XXXI

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En el pent-house del hotel más costoso de la ciudad, estaban tres hombres. Dos de ellos, eran Han GiJung y Junseo Lee, ambos mafiosos hablaban de negocios en una pequeña sala mientras bebían. El otro hombre, era Hyeon Jo, el chico de Han GiJung, que lo estaba esperando en la recámara.

Un gran espejo frente a la cama de la habitación, dejaba que Lee pudiera observar cada movimiento de Hyeon Jo, por su reflejo.

—Necesito esas armas en menos de treinta días Lee, espero que puedas conseguirlas. No me importa si debo pagar una fortuna por ellas.

Lee trataba de escuchar a Han GiJung, con quien frecuentemente hacía negocios, pero su mirada estaba clavada justo detrás de él, en el espejo que le estaba dando la mejor de las vistas.

El chico rubio era hermoso y estaba coqueteándole descaradamente. Su mano rozaba su miembro sobre el pantalón, haciendo cada vez más visible la erección de éste. Lee se lamía los labios mientras intentaba ponerle atención al comprador, que era ajeno a lo que su chico hacía en la recámara.

—No te preocupes Han, ¿cuándo te he fallado? —dio un trago a su vodka y se lamió de nuevo los labios ante la caliente imagen frente a él.

—Si por alguna razón necesitas el apoyo de mis hombres, solo pídelo, sabes como encontrarme.

Lee afirmó con la cabeza mientras seguía perdido en la lujuriosa imagen del espejo.

El chico se desnudó por completo, se acostó sobre la cama, tomó su miembro con una mano y empezó a masturbarse deliciosamente. Lee podía apreciar como su mano subía y bajaba sobre el duro falo. Hizo una pausa y vio a Lee por el reflejo mientras movía su cadera y su mano.

El objetivo del chico, era atrapar a Lee, claro que le interesaba el dinero, pero también quería a alguien que lo follara rudo y no fuera tan aburrido y viejo como Han GiJung lo era. En el mundo de la mafia se sabía que clase de loco era Lee y a Hyeon Jo, siempre le había llamado la atención como el mafioso golpeaba a quien se follaba, incluso hasta dejarlos inconscientes. Sí, estaba igual de loco y podría asegurar que provocándolo como lo estaba haciendo, obtendría todo lo que él quisiera.

Lee ya estaba en un estado lamentable. Ebrio y jodidamente excitado eran las palabras que podían describirlo.

—Está bien Han, yo te aviso cuando tenga las armas, pero te saldrán más caras esta vez —dijo mientras acomodaba su erección en el pantalón.

—De acuerdo, ahora debo dejarte, Hyeon Jo, me espera. Ya sabes como son estos chicos jóvenes, quieren follar todo el día, ¿y quién soy yo para negárselo?

Lee rio internamente, seguro Han GiJung se quedaba dormido a mitad del acto. No creía que pudiera seguirle el ritmo a ese chico, tan solo por su edad y por la obesidad que en ocasiones lo hacían parecer torpe.

Vio por última vez el reflejo del chico. El descarado gateó sobre la cama, dejando ver su hermoso trasero. Se metió entre las sábanas y le guiñó un ojo a Lee al tiempo que le decía adiós con una mano.

—Entonces me retiro Han —Lee se puso de pie acomodando de nuevo su erección, se despidió con una reverencia y salió de esa habitación, muy duro y con ganas de follar.

En algún momento buscaría a ese chico y le haría pagar por su atrevimiento.


🌓


Era la una de la mañana y Lee había llegado al departamento que compartía con Jimin.

Entró a su recámara dejándose caer boca abajo en la cama. Seguía ebrio y excitado. Frotó su cadera sobre la colcha, recordando la imagen de ese chico masturbándose, la forma en que lo provocó y ver su trasero desnudo, listo para follar, lo estaban haciendo salivar de lujuria.

La respiración junto a las estocadas sobre la colcha se incrementaron, las ganas de meter su miembro en alguien aumentaron al imaginarse, jalando el cabello del chico que estaría en cuatro y él estaría follando su trasero de forma dura.

El roce no fue suficiente. Entonces, recordó que Jimin estaba en otra habitación, se levantó y se encaminó tambaleándose rumbo a la recámara del rubio.

Abrió la puerta, lo vio y le gritó.

—¡Park Jimin!, atiende a tu prometido —habló fuerte, arrastrando las palabras y tocando su erección.

Jimin abrió los ojos despertando asustado en la oscuridad, se dio cuenta que lo que había escuchado era real y volvió a cerrar los ojos para fingir que seguía dormido.

—¡Despierta!, necesito follarte de una vez, para eso te traje —gritó.

Jimin temblaba de miedo, mientras Lee se acercaba cada vez más a la cama.

Se sentó tapando su cuerpo con las sábanas y suplicó.

—Ahora está ebrio, vaya a su cuarto, mañana hablaremos.

—No, invertí mucho con tu padre y ahora necesito cobrarme. Desnúdate, vas a ser mío por las buenas o por las malas.

Jimin siguió temblando mientras seguía aferrado aún más a las sábanas. En el fondo sabía que algo así pasaría, pero no de ese modo.

—Por favor, deme tiempo para poder corresponderle como se debe —pidió como última alternativa.

—Aquí se hace lo que yo digo y si no me vas a obedecer, lo haré por las malas —dijo ya acercándose a Jimin.

Lee empezó a jalar las sábanas, deseaba como loco ver ese cuerpo. El rubio se resistió con todas sus fuerzas, recibiendo varias bofetadas, que lo hicieron aflojar su agarre de las sábanas.

El hombre tomó con fuerza la pijama de Jimin, bajó sus pantalones de un jalón y abrió la camisa en un solo movimiento que hizo volar los botones.

—Te deseo tanto mi cielo —susurró en su cuello.

Jimin se alejó e intentó cerrar su pijama rota, pero a cambio recibió un fuerte golpe en la cara con el puño del otro. Quedó un poco noqueado y eso hizo que Lee aprovechara el momento. Bajó su pantalón junto a su ropa interior y lo empezó a tocar desesperado, hambriento por hacerlo suyo. Su boca salivaba por ver ese cuerpo desnudo aún con la poca luz que entraba del pasillo.

El rubio volvió a reaccionar y peleó con él, recibiendo cada vez más golpes con el puño. Su respiración se volvió superficial y le empezó a faltar el aire, haciéndolo caer inconsciente. El hombre aprovechó y masturbó su miembro para ponerlo más duro y penetrarlo de una vez.

Jungkook abrió los ojos asustado. Había tenido una pesadilla donde Lee golpeaba y abusaba de Jimin.

Se sentó en la cama, tomó la Tablet para ver que todo estuviera bien y su corazón se aceleró.

La escena que vio en la pantalla lo hizo enfurecer. Lee estaba golpeando a Jimin de forma despiadada y lo había dejado inconsciente.

Tomó su celular en lo que seguía viendo las imágenes, dio varias órdenes rápidamente, colgó, se puso zapatos y tomó su arma saliendo a toda prisa.

Los planes habían cambiado. Era hora de enfrentarse con Junseo Lee.

La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora