, aunque no sé que pienses tú. Jungkook aún no te recuerda y no me gusta verte sufrir. Por otro lado, me preocupan esas malditas pesadillas que regresaron para dejarte sin aliento cada mañana. Quiero que busquemos algún psicólogo, psiquiatra o tal vez a otro chaman para que te ayude con eso.

Jimin suspiró y dejó lo que quedaba de la galleta a un lado.

—Es extraño que las pesadillas regresaran, al siguiente día que Jungkook despertó —comentó el rubio pensativo.

—Cierto, tal vez su alma tampoco te recuerda.

Jimin se quedó estático con la mirada perdida, nadie se podía imaginar el impacto emocional de encontrar a su alma gemela y luego perderla.

—No te pongas triste, mejor escucha otra idea que se me acaba de ocurrir —dijo Tae rompiendo el abrazo que le había dado a su amigo como consuelo.

—¿Otra apuesta?

—Na, ¿qué te parece si conquistas a Jungkook desde cero?, tú eres hermoso en cuerpo y alma, seguro caerá rendido a tus pies y le podemos pedir ayuda a mi Hobi.

Jimin sonrió como bobo, al imaginarse reconquistando al amor de su vida, no era mala idea. Su corazón latió gustoso, al sentir un calor abrazador que lo llenaba de esperanza.

—Sí, Tae, quiero hacerlo.

—¡Huuuuy!, que emoción, muero por planear el primer encuentro casual —Tae gritaba y saltaba tal cual niño que le acaban de conceder un deseo.

—¿Y si mejor me vuelvo mafioso? —preguntó Jimin creyendo que era una buena idea.

—¿En serio?, estás jugando ¿cierto?

—¿Qué tiene de malo?, ya me vi. Vestido de traje, con una pistola en mi pantalón y viendo a la gente como si fuera terrible.

—Jajaja, no creo que funcione, hasta risa me dio al imaginarte.

—Hay ya, no se puede contigo.

Tae moría de risa tocándose el abdomen por tanto esfuerzo al reír, mientras Jimin lo veía serio con los brazos cruzados.

En ese momento se escucharon unas llantas quemar el asfalto afuera del departamento. Ambos amigos se voltearon a ver sorprendidos.


La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora