LVIII

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SEIS MESES DESPUÉS...


—Amor, es hora que te levantes, recuerda que hoy es día de exámenes —se escuchó en un susurro.

—Ya sé, pero soy el maestro —habló Jungkook con los ojos cerrados— puedo llegar un poco tarde —bostezó— y darles oportunidad a que repasen los que no estudiaron —arrastró las últimas palabras con pereza.

—Entonces, ¿podría darme una asesoría rápida profesor? —Jimin sonrió en la espalda del pelinegro esperando su reacción.

Un minuto había pasado sin obtener respuesta, pero no dejaría que se quedara dormido, así que volvió a atacar.

—Dicen que el sexo al despertar es mucho más efectivo que el café, tal vez yo pueda ayudarlo a despertar profesor.

Jungkook había abierto los ojos desde las primeras palabras que escuchó, estaba totalmente despierto. Le encantaba esa parte seductora de Jimin. Sonrió, se volteó rápido y en un movimiento quedó sobre Jimin, logrando en éste una expresión de sorpresa.

—Bueno jovencito, voy a darle una asesoría exclusiva para usted y voy a comprobar que no necesito de un café para despertar —dijo en el tono sensual que le encantaba escuchar al rubio.

Jimin sonrío perdido en esos ojos que lo enamoraban, intimidaban y seducían de la forma más encantadora y sutil. Pasó sus dedos entre el cabello azabache y lo acercó para besarlo.

Jungkook pasó sus manos suavemente por la tersa piel de la cintura del rubio, ambos cuerpos desnudos comenzaron a gritar por algo más que roces.

El beso lento y tierno que habían iniciado, se había transformado a uno desesperado lleno de deseo en cuestión de segundos. Sus mejillas se habían ruborizado ante el calor que sus cuerpos empezaron a emanar.

Jimin abrió sus piernas ansioso por recibir a su amado, no había tiempo para la preparación y no era necesaria. Jungkook se acomodó entre los muslos del rubio, empujó despacio su miembro erecto en la entrada y lo penetró por completo. Se quedó en la misma posición por varias segundos, para luego salir lentamente y volver a entrar, fundiéndose en los ojos de Jimin durante la unión de sus cuerpos. Bajó su torso, atrapando con sus labios, los exquisitos gemidos que su rubio exhalaba.

Jimin lamió y mordió su labio inferior por el intenso bombardeo de sensaciones que recorrían toda la extensión de su piel. El calor del sol que entraba por las ventanas de la habitación, envolvió a esos cuerpos desnudos, abrazándolos y dejando un toque tibio sobre la piel de ambos.

Jungkook entraba y salía con delicadeza del dulce cuerpo que estaba abajo de él, amaba hacerlo de esa manera, su miembro siendo apresado por las paredes del rubio era lo que más disfrutaba al despertar.

Los besos no paraban, eran un complemento delicioso que maximizaba los sentidos. Los gemidos se mezclaban entre el aliento caliente que ambos exhalaban. Sus corazones parecían explotar cuando la exitación aumentaba por el toque de sus lenguas. Jungkook pasó sus fuertes brazos por la cadera y la espalda de Jimin, en un movimiento lo dejó sobre él y se recargó en el respaldo de la cama, apreciando desde otra perspectiva el hermoso rubio frente a él.

Jimin movía su cadera adelante y atrás mientras sus manos se posaba sobre el abdomen trabajado del pelinegro. Abrió sus labios gimiendo al sentir su orgasmo cerca.

—Juntos cariño —susurró Jungkook en los labios de Jimin, al tiempo que sus manos movían las caderas del rubio sobre su miembro.

—Juntos amor —confirmó viéndolo a los ojos mientras jadeaba.

—¿Listo? —Jungkook preguntó gruñendo, mientras el rubio continuaba arremetiendo sobre él.

—Listo —contestó Jimin en un suspiro con un hermoso rubor en sus mejillas.

—Ahora cariño —exhaló Jungkook gimiendo con la piel completamente erizada.

Ambos cuerpos se movieron en perfecta sincronía, expulsando su esencia fuera de ellos. Los gemidos salieron de sus bocas sin ser detenidos por nada. Jimin se siguió moviendo sobre el miembro erecto, exprimiendo cada gota de su semilla con sus cálidas paredes. Era una postal muy erótica, ver el abdomen de ambos manchados del líquido mezclado con las gotas de sudor.

Sus miradas se encontraron expresando muchos sentimientos en tan simple acto. Sus labios se rozaron lentamente en una declaración de amor eterno, podrían estar todo el día haciéndolo, pero debían separar sus bocas para respirar. Sonrieron felices por tener al lado al amor de su vida.

—Pase a la dirección a pagar su asesoría jovencito —dijo Jungkook con un semblante serio.

El rubio rio tapándose la boca con el dorso de su mano.

—Por supuesto maestro, aunque no me quedó muy clara la lección de hoy.

—No estoy para bromas jovencito, mañana le aplicaré un examen algo difícil.

—Estaré listo para eso maestro -contestó guiñandole un ojo.

—Vamos a bañarnos cariño —Jungkook besó la mejilla ruborizada mientras Jimin levantaba su cadera y se bajaba de la cama.

Se ducharon rápido, vistieron su ropa y salieron del cuarto para desayunar.

Jimin estaba preparando los waffles y el batido de plátano que tanto le gustaban a Jungkook en el desayuno.

—Paaa —una vocecita hizo voltear al rubio mientras colocaba los wafles en un plato y lo ponía sobre la mesa.

—¡Amor!, ¿cómo amaneció el chico más guapo del mundo? —saludó Jimin tomando al niño entre sus brazos- caray Baek, sigues creciendo.

—Shi —contestó con su bella sonrisa.

—¿Te gustaría desayunar cereal?

El pequeño negó con la cabecita y apuntó lo que su otro padre estaba comiendo.

—Afes.

—¿Quieres wafles como papá?

Baek confirmó sacudiendo su cabecita y Jimin lo colocó sobre las piernas de Jungkook para prepararle su desayuno.

—Vaya hijo, a ese paso vas a crecer tan alto como un poste —expresó Jungkook.

El niño tapó su boquita con una hermosa sonrisa.

—Te amo bebe —le dijo Jungkook besando su frente.

Le dio un pedacito de sus wafles y el pequeño sonrió con su boquita llena, señalándole a Jungkook el dinosaurio en uno de los sillones de la casa.

—Ve por él —dijo bajándolo de su regazo.

Baek corrió hacia el sillón y empezó a jugar con su dinosaurio favorito masticando aún el contenido en la boca. Ese peluche era enorme como él, lo abrazó y ambos padres se perdieron en esa bella escena. Sus corazones se derretían de amor con cada acción que su hijo hacía. Ahora ese pequeño tenía un apellido y una familia que lo amaba, porque tal vez no había nacido con los genes de ellos, pero había sembrado raíces en ambos corazones, que hicieron imposible no amarlo. Ambos quedaron atrapados por los encantos del pequeño. Tal vez el destino lo había puesto en su camino para completar su familia.

—Me voy cariño, nos vemos más tarde -dijo Jungkook tomando su maletín, para luego besar la mejilla de Jimin —nos vemos más tarde bebe-le dejó un beso a Baek en su cabecita, mientras éste comía los wafles con una mano en el plato y otra estaba aferrada a una pata del dinosaurio tirado en el piso.

Baek solo asintió con su cabecita mientras veía a su padre con la boquita llena de comida. Jungkook se volvió a llenar de amor con solo ver esa imagen.

—Sí amor, que tengas lindo día —le dijo Jimin.

Jungkook salió de la casa y desapareció en su auto, rumbo a la universidad donde impartía clases de idiomas desde hacía cuatro meses.




Estamos a nada del final. Gracias por el apoyo. L@s amo 💜🫰

La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora