XXIV

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En el lujoso despacho de la mansión de Hoseok, estaban Jungkook y Namjoon, acompañándolo para ultimar detalles de la entrega que tendrían en la madrugada.

—Está todo listo Jungkook, en unas horas llegará el embarque con la droga, debemos estar atentos, todo está demasiado calmado —comentó Hoseok dejando su celular a un lado.

—Dile al sargento Kim Seokjin que verifique que no haya llegado lo del cargamento a oídos de Min Yoongi y que cheque en donde se encuentra en estos momentos —pidió viendo a Hoseok.

—Bien.

—Jungkook —habló Namjoon.

El pelinegro volteó poniéndole toda su atención.

—Dime.

—Jimin está en el hospital, tuvo un ataque de ansiedad, según me explica el informante. Está bien, pero lo sedaron para calmarlo, solo está su amigo Taehyung con él.

Jungkook se quedó en silencio y asintió. Presentía que Jimin estaba pasando por cosas difíciles, pero aún seguía pensando como ayudarlo.

—¿Saben por qué se puso así?

—Aún no, ahora le están ofreciendo una buena suma de dinero a un empleado y a la secretaria del señor Park, esperemos que alguno de ellos nos venda la información.

—Ok, consigue una bata blanca, unos lentes, un cubrebocas y contacta al médico que nos ayuda.

—¿Irás al hospital?

—Sí, no voy a quedarme tranquilo hasta ver que está bien.

Namjoon asintió y tomó su celular para conseguir lo que Jungkook había solicitado.

Media hora más tarde estaban afuera del hospital arriba de la camioneta de Jungkook, que vestía un traje negro, con una bata de médico encima, lentes para leer y un cubrebocas que ocultaba su rostro.

Un médico se acercó a la camioneta, tocó el vidrio, abrieron la puerta y éste entró.

—Hola —saludó el galeno sentándose dentro del vehículo.

—Hola Dr. Lim —saludó Namjoon.

—¿Qué tal Lim? —contestó Jungkook.

—Jimin está en el tercer piso, tú y yo vamos a entrar a la habitación para hacer el chequeo de rutina, revisaré sus signos vitales y tú solo me acompañarás en silencio. No puedo dejarte con él, pero podemos pedirle a su amigo que salga por un momento en lo que te cercioras que está bien. Toma —le entrega un estetoscopio y le indica con señas donde debe colocarlo.

—Bien, vamos —dijo Jungkook mientras colgaba el estetoscopio en su cuello.

Ambos hombres bajaron de la camioneta, entraron al hospital y se dirigieron al tercer piso por el elevador.

El corazón de Jungkook estaba acelerado, los nervios habían provocado que sus manos sudaran. Moría por ver al rubio de nuevo.

El Dr. Lim tocó la puerta y ambos entraron.

Jungkook ubicó de inmediato a Jimin y sonrió al verlo, nadie podía ver su sonrisa tras esa tela sobre su boca. Los dos hombres hicieron una reverencia al chico que lo acompañaba.

La cuenta pendiente con mi alma gemela [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora