XLVI

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Hyeon Jo abrió los ojos sorprendido, mientras Lee lo tomaba en brazos y lo llevaba a la habitación. Entraron, cerró la puerta de una patada y lo acostó en la cama.

—Quita tu ropa —ordenó.

—Espera, no puedo hacerlo ahora, voy con Han GiJung.

Lee sonrió y se desnudó viéndolo a los ojos.

—d e s n ú d a t e —volvió a ordenar.

Hyeon Jo no pudo decir nada, estaba hipnotizado con la majestuosa erección de ese hombre. Estaba asombrado porque a pesar de su edad, era poseedor de un cuerpo musculoso y se veía bastante apetitoso para él. La vez que se masturbó frente al espejo para que lo viera, claro que lo estaba provocando, deseaba que ese hombre de brazos fuertes, que un día vio entrar a la habitación para reunirse con Han GiJung, le hiciera cosas sucias. Jamás imaginó tener al imponente Lee frente a él, exigiéndole desnudarse.

—Vamos, sé que deseas que te meta esto —dijo mientras lo miraba y se masturbaba— ¿o qué?, ¿Han GiJung la tiene más grande?

—Solo estoy con él, no soy un chico fácil —intentó hacerse el difícil.

—Jajaja, los chicos buenos no se masturban a espaldas de sus novios para que otros hombres los vean.

Hyeon Jo lo miró haciéndose el indignado.

—¿Quieres que lo haga a la fuerza?, bien, tú te lo buscaste.

Lee se acercó y se subió encima del chico aprisionando sus manos con las suyas. Restregó su erección sobre el vientre del rubio, mientras éste se resistía solo un poco.

Lee soltó los brazos de Hyeon Jo, subió su blusa hasta dejarla en sus manos y las ató con ella. Retiró su calzado, su ceñido pantalón y su ropa interior.

El chico actuaba como queriendo zafarse las manos, pero la realidad era que estaba encantado con la forma en la que estaba siendo sometido.

—¡Suéltame! —suplicó con una voz tremendamente sexy, que el mayor notó.

—Ssh, cierra los ojos y disfruta de lo que te haré —le susurró al oído.

Lee lo vio con lujuria. Volteó el cuerpo del chico boca abajo en un solo movimiento, se colocó entre sus piernas, mientras esparcía su líquido preseminal sobre toda la extensión de su miembro. Separó los glúteos del chico, alineó su glande en la entrada y se enterró con algo de dificultad por lo estrecho y la falta de preparación. Era perfecto para Lee. Una vez dentro, espero unos cuantos segundos y sacó su pene, para volver a meterlo.

Hyeon Jo gritó derramando lágrimas. Amaba el sexo rudo, si le causaba dolor, era aún más excitante. Elevó su trasero y se levantó quedando en cuatro para sentir más la penetración del otro.

Lee tomó el cabello del chico y se sostuvo de sus rizos rubios con ambas manos, mientras golpeaba sus glúteos con su cadera y arremetía fuerte contra él.

Los gemidos del rubio se unieron a los del mafioso.

Definitivamente para Lee, ese chico se convertirá en alguien especial. A pesar de haberlo sometido de ese modo, no había deseado golpearlo como lo hacía con los otros chicos a los que pagaba por follar. Soltó su cabello y sus manos acariciaron su espalda.

—Dime, ¿Han GiJung te hace gemir tan fuerte como yo? —preguntó Lee abriendo las nalgas del rubio, al tiempo que jalaba su cadera hacía él. 

Lo comenzó a penetrar lento, le encantaba ver su pene perderse en ese bello y delgado cuerpo. Se había dado cuenta que en verdad estaba disfrutando el momento tanto como el otro.

Hyeon Jo no podía hablar, su cuerpo se estaba estremeciendo al tiempo que manchaba la colcha por su sorpresivo orgasmo.

El miembro de Lee fue apretado por las contracciones del cuerpo de Hyeon Jo. Lanzó un grito exhalando aire de sus pulmones y lo penetró rápido esparciendo su esencia en el interior del chico.

Se tumbaron en la cama por varios minutos, tratando de controlar sus respiraciones.

Extrañamente Lee dejó un beso en la espalda del chico. Se levantó para ducharse, se vistió y salió de la habitación sin decir una palabra. Había algo importante que debía hacer.

El chico entró a la ducha sonriendo satisfecho por como fue sometido. Lavó bien su cuerpo para no dejar huella, se vistió y salió del cuarto para encontrarse con Han GiJung.

Una sonrisa iluminaba su rostro, Lee lo había follado como siempre había fantaseado, ahora debía ir con el viejo aburrido de Han GiJung, que en la mayoría de veces se quedaba dormido en medio acto.

Una sonrisa iluminaba su rostro, Lee lo había follado como siempre había fantaseado, ahora debía ir con el viejo aburrido de Han GiJung, que en la mayoría de veces se quedaba dormido en medio acto

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Namjoon y Hoseok habían dejado sus pendientes a un lado para ir a ver el estado de Jungkook. Llegaron al orfanato y fueron directo a la biblioteca. Entraron al departamento encontrando a Mi Rae y Jimin hablando, mientras cambian las sábanas y el doctor checaba los signos de Jungkook. Todos voltearon a ver a los recién llegados y saludaron.

—¿Ha despertado?, ¿cómo está? —preguntó Namjoon viendo al médico y a Jimin.

—Está recuperándose bien —contestó el médico.

—Dice el doctor que seguramente pronto despertará, ya le ha quitado la sedación —comentó Jimin con una enorme y alegre sonrisa que los contagió.

—¿Y tú cómo te sientes Jimin? —preguntó Hoseok viendo al rubio aún con moretones en su rostro.

—Yo estoy bien, no duele —respondió Jimin tocando su rostro amoratado.

Todos se sentaron en las sillas del lugar y empezaron a conversar de todo un poco. Jimin cabeceaba sentado en la cama junto a Jungkook, estaba muy cansado. Lo voltearon a ver, mientras todos morían de ternura. Mi Rae se acercó en silencio, tomó su mano y le susurró al oído.

—Jimin, vamos para que descanses un rato.

Él abrió los ojos y negó con la cabeza.

—Quiero estar aquí cuando despierte, ya descansaré después.

Jungkook se empezó mover y se quejó mientras abría de a poco los ojos, quejándose por el dolor.

—No te muevas, te puedes lastimar —le pidió Jimin dulcemente.

Jungkook por fin abrió bien los ojos y vio a las personas a su alrededor. Les sonrió y tocó su cabeza al sentir una punzada.

—¿Te duele mucho? —preguntó Jimin.

—No, es solo un dolor leve.

Jungkook se quedó viendo al rubio y le sonrió.

—Y tú, ¿eres?.....


La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora