Christopher condujo con ella hasta la empresa, Dulce quería tomar el control de la situación y comenzar a ocuparse personalmente de la búsqueda de una niñera y una mucama, reconociendo la importancia de encontrar ayuda para aliviar la carga que habían estado soportando solos. Al llegar al lugar, las miradas de curiosidad y admiración se posaron en Dulce, quien irradiaba una belleza deslumbrante que no pasaba desapercibida. La sorpresa y los elogios de sus empleados no tardaron en llegar, admirando lo bien que le había sentado la maternidad, en su figura esvelta que a simple vista parecía que jamás hubiera estado embarazada. Algunos rostros nuevos se posaron con miradas en ella, había nuevos empleados con nuevas responsabilidades por asumir.
Dulce prefirió dar una vuelta por la empresa antes de ir a la oficina de Sofía, para conocer a cada uno de los empleados nuevos. Christopher por su parte se aventuró al área administrativa para cerrar unos asuntos pendientes.
Mientras recorría los pasillos del lugar notó como alguien pasó a su lado. Dulce se detuvo en seco al escuchar las palabras susurradas en su oído, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.
- Me gusta pecar con tentaciones como tú – susurró en su oído Gonzalo.
Incapaz de voltearse trataba de procesar lo que acababa de escuchar. Las palabras en su oído la habían tomado por sorpresa, dejándola momentáneamente sin aliento. Con una mezcla de sorpresa e incomodidad, Dulce se volvió hacia él, encontrándose con un joven de aproximadamente veinticinco años, con una sonrisa juguetona en los labios y una mirada traviesa en los ojos. La tensión en el aire era palpable mientras ambos se miraban en silencio, evaluándose el uno al otro. Sin embargo, antes de que Dulce pudiera responder, sintió la mirada penetrante de Christopher que se acercaba lentamente hacia el pasillo, lo único que pudo responder fue con vacilación de nerviosismo.
- Ese tipo de comentarios no me parecen apropiados para un ambiente laboral – dijo Dulce, su voz temblando. Mientras un nudo en la garganta aparecía al enfrentar la mirada de Christopher, consciente de que él había presenciado la interacción con Gonzalo y estaba evaluando su respuesta.
La tensión en el aire era palpable mientras Christopher se acercaba, su expresión seria y determinada dejaba en claro que esperaba una respuesta clara y decidida de parte de Dulce.
- Bueno tal vez podría llamarte más tarde y... - Gonzalo acortó la distancia un poco más casi intimidándola, pero Dulce retrocedió de inmediato.
- ¿Y qué? – dijo Christopher a sus espaldas con voz firme.
La intervención de Christopher resonó en el pasillo con una fuerza que cortó la tensión como un cuchillo afilado. Sus palabras, cargadas de autoridad y determinación, detuvieron a Gonzalo en seco, mientras Dulce se sentía aliviada por el respaldo inmediato. La expresión en el rostro de Christopher no dejaba lugar a dudas: estaba completamente comprometido a proteger a Dulce y a mantener un ambiente laboral seguro y respetuoso para todos los empleados. Su voz firme y su postura imponente crearon un aura de autoridad que era imposible de ignorar. Ante la intervención directa de Christopher, Gonzalo retrocedió, reconociendo la señal clara de que su comportamiento no sería tolerado. Su expresión se tornó incómoda y avergonzada, mientras retrocedía, dejando espacio entre él y Dulce.
- Y.. yo... yo mejor me voy – Dijo Gonzalo, pero antes de que pudiera hacerlo Christopher se acercó más a él susurrando.
- ¿Tienes idea donde te has metido? – dijo Christopher con una molestia notable.
El rostro del joven se palidizó de inmediato, mientras temblaba ligeramente. Intentando llevar calma a la situación, Dulce se acercó a Christopher poniendo una mano en su pecho mientras lo miraba en silencio como si quisiera comunicarle con ese gesto que no pierda el control, pero cegado por los celos inmensos que sentía continuó.
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Nuestro encuentro Imaginario
Fiksi PenggemarDulce María se ha convertido en la sombra más triste de los lamentos de Christopher, quien conoce los límites del cielo solo y únicamente cuando se encuentra abrazado a ella, sintiendo su respirar, el aroma de su perfume que solo logra desesperarlo...