Capítulo 40: Volver a la realidad

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El amanecer pintaba un paisaje de tranquilidad y belleza en el horizonte, pero para Christopher, la calma de la mañana estaba teñida de inquietud y desconcierto. Mientras despertaba sin el cálido abrazo de Dulce a su lado, su corazón se llenaba de una sensación de desasosiego, como si un eco del pasado se hubiera infiltrado en su presente sin permiso.

La imagen de Dulce sentada en el sofá del balcón, contemplando el amanecer con una expresión serena pero distante, provocó un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. Era como si estuviera reviviendo una escena de un pasado que había creído dejar atrás, una cicatriz emocional que se negaba a sanar por completo.

A pesar de todas las promesas y el compromiso que habían hecho juntos en los últimos días, la sombra del pasado seguía acechando a Christopher, recordándole las dificultades y los desafíos que habían enfrentado en su camino hacia la felicidad. Aunque ahora eran libres y estaban construyendo una nueva vida juntos, el peso de los recuerdos pasados aún se aferraba a él como una sombra persistente.

Con un suspiro cargado de pesar, Christopher se levantó de la cama, se puso su bóxer y se acercó lentamente al balcón, donde Dulce se encontraba perdida en sus pensamientos. Su presencia intentaba ser una invitación silenciosa a compartir sus preocupaciones y sus miedos. Aunque el pasado seguía acechando en las sombras, con determinación, se acercó a Dulce y envolvió sus hombros, mientras se sentaba en el filo del sofá, para susurrarle.

- ¿Quieres contarme que es lo que te atormenta? – preguntó con delicadeza, aunque prefería no preguntar, el temor a su respuesta era abrumador para él y no estaba dispuesto a echar a perder los dos días de amor puro que habían vivido.

Cuando escuchó su pregunta, sintió un nudo en la garganta, luchando con la tormenta de emociones que amenazaban con abrumarla. Por un momento, Dulce dudó, sintiendo el peso de sus preocupaciones y miedos. Sabía que Christopher merecía la verdad, pero también temía que sus palabras pudieran herirlo o poner en peligro la frágil felicidad que habían encontrado juntos. Con un suspiro tembloroso, Dulce se volvió hacia él, encontrando consuelo en sus ojos llenos de amor.

- Christopher, sé que no debería dejarme llevar por el pasado - comenzó, su voz apenas un susurro cargado de emoción. - Pero a veces, es como si las sombras del ayer se aferraran a mí, recordándome todo lo que hemos superado juntos, perdóname, pero no puedo evitarlo – Las lágrimas amenazaban con emerger en sus ojos, pero se contuvo, decidida a compartir sus preocupaciones con Christopher. - Me pregunto si realmente merezco esta felicidad, si soy lo suficientemente fuerte para dejar atrás todo lo que me ha dolido en el pasado - confesó con sinceridad.

El corazón de Christopher se apretó al escuchar las palabras de Dulce, sintiendo una mezcla de dolor y determinación. Quería protegerla de cualquier sufrimiento, pero también sabía que había cosas que estaban fuera de su control. Christopher secó las lágrimas que amenazaban con caer de los ojos de Dulce y la abrazó con más fuerza.

- No importa lo que el pasado haya traído, estamos aquí, construyendo nuestro futuro juntos. Necesito que te permitas vivir este presente, estamos juntos en esto, Dulce. Nada ni nadie podrá interponerse en nuestro camino si estamos unidos - añadió con convicción, tratando de infundirle confianza

- Sí, yo lo sé - dijo un poco angustiada - Solo me da miedo pensar en cómo vamos a enfrentar a Pablo, algún día tenemos que decirle que su "mejor amigo" hoy está a punto de ser padre con su ex mujer - aquellas palabras retumbaron como un eco de ironía en la mente de dulce, cerró sus ojos atormentada para continuar - No podemos seguir evitando lo inevitable, él ya sabe que estoy embarazada y está buscando desesperadamente saber quién es el padre - le confesó dejando entrever que ella sabía acerca de que Pablo no iba a descansar hasta saberlo.

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