Capitulo 1 - La despedida

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La luz del día comenzaba a iluminar la habitación, los pequeños rayos de sol ingresaban por aquel ventanal indicando que sería un día perfectamente soleado, las nubes se encontraban bastantes dispersas. Dulce abrió los ojos un poco confundida, perdió la noción del tiempo y el espacio mirando cuidadosamente a su alrededor para intentar descifrar donde se encontraba en ese momento. Divisó con facilidad su ropa tirada por el suelo mientras los recuerdos de la noche anterior le invadían la conciencia haciendo que su alma se invada de culpa, se negaba a mirar a su costado derecho, sabiendo y siendo absolutamente consciente de lo que sucedía desde hace ya un poco más de dos meses. Tomó aire profundamente por la nariz para caer en la triste realidad que estaba viviendo, las sabanas rodeaban solo su cintura mientras sus pechos se encontraban absolutamente descubiertos, sabía perfectamente bien que se encontraba desnuda al lado de él, el mismo hombre que se había encargado de llenarla de placer hace unas horas atrás y que a como de lugar debía sacarlo de una vez por todas de su vida antes que esta se convierta en un infierno. Cuando por fin se resignó a dar vuelta su cabeza para mirarlo y aceptar su presente notó que él se encontraba boca abajo y ni siquiera un pedazo de la sabana llegaba a cubrir su cuerpo, como dios lo trajo al mundo. Fue allí donde inconscientemente mordió su labio inferior con deseo, ese maldito deseo que le hacía perder la cabeza, no podía entender como la vida era tan injusta para ambos, como el maldito destino había querido que coincidieran en este presente tan monstruoso. Lo contempló por unos minutos, era tan perfecto físicamente como intelectualmente y eso era lo que más le excitaba, su mente, lo inteligente que era aquel hombre la tenía muy idiotizada y también sabía que no sería para nada fácil desistir de aquella locura.

Su mente se quedó completamente en blanco cuando notó como él dormido comenzó a rodar en la cama buscando el cuerpo de ella y entonces una gran incomodidad con sentimiento de culpa la invadió, por lo que en un intento desesperado intentó levantarse de aquella cama hasta que la voz de él le heló la piel.

- No huyas de mí, Dulce - susurró en el oído de ella para luego morder suavemente el mismo.

- Solo iba al baño Christopher - logró decir con su respiración entrecortada, no sabía bien que clase de brujería él le hacía, pero casi le era imposible reaccionar cuando sentía los brazos musculosos de él rodeando su cintura y su aliento tan cerca de su oído, se estremecía de solo pensar en la situación.

Christopher la atrajo hasta su cuerpo de un tirón dejándola de espaldas al suyo y se apoderó sin pensarlo de su cuello dejando un camino con suaves besos en él. Ante aquel contacto y muy lejos de relajarse Dulce solo estiró la sabana para cubrirse y fue ahí mismo donde él pronunció

- ¿Qué pasa mi amor? - su voz llena de preocupación fue muy evidente.

- No quiero omitir nada de lo que hablamos anoche Christopher, sabes que esto no puede continuar. - dijo con firmeza apoyando su espalda en la cama mientras el la miraba de costado.

- Todavía no entiendo porque dices que no podemos continuar, si nos amamos. - Mencionó muy seguro de sus sentimientos.

- Tal vez porque te estas olvidando de que tu y yo estamos... - Él no la dejó continuar, apoyo su dedo índice en su boca y miro hacia abajo ladeando la cabeza hacia ambos lados con sus ojos cerrados para luego abrirlos, incorporarse en la cama sosteniéndose de su brazo izquierdo y posando su mirada directamente en los ojos de ella.

- ¿Jamás te vas a olvidar de eso? ¿Por qué es tan difícil para ti disfrutar de nuestro presente? - rezongó completamente negado a la realidad.

- ¡¿De que presente me hablas Christopher, por favor?! - Dijo muy enojada corriendo a la vez su rostro hacia un costado para luego volver la vista hacia él con los ojos cristalizados por las ganas que sentía de volver a llorar, el tema la angustiaba demasiado y el no lo entendía o se esforzaba por lo menos en no entender. - Sabes perfectamente bien que nuestro presente solamente se encuentra en distintos cuartos de hoteles ¿necesitas que te recuerde los motivos?

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