Capítulo 36: Un paso

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Al llegar al borde del jacuzzi, Christopher se sentó con elegancia, observando a Dulce con una mezcla de admiración y deseo. Sin embargo, en lugar de simplemente disfrutar del momento, ella le lanzó una mirada insinuante, provocando un juego juguetón entre ellos. Con una sonrisa traviesa en los labios, Dulce tomó un poco de espuma y la llevó hasta el borde de sus labios, soplando suavemente mientras la espuma caía inevitablemente en las piernas de Christopher. Este gesto provocó una sonrisa amplia en el rostro de Christopher, quien no pudo evitar sentir una oleada de excitación ante la sensualidad de Dulce.

- ¿Tu plan es volverme loco? - susurró Christopher con voz ronca, dedicándole una mirada ardiente llena de deseo. - Porque lo estás consiguiendo - añadió con una sonrisa juguetona, dejando en claro el efecto que tenía Dulce sobre él en ese momento. La química entre ellos era palpable, y cada gesto y mirada solo aumentaba la intensidad del deseo que compartían.

Con una mirada inocente, Dulce se mordió levemente el labio inferior, dejando que un destello travieso brillara en sus ojos mientras recorría con la mirada el cuerpo de Christopher de pies a cabeza, deteniéndose finalmente en su mirada penetrante.

- ¿Cuánto tiempo más tengo que esperarte o debo comenzar sola? - dijo con una voz delicada y seductora, dejando que su tono insinuante llenara la habitación con una atmósfera cargada de deseo y anticipación. La sugerencia en sus palabras estaba clara: estaba lista para comenzar, ya sea con él o sin él, pero prefería que fuera juntos.

Frente a las sugerentes palabras de Dulce, Christopher se sintió embargado por un deseo ardiente y decidido a complacerla. Sin apartar la mirada de la suya, comenzó a desvestirse lentamente, cada movimiento calculado para aumentar la tensión en el aire. Una prenda tras otra cayó al suelo con suavidad, revelando la piel bronceada y tonificada de Christopher bajo la suave iluminación de la habitación. Cada gesto estaba lleno de determinación y un deseo palpable de unirse a Dulce en el jacuzzi. Con cada prenda que se quitaba, el aire se cargaba más con la anticipación y la excitación. Christopher se acercó al borde del jacuzzi, sus ojos nunca apartándose de los de Dulce, mientras iba sumergiéndose en el agua caliente, una vez dentro se acomodó frente a ella quien de inmediato elevó su pie hasta su pecho mostrándole su pierna suave y delicada mientras la espuma caía lentamente. Frente a ese gesto y en un movimiento rápido la acercó a su cuerpo abrazando su cadera mientras buscaba sus labios para besarla. Ella sonrió seductoramente mientras giraba su cabeza de un lado a otro jugando al roce de sus labios, en un movimiento rápido, dulce le dio acceso libre a su cuello mientras con sus piernas rodeaba su cintura por debajo del agua para sentir un poco más el contacto con su piel. Christopher se apoderó de su cuello con fervor, dejando suaves lamidos y mordiscos, luego subió hasta su oído para susurrarle con su voz ronca.

- No sabes cuanto te deseo – frente a aquellas palabras dulce sintió como su garganta se secaba y un escalofrío recorría su cuerpo, decidida ejerció un poco más de presión con sus piernas haciendo que él suelte un gemido ahogado en su oído que la hizo temblar un poco.

Christopher bajó sus manos hacia sus muslos apretándola contra él mientras el sonido del agua ante aquel movimiento hacia que su piel se erice un poco más, con sus manos comenzó a mover sus muslos para alentar un roce contra su piel. Con una mirada llena de lujuria, ella se acercó a su oído dejando escapar en él, gemidos ahogados, como si le estuviera contando un secreto tortuoso, mientras enredaba sus manos en su cabello obligándolo a escucharla. El aliento caliente de ella sobre su oído solo lograba que la tensión por introducirse en ella aumentara, aunque intentaba controlarse, no pudo evitar por mucho tiempo más, bajó su mano hasta su entrepierna y se introdujo parcialmente lo que hizo que ella suelte de inmediato su pelo en un gesto involuntario, arqueo un poco su cintura y le regaló un gran gemido de sus labios. Con una sonrisa de satisfacción, movió rápidamente y de un tirón la cadera de ella embistiéndola fuertemente. Dulce buscó su mirada en un gesto sorpresivo pero placentero mientras soltaba otro gran gemido que inundaba la habitación mientras sus labios rozando los de él provocaba un deseo más profundo e incontrolable, con sus manos se aferró a su cuello comenzando a moverse sobre él lentamente con movimientos calculados subía y bajaba sus caderas mientras lo miraba estremecerse bajo su cuerpo con una sonrisa de satisfacción que solamente lograba que ella sonriera también victoriosa.

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