XV

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Emocionados, Jungkook y Jimin, buscaron un taxi como un par de enamorados en busca de su primera noche juntos.

Una vez arriba del vehículo, Jimin le dio instrucciones al conductor de como llegar a su departamento. Jungkook estaba perdido viendo al rubio, ni en sueños imaginó dejarse llevar de ese modo, ¿un mafioso heterosexual rendido a los pies de un chico?, sí, Jungkook sonrió en secreto, tomó la mano de Jimin y la besó. Varios sentimientos habían nacido en su pecho y no podía hacer nada más que dejarse arrastrar por ellos.

A los pocos minutos de viaje llegaron a su destino, bajaron y el rubio pagó sin dejar al otro hacerlo. Tomó de la mano al pelinegro y lo llevó dentro del lujoso edificio.

Al entrar al departamento y después de cerrar la puerta, Jimin lo llevó a un sillón de la gran sala. Lo empujó suavemente para que se sentara. Se subió a horcajadas sobre sus piernas y con ambas manos tomó su rostro.

—Eres hermoso Kookie —las mejillas de Jungkook se tiñeron de rojo.

Un mafioso siendo seducido por un tierno chico, vaya locura. Y es que en éste punto, Jungkook se estaba derritiendo como hielo al sol ante la forma de actuar del chico. Se sentía como un adolescente y la sensación dejaba un delicioso cosquilleo en su estómago.

—Tú eres el hermoso aquí Jiminssi.

Los ojos de Jungkook recorrían el rostro del rubio, necesitaba dejar grabada la imagen del lindo chico en su cabeza. Acarició sus labios con los dedos, nunca había deseado unos como un maldito loco, se acercó a ellos, abrió un poco su boca y los besó. Nunca tendría suficiente de esa delicada y húmeda textura.

Sollozaron quedito por varios segundos, Jimin sabía el porque, pero Jungkook era ajeno a que estaba frente a su alma gemela, por la que había muerto de amor en su vida pasada. Estaban emocionados, pero también había algo de dolor en ese beso.

De pronto, una ráfaga de felicidad los empezó a llenar por completo y ninguno pudo frenar la excitación que ese beso ahora estaba provocando. Sus lenguas se enredaron y los gemidos empezaron a salir de sus bocas.

El estómago de Jimin parecía tener mariposas revoloteando, era algo extraño y nuevo para él. Nunca se había enamorado, pero entendía que su alma estaba emocionada por tener así de cerca al amor de su vida. Estaba consciente que para él no sería solo sexo, como posiblemente lo sería para el otro. Haría el amor, cosa que lo asustaba un poco y ahora entendía porque nunca se había sentido atraído por nadie, su cuerpo había sido reservado solo para Jungkook.

Después de varios minutos, Jimin interrumpió el beso y tomó al pelinegro de la mano para llevarlo a otro lugar del departamento.

Llegaron a una recámara donde todo se veía en perfecto orden y con un hermoso diseño minimalista. Jimin fue tomado por los fuertes brazos y llevado a la cama al estilo princesa. Sus mejillas ardieron ante la romántica escena que había deseado, gracias a su Fanfic favorito.

Jungkook no había tratado con tanta delicadeza a alguien solo para tener sexo. Era todo un caballero al acercarse a alguien, pero una vez cerca, era rudo y no le importaba si las lastimaba. Él satisfacía sus más oscuros y sucios deseos, para luego dejar a las chicas como un objeto que se usa y se desecha, a excepción de Sun Joon, que recibía un buen trato, gracias al cariño que le tenía.

Pero había una sensación extraña con el rubio, no podía tratarlo como a todas, sentía que debía cuidarlo y ser delicado con él aún cuando lo acababa de conocer. No sabía el motivo, pero tenía la necesidad de tratarlo como la cosa más valiosa que sus manos habían tocado.

Era consciente que el chico estaba moviendo el piso bajo sus pies, así que trataría de enfocarse a solo tener sexo y desaparecer sin llevarse algún sentimiento. No deseaba tener algo serio con nadie nunca más, pero en el fondo, sabía que ese hermoso chico había tocado algo que nadie había logrado, su corazón.

No resistió más el impulso y lo tomó de la cintura, para sentarlo sobre sus piernas. Sus manos acariciaron su cabello y se quedaron en su rostro. El momento era hermoso. Bajó a su pecho y desabotonó con toda calma su camisa, mientras besaba su cuello. Retiró por completo la prenda, dejando pequeños besos en su hombro. Bajó a su pecho y su lengua se quedó jugando por varios segundos en sus pezones.

—¡Oh!, Kookie.

Esa suave voz llena de excitación provocó que Jungkook cerrara los ojos para calmar su impulso y no poseerlo de una vez.

Jimin se dejó por un momento, para luego él mismo desabotonar la camisa de Jungkook, besó su cuello despacio, sin prisa. Recorrió con sus manos el tatuaje de su abdomen, era grande y lucía sexy al lado de sus músculos trabajados. Sus pequeñas manos se movieron a su gran espalda trazando líneas, mientras rosaba sus pomposos labios por los hombros hasta llegar a su oreja para atrapar su lóbulo con ellos.

El pelinegro gimió. Lo tomó de la cintura y en un movimiento lo recostó dejándolo bajo su cuerpo.

—No puedo esperar para hacerte mío Jiminssi —le susurró al oído.

—Pues no esperes más Kookie.

Sus miradas se encontraron, ambos sonríeron y se besaron con un deseo que ya no podía ser postergado.

Jungkook interrumpió el beso, desabrochó el pantalón del rubio, bajó el cierre, metió sus dedos por la orilla y lo deslizó hacía abajo junto a su ropa interior. La erección que se encontró hizo agua su boca y aumentó su propia dureza.

Ambos quedaron desnudos después de que Jungkook retirara todas sus prendas.

—En esa cómoda hay lubricante y preservativos —señaló Jimin con algo de vergüenza.

Jungkook sonrió y abrió el cajón para tomar ambos artículos. Embarró un poco de gel entre sus dedos y abrió las piernas del rubio para penetrar su entrada suavemente con un dedo. Su otra mano tomó el miembro erecto y acercó su lengua para lamer toda su extensión, lo metió a la boca y lo degustó sin pudor.

Jimin estaba hecho un lío de gemidos.

El dedo del pelinegro entraba y salía a un ritmo delicioso. Continuó el dulce va y ven con otro dígito, mientras su boca seguía ocupada con el duro falo.

Ya no podía ser paciente, sacó el miembro de su boca y ahogó los quejidos de Jimin con sus labios, mientras introducía un dígito más.

El cuerpo de Jimin se estremeció, solo deseaba ser tomado de una vez.

Jungkook retiró los dedos, se levantó y se masturbó un poco para colocar el preservativo.

Jimin se perdió en la erótica escena, el miembro que admiraba era grande y moría por tenerlo dentro. Abrió más sus piernas y observó atento como Jungkook se acercaba y acariciaba su entrada con la punta del glande.

El pelinegro acarició los muslos del rubio, abrió sus nalgas y lo penetró lentamente, mientras ambos suspiraban con los ojos cerrados.

Sus latidos fueron en aumento, la piel de Jimin se erizó en toda su extensión y apretó las sábanas para calmar la oleada de excitación.

Entre besos y caricias, esperaron un momento a que sus cuerpos se acoplaran. La nariz de Jungkook rozó el cuello de Jimin, dejando un dulce aroma a lilas en sus fosas nasales, inhaló por varios segundos, mientras sus sentidos parecían intensificarse con la acción.

El sentirse deseado y ser poseído con cuidado, había sido la mejor experiencia que Jimin podía haber tenido en su primera vez. Solo pensaba que todas ésas ráfagas de emociones las debía atesorar, como lo mejor que le pudo pasar en la vida. No sabía si el pelinegro se quedaría a su lado y lo peor era que no podía mencionarle nada sobre lo que vivieron juntos en el pasado. En el fondo de su ser presentía que probablemente no volvería a verlo y por varios segundos se lamentó, pero hizo a un lado ese pesar y disfrutó lo que su cuerpo estaba sintiendo.

Jungkook movió su cadera para rozar una y otra vez, las paredes de esa dulce entrada. Estaba hipnotizado por la forma en que sus cuerpos se unían naturalmente.

La vista que el pelinegro tenía, era obscena y caliente. Jimin estaba con los ojos cerrados, su lengua lamía los labios y gemía sin control. Todo parecía irreal y se lo repetía constantemente, porque su pecho estaba lleno de un sentimiento, tan fuerte que hizo erizar su piel más de una vez.

El roce de los cuerpos, chasquidos y gemidos llenaron esa habitación por varias horas.


La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora