XL

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Sus lenguas hambrientas se enredaron de forma deliciosa por varios segundos en ese beso. Jimin rompió el contacto de los labios y recargó su frente en la de Jungkook para regularizar su respiración y los latidos eufóricos de su corazón.

Jungkook estaba hecho un lío, su cuerpo reaccionó con una gran erección que hizo doler su entrepierna por el pantalón estrecho.

El rubio se levantó de las piernas de Jungkook. Tímidamente empezó a desabotonar su camisa con los ojos clavados en el otro, deseaba entregarse por completo, no sabía si era un buen momento, pero las ansias de tenerlo dentro lo estaban quemando.

Jungkook lo miró con deseo lamiendo sus labios, era fascinante como el chico frente a él podía pasar de ser lo más tierno, a ser alguien tan malditamente sexy.

Jimin se quedó completamente desnudo frente al otro, en un gesto de entrega total. El pelinegro no dudó ni un segundo, se despojó de todas sus prendas aún sentado, al tiempo que se deleitaba del sexy cuerpo que tenía al frente.

Jimin se subió a las piernas del pelinegro quedando a horcajadas.

Jungkook no soportó verlo de eso modo sobre él. Con una de sus manos tomó el cuello del rubio, lo acercó y lo besó con desespero. Acarició y apretó el voluptuoso trasero, estaba seguro que su paciencia se iría al carajo en cualquier momento. El roce de sus miembros los hizo jadear de sobremanera. El deseo ya se había apoderado del ambiente por completo.

Jimin empezó a mover su cadera adelante y atrás, moría por fundirse en el cuerpo de Jungkook.

Interrumpieron el beso, jadeantes y ansiosos. El pelinegro metió dos de sus dedos en la boca para humedecerlos. Los retiró dejando un hilo de saliva y los llevó a la entrada palpitante del rubio.

—¡Ah! Kookie —el rubio se estremeció arqueando su espalda por la intromisión del primer dígito.

—Te ves tan hermoso sobre mí, cariño —besó su cuello mientras introducía el segundo dedo moviéndolo en el interior del rubio.

Jimin gemía cada vez que los dedos del pelinegro entraban y salían de su interior. Más de una vez apretó su mandíbula para controlar su orgasmo.

Jungkook tomó ambas erecciones, las unió y masturbó con su gran mano de forma deliciosa.

Solo chasquidos y jadeos se podían escuchar en ese aislado departamento. Jimin estaba listo para recibir a Jungkook y él lo estaba para poseerlo.

El pelinegro dejó libres sus manos, elevó la cadera de Jimin, alineó su miembro en la entrada y lo penetró lentamente. El delgado cuerpo fue bajando despacio gracias a las imponentes manos que lo sostenían. Gemidos de placer salieron de su boca, cada vez que su erección se iba adentrando más en el rubio.

—¡Oh! Kookie —jadeó deshaciendo el beso, aferrándose al sillón. Sus labios rozaron el cuello y el oído del otro haciéndole erizar la piel.

—No sabes como desee tenerte así de nuevo, cariño —Jungkook movió la cadera sobre él, adelante y atrás, mientras cerraba los ojos y se lamía los labios.

Jimin empezó a moverse más rápido, empalándose de forma deliciosa, su cuerpo lo exigía y él obedecía extasiado.

El sudor, los perfumes mezclados y la temperatura de sus cuerpos, hicieron de ese momento lleno de pasión, una nueva vivencia por recordar y guardar en el libro de sus vidas.

Jimin se estremeció al ser consciente de la unión de sus cuerpos. Gimió el nombre de Jungkook, mientras luchaba por tomar oxígeno y postergar su orgasmo.

El pelinegro masturbó al otro y lamió sus pezones. El rubio enredó sus dedos entre las oscuras ondas del cabello negro, cuando su cuerpo se sacudió sin poder ser detenido y su trasero se tensó por la eyaculación que llegó.

Jimin se aferró a los hombros del otro, mientras seguía moviendo la cadera y jadeando cerca de su oído.

El pelinegro besó el hombro del rubio, gimió fuerte y movió la cadera sobre él. Su cuerpo se estremeció al recibir el estallido de su orgasmo. Jadeó y pego el delgado cuerpo a su pecho, mientras seguía derramando su tibio líquido dentro.

Jungkook suspiró besando el pecho desnudo de Jimin y acariciando la espalda en toda su extensión.

Permanecieron largo rato en esa posición, recuperando el aliento.

Esa tranquilidad inexplicable que sintió Jungkook al estar con Jimin, volvió con más fuerza. Solo podía escuchar su respirar y sentir el golpeteo de los latidos de su corazón en su pecho. Su piel disfrutó de ese roce de pieles húmedas y calientes, al subir y bajar sus pechos con una respiración simultánea.

Jungkook se enderezó levantando la cabeza de Jimin frente a la suya.

—Te amo, Park Jimin —le sonrió lleno de amor, acomodó unos de sus cabellos rubios tras su oreja, besó su frente y lo abrazó de nuevo.

—No quiero soltarte nunca —dijo en su pecho sintiéndose frágil.

Jimin cerró los ojos feliz por la declaración de amor.

—Te amo, Jeon Jungkook.

El tiempo se detuvo, el hilo rojo que los unía se tensó para no soltarse y sus almas agradecieron al universo por la unión de sus cuerpos.

Una hora más tarde, estaban limpios por la ducha que se habían dado juntos. Jimin vistió ropa cómoda y Jungkook su traje de rigor.

—Me voy cariño, nos vemos en dos días —lo abrazó, acarició su cabello y se alejó para besar su frente.

—Cuídate mucho, aquí estaré esperándote —le regaló una última sonrisa.

El pelinegro salió del departamento cerrando la puerta tras de él. Woo Jun se acercó para mover el libro que hacía rodar el gran librero ocultando la entrada. Jungkook se quedó viendo el mueble por varios segundos, suspiró y se fue del lugar junto a su guardaespaldas.




Gracias por el apoyo a mi historia y por seguir dejando corazoncitos, reacciones y comentarios. L@s amo con el corazón 💜

La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora