XXXII

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Lee se restregaba en el cuerpo del rubio, lo tocaba y lamía su piel lujuriosamente. Lo colocó boca abajo para frota su pene sobre su trasero. Estaba a punto de penetrarlo, cuando su guardaespaldas entró sin aviso.

—Señor, lamento interrumpir, pero varios hombres están disparando a los que resguardan el departamento, parece que quieren entrar.

—¡Inútiles!

Lee se levantó muerto de rabia, volvió a vestir sus pantalones, acomodó su erección y salió junto a Moon para ver lo que pasaba.

Sus tres hombres habían caído por las balas, solo quedaban él y Moon con vida. El miedo se apoderó de su cuerpo y aunque ya no se escuchaban más disparos, se dio cuenta que varios hombres intentaban entrar al lugar.

—Trae la camioneta para irnos a la bodega, ¡rápido!

—Sí, señor.

El guardaespaldas fue por el vehículo, frenó frente a su jefe, Lee se subió rápido y el otro aceleró tirando abajo la puerta de la cochera. Salieron a toda prisa, los hombres que estaban afuera del departamento, empezaron a dispararles repetidas veces, pero la camioneta era blindada y no podían hacerles daño.

Después de varios minutos, una camioneta negra se estacionó frente al departamento, quemando llantas.

Jungkook bajó de ella a toda prisa.

—Informe —pidió Jungkook.

—Como usted ordenó, se les disparó a los hombres que resguardaban el lugar, hay 3 muertos, Lee y al parecer el que es su guardaespaldas escaparon.

—Bien, vigilen en lo que voy por mi chico.

—Sí, señor.

La camioneta en la que llegó, entró al estacionamiento del departamento, mientras Jungkook cruzaba el jardín.

—Vamos Woo —volteó diciéndole a su guardaespaldas.

—Sí, señor —el hombre estacionó el vehículo, se bajó y lo adelantó con su arma en mano.

—Solo está Jimin adentro.

—Es solo precaución, señor.

Gracias a las cámaras, Jungkook sabía dónde encontrar al rubio.

Le pidió a Woo Jun que se quedará atrás de él. Encontró la habitación, respiró profundo y entró. Jimin seguía inconsciente con visibles golpes en su cara y desnudo.

Jungkook sintió tanto coraje, que apretó su mandíbula. La angustia de ver al rubio en esas condiciones lo hicieron lamentarse, por no haberlo llevado lejos antes que eso pasara.

—Te sacaré de aquí cariño —le dijo al oído, mientras acariciaba su cabello. Lo envolvió en una sábana y lo cargó en sus brazos.

—Woo, busca todas sus cosas y súbelas a la camioneta.

—Sí, señor —el hombre entró a la habitación, sacó las maletas del armario, guardó la ropa colgada y buscó sus posibles cosas personales.

Después de varios minutos estaban listos arriba de la camioneta. Jungkook se sentó con Jimin en sus brazos. Lo besó en la frente y lo abrazó con el amor que solo era reservado para él.

—Nadie, nunca te volverá a hacer daño —le susurró con los ojos cerrados. Era un juramento que cumpliría aunque el rubio no estuviera de acuerdo de estar a su lado.

El corazón de Jungkook se quería salir del pecho, ¿la razón?, ¡rayos!, ¿quién no ha sentido ese cosquilleo en el estómago?, ¿esos nervios? y ¿hasta esas ganas de querer pasar el resto de su vida al lado de esa persona especial?

—No tengo idea que has hecho en mí, que siempre estoy deseando verte —le susurró de nuevo, a la vez que aspiraba su aroma y rozaba la piel de su cuello.

—¿A dónde vamos señor? —preguntó Woo Jun.

—Al escondite de Sunrise Family.

—En seguida.

El guardaespaldas arrancó el vehículo con rumbo a Sunrise Family. Sonrió al ver la cara de enamorado de su jefe por el retrovisor.

Jungkook cerró los ojos fuerte por el dolor que sentía, la herida de su brazo se había abierto con el esfuerzo, pero lo ignoró. Hizo el cabello del rubio a un lado de su frente y acarició su rostro lastimado. Esa paz que le causó varios escalofríos el día que lo conoció, había vuelto con más fuerza.

Al cabo de 40 minutos de viaje, llegaron a la gran biblioteca a un lado del orfanato. Jungkook se bajó de la camioneta con Jimin en brazos y entró al lugar.

El guardaespaldas caminó hacía un gran librero y jaló el único libro violeta con letras doradas que hacía rodar el mueble. Una puerta fue descubierta, la abrió, entró y encendió la luz de la habitación.

El departamento que se construyó ahí era grande, los tonos negro, gris y blanco destacaban el lugar. Jungkook recostó al rubio en la cama, acomodó la sábana y lo tapó con una manta que sacó del armario. Acarició su cabello y salió por un momento.

Una vez afuera, tomó su celular, tecleo la pantalla y colocó el aparato en su oreja.


TAEHYUNG
¿Hola?

JUNGKOOK
Taehyung, soy Jungkook. Hubo un cambio de planes.

TAEHYUNG
¿Qué pasó?

JUNGKOOK
Lee golpeó a Jimin y trató de abusar de él. Lo saqué del departamento y lo traje a un lugar seguro.

TAEHYUNG
Hijo de p... y ¿cómo está Jimin?

JUNGKOOK
Sigue sin despertar, voy a pedirle a mi médico que venga a revisarlo. Todo va a estar bien, no te preocupes por él. Solo necesito que actúes como si no supieras nada. Lee escapó del departamento y 3 de sus hombres murieron en un tiroteo que tuve que provocar, para que se alejara de Jimin. Cuando me sea posible, mandaré por ti para que lo veas.

TAEHYUNG
Cuídalo bien, si se asusta, me haces una video llamada para explicarle las cosas, ¿sale?

JUNGKOOK
Sí, hagamos eso, adiós.

TAEHYUNG
Gracias por avisar, nos vemos.

Jungkook terminó la llamada y buscó con la mirada a su guardaespaldas.

—Woo, avísale a Hoseok lo que pasó y pídele que envíe al médico que nos apoya a revisar a Jimin.

—Sí, señor -Woo Jun hizo una reverencia y salió del edificio por un momento.

Jungkook se asomó a la habitación y vio al rubio igual a como lo había dejado. Se alejó de ahí y volvió a teclear el celular.

Debía hacer una llamada que cambiaría por completo el futuro de Park Jimin.


La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora