Capítulo 44: Digna, admirable y respetada

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El médico, con un gesto enigmático, observó el monitor de la ecografía durante unos momentos que parecieron eternos. La tensión en la habitación era palpable mientras todos aguardaban con expectación la revelación que estaba por llegar. Christopher, con los dedos entrelazados y la respiración contenida, apenas podía contener la emoción que bullía en su interior. Dulce, con la mirada fija en el rostro sereno del médico, sintió cómo latía su corazón con fuerza. Luna y Diego intercambiaron miradas llenas de anticipación, preguntándose qué revelaría el ecógrafo en ese momento crucial. Finalmente, el médico rompió el suspenso con un tono pausado pero lleno de significado.

- Es una niña - susurró, y esas simples palabras desataron una oleada de felicidad y celebración en la habitación.

Christopher, con los ojos brillantes de emoción, abrazó a Dulce con ternura, mientras Luna y Diego compartían su alegría con sonrisas radiantes en sus rostros. Las lágrimas de Christopher, reflejo de su emoción desbordante, conmovieron profundamente a Dulce. Con una sonrisa tierna, ella secó sus lágrimas mientras lo miraba con amor y gratitud. La felicidad que inundaba la habitación era palpable, y el vínculo entre ellos se fortalecía con cada momento compartido. Luna y Diego se acercaron a ellos, uniéndose en un abrazo cálido y reconfortante. Luna tomó la mano de su madre con fuerza, sintiendo la conexión especial entre ellas en este momento tan significativo. En ese abrazo colectivo, se sentía la fuerza del amor familiar, la promesa de apoyo incondicional y la anticipación emocionante de los momentos que estaban por venir.

El médico, consciente de la importancia de mantener un ambiente de tranquilidad y apoyo para Dulce, repitió su mensaje con seriedad.

- Por favor, es responsabilidad de todos ustedes que Dulce conserve su paz, su estabilidad emocional es lo más importante – dijo en una advertencia delicada pero necesaria, recordándoles que debían cuidar y proteger el bienestar emocional de Dulce en los días venideros.

Aunque el momento estaba cargado de emoción y alegría, el médico quería asegurarse de que todos entendieran la importancia de mantener un entorno positivo y pacífico para Dulce en los días y semanas que vendrían. Era una tarea compartida, y cada uno de ellos tenía un papel vital que desempeñar en el cuidado y el bienestar de Dulce durante su embarazo y más allá.

- Les pido por favor un momento a solas con Dulce – dijo el medico mientras buscaba su ficha medica entre papeles.

Era evidente que quería abordar algún asunto específico relacionado con su salud o su embarazo que requería una discusión más íntima y detallada. Su solicitud mostraba su compromiso con la atención personalizada de Dulce y su preocupación por su bienestar integral.

Después de que Christopher, Diego y Luna salieran de la sala, Dulce se encontró a solas con el médico, una sensación de vulnerabilidad la invadió mientras se reincorporaba en la camilla. Suspiró, preparándose mentalmente para abordar el tema que tanto la preocupaba. Con determinación, decidió enfrentar la situación de frente, sin rodeos ni dilaciones.

- Tengo ataques de pánico desde hace muchos años - confesó en un susurro, dejando escapar el peso de su secreto. La mirada comprensiva del médico y el apoyo reconfortante de su mano en su hombro la alentaron a seguir adelante. Se sentía expuesta y vulnerable, pero también aliviada por finalmente compartir su carga con alguien que podía ayudarla.

- Es importante que puedas abordarlo con un profesional, no quiero asustarte, pero eso es muy delicado dulce, el bebé siente todo lo que tu sientes -

El médico asintió con seriedad, reconociendo la gravedad de la situación. Su voz resonó con calma y preocupación, Dulce asintió, absorbiendo cada palabra con atención, consciente del impacto que sus emociones podían tener en su embarazo.

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