XXXIV

1.1K 160 5
                                    

El pelinegro y el médico, caminaron por la biblioteca hacía un sillón cerca del mini cine del lugar. Jungkook se sentó, al tiempo que se subía la manga de la camisa dejando descubierta la herida.

El doctor acercó una silla para sentarse, abrió su maletín y se puso unos guantes para revisarlo.

—Los golpes de Jimin, no fueron graves y al paso de los días sanarán. Te dejaré una receta por si tiene dolor, pero lo que me preocupa es su estado emocional.

Jungkook dejó de ver como limpiaba la herida, para voltear a ver al médico.

—Desde muy joven, él padece de ataques te ansiedad. Estos se presentan cuando se experimenta de forma súbita, una sensación de miedo o angustia incontrolable y se acompaña de varios síntomas físicos. Así que es importante darle tranquilidad y alejarlo del estrés. Sé que probablemente será difícil mantenerlo lejos de los problemas, pero puedes distraer a su cabeza pidiéndole ayuda en el orfanato. Aún así debes estar atento a los síntomas.

—¿Cómo sabré sí está por tener un ataque?

—Él sabe identificarlos y hace lo posible por controlarlos, pero no siempre se pueden evitar. Lo que tú puedes ver son: la sudoración, mareos por el aumento de los latidos de su corazón, sensación de ahogo y pueden sentir presión en el pecho.

—Pero el desmayo que tuvo hoy, ¿fue por los golpes o por un ataque de esos?

—Que alguien lo golpeara e intentara abusar sexualmente de él, seguro lo desencadenó. No es como que dan a diario, a veces es por el estrés acumulado y otras por un evento que puede poner en peligro la vida —le platicaba mientras buscaba el material que necesitaba, dentro de su maletín.

El médico le hizo curación donde estaban los dos puntos de sutura. Le puso dos vendoletes con un pegamento especial y colocó una venda arriba de la gasa alrededor del brazo.

—¿Hay algo que pueda hacer para ayudarlo a evitar esos ataques?

—No, pero su ansiedad puede disminuir un poco, cuando empiece a encontrar un poco de paz. Todos padecemos ansiedad en muchos momentos de nuestra vida, pero hay personas como Jimin que a veces no pueden manejarla. Pedirle que respire profundo y se tranquilice al comienzo de un ataque puede ayudar.

Jungkook asintió, ¿cómo podría ofrecerle una vida tranquila a Jimin, sí en su día a día había mucho estrés? Suspiró y bajó la cabeza sintiéndose un poco derrotado.

—Debes de dejar de hacer esfuerzos o nunca cerrará la herida.

—Me cuidaré y me haré cargo de Jimin, gracias por venir.

—Cualquier cosa que necesites, sabes como encontrarme.

—Gracias Lim.

—Voy a llevar al médico y regresaré a casa. Si necesitas algo me avisas. Mañana te entrego el medicamento que le recetó a Jimin —habló Hoseok acercándose cuando el médico guardaba su material en el maletín.

—Gracias Hobi, estaremos bien, no te preocupes.

Los hombres salieron del lugar y Jungkook regresó a la habitación.

Jimin sonrió complacido, al ver el brazo de Jungkook vendado.

—¿Te duele? —Jimin señaló el brazo de Jungkook.

—No, ni sentí que sangró —levantó sus hombros.

—Mentiroso —entrecerró los ojos.

—¡En serio! —dijo Jungkook sonriendo al ver el gesto en su cara.

—Te voy a creer si me platicas todo lo que pasó.

—Es de madrugada, ¿qué te parece si duermes un poco?, después del desayuno tendremos esa larga platica, ¿de acuerdo?

—Pero ya no podré dormir con todo lo que pasó.

—Acuéstate y muévete un poco para que puedas darme espacio.

Jimin abrió sus ojos grandes.

—No te haré nada malo, solo hazlo.

Jimin confió, se movió hacia el centro de la cama, se acostó de lado quedando frente a él y se arropó hasta la nariz.

Jungkook sonrió viendo todo lo que el rubio hizo, tomó un muñeco que siempre tenía en un buró y se lo entregó.

—¿Y esto? —preguntó Jimin sonriendo.

—Te lo voy a prestar, es muy preciado para mí, abrazalo y disfruta de la paz que te dará.

—¿Te lo dio alguien especial?

—Sí, Baek, me lo regaló, él es alguien muy importante en mi vida, mañana lo conocerás.

Jimin sintió un poco de celos de ese tal Baek, pero dejó a un lado ese sentimiento y abrazó al muñeco con el mismo cariño con el que Jungkook se lo prestó.

El pelinegro se acostó recargándose en la cabecera de la cama, metió sus dedos entre los cabellos de Jimin suavemente y masajeó su cabeza con la yema de los dedos.

—Cierra los ojos —pidió con ternura.

El rubio obedeció aferrado al muñeco.

—Hace mucho tiempo, en el fondo del mar, la hija del rey del mar enfermó gravemente. Los médicos no podían curarla, hasta que finalmente sugirieron que, para poder curarla de su mal, tenían que darle de comer hígado de conejo. El rey mandó llamar a la tortuga, porque es un animal que vive en el mar, pero puede salir a tierra firme.

Jungkook seguía acariciando el cabello del rubio mientras relataba el cuento. Después de varios minutos, vio que se había quedado dormido, aprovechó la oportunidad y dejó un beso en una de sus mejillas. Sus ojos empezaron a cerrarse también, la tranquilidad del lugar y la compañía, eran lo más relajante que había tenido en mucho tiempo. Sus párpados cedieron y cayó dormido a un lado de Jimin. Ambos se quedaron en la misma posición por varias horas.

En la gran bodega estaban Lee y su guardaespaldas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En la gran bodega estaban Lee y su guardaespaldas.

—Moon, busca las grabaciones de las cámaras que colocamos al frente del departamento.

—Sí, señor —el hombre salió de la bodega y regresó con lo que su jefe había pedido. Estiró su mano y le entregó una Tablet.

Lee estaba atento viendo las imágenes del video. Llegó al momento en que sus hombres fueron abatidos, sin razón alguna. Siguió observando, vio cuando él y Moon salieron a toda prisa en la camioneta. Minutos más tarde observó como Jungkook bajaba de un vehículo, para luego hablar con los hombres que se encontraban ahí. Descubrió como sacó a Jimin del departamento y se lo llevó.

—Interesante —dejó la Tablet a un lado y sonrió.


La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora