El reloj marcaba las casi tres de la mañana en la ciudad de México, la vista que le regalaba la ciudad se empañaba un poco por las lágrimas que abundaban en el rostro de Luna, quien se encontraba contemplando las luces de la ciudad en un acantilado. Ella estaba sentada en la hierba y entre las piernas de Diego, su reciente novio, quien la miraba con preocupación y acariciaba su cabello suavemente, escuchándola y aconsejándola.
- Pero mi amor, no entiendo, ¿Por qué tu mamá le pidió el divorcio a tu papá? – pregunto diego tratando de ser cuidadoso con sus palabras, lo que hizo que ella voltee un poco su cabeza para mirarlo con los ojos aguados de llorar.
- Mi papá no quiso decírmelo, es que en realidad yo encontré en la oficina de ambos en mi casa, un acta de divorcio entonces le pregunté qué estaba pasando, él se puso a llorar y me contó que había sido mi mamá quien quería el divorcio. – dijo mientras sus ojos volvían a llenarse de lagrimas nuevamente.
- Yo creo que deberías hablar con ella en buenos términos y consultarle, tal vez está pasando algo más amor... - dijo secándole las lágrimas.
- No diego, tú no sabes, mi papá la ama muchísimo, ni siquiera él entiende porque ella quiere separarse. – dijo molesta evidentemente con su madre. – tampoco puedo hablarle porque está de viaje.
- Yo creo que ellos tendrán sus razones y es algo íntimo de la pareja, no creo que debas involucrarte más de la cuenta y debes comprender que si las cosas no están bien, tal vez sea lo mejor. – dijo con preocupación.
- Es que ese es el problema, yo no veo que nada esté mal, más que mi mamá que se empeña constantemente en despreciar a mi papá, te juro que no entiendo nada. – dijo volviendo a llorar mientras él la abrazaba fuertemente.
(♥)
Con ayuda de Maite, dulce había recogido todos los utensilios de la mesa donde recientemente habían cenado los cuatro, habían llevado un champagne a la mesa y cuatro copas mientras hablaban se proponían a brindar, la primera que decidió tomar la palabra en aquel brindis fue Maite, quien se levanto e inmediatamente posó la vista en dulce, quien se encontraba sentada encima de Christopher, mientras él rodeaba con sus manos su cintura.
- Quiero hacer un brindis adelantado y tengo mis motivos – dijo para luego reír levemente mirando a su amiga quien le dedicaba una mirada asesina imaginando con lo que podría salir la morena.
- Maite... - la reprendió dulce, pero Mai hizo un gesto de silencio llevando su dedo índice a su boca para continuar.
- Quiero brindar por mi cumpleaños que realmente ha sido increíble gracias a ti Dul y también quiero aprovechar para brindar por adelantado por tu cumpleaños que ya falta ¡nada! – dijo contenta por aquel acontecimiento. Lo que hizo que dulce suelte una carcajada
- Maite eres una exagerada, falta mucho para mi cumpleaños.
- Amiga, son solo 20 días, además... las mujeres somos como el vino, conforme más pasa el tiempo más buenas nos ponemos. – dijo riendo en complicidad con dulce.
- Bueno yo aprovecharé el momento para agradecerte – dijo Williams mirando a Christopher quien enseguida se le desfiguró la cara, cuando Williams vio aquel gesto se quedó un poco en shock no sabía cómo reaccionar o continuar aquello que había dicho.
- ¿A qué te refieres Williams? – dijo dulce bastante curiosa por aquellas palabras, quien no hizo más que mirar a Christopher para darse cuenta de que había una complicidad en particular allí.
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Nuestro encuentro Imaginario
FanficDulce María se ha convertido en la sombra más triste de los lamentos de Christopher, quien conoce los límites del cielo solo y únicamente cuando se encuentra abrazado a ella, sintiendo su respirar, el aroma de su perfume que solo logra desesperarlo...