Nuestro encuentro Imaginario

Capítulo 42: Propietario

Dos días consecutivos habían transcurrido desde que Dulce y Christopher tomaron la decisión de abordar el tema de inmediato, sin vacilar un instante. Con determinación y resolución, ambos viajaron a Estados Unidos para encontrarse con Miranda, la abogada recomendada por Sofía. En las elegantes oficinas de Miranda, rodeados de una atmósfera de seriedad y formalidad, firmaron todos los documentos legales que eximían a Dulce de cualquier responsabilidad sobre los bienes materiales que pudieran comprometerla con Pablo. Los papeles, meticulosamente redactados y firmados, formalizaban a Christopher como el único propietario de todos los activos y propiedades asociadas a Dulce. Era un paso crucial en su relación, una demostración de confianza y compromiso mutuo que fortalecía aún más su vínculo. Además de este importante paso legal, Christopher había tomado la decisión de renunciar a su trabajo anterior para dedicarse por completo a la administración de las empresas junto a Dulce. Juntos, se sumergieron en el proceso de familiarizarse con los detalles operativos y financieros de sus negocios, buscando las mejores estrategias para garantizar su éxito a largo plazo. La colaboración entre Dulce y Christopher se intensificó, fusionando sus habilidades y conocimientos para tomar decisiones empresariales acertadas. Cada reunión de trabajo se convertía en una oportunidad para compartir ideas, resolver problemas y planificar el futuro de sus empresas con visión y determinación. Con el tiempo, sabían que podían lograr transformar sus compañías en un próspero negocio de intereses compartidos. Cada paso que daban juntos consolidaba su relación y los acercaba más a sus objetivos comunes, demostrando que eran un equipo imparable tanto en el amor como en los negocios.

El cambio radical en la dirección de la empresa no pasó desapercibido entre los empleados, generando un revuelo considerable en el ambiente laboral. Para muchos, resultaba difícil comprender la decisión de Dulce, y esto se reflejaba en comentarios escandalosos y especulaciones que circulaban entre los pasillos de la empresa. Dulce, consciente de la confusión y la inquietud que reinaba entre su equipo, decidió abordar la situación de manera directa y transparente. Convocó varias reuniones con sus empleados, donde se tomó el tiempo necesario para explicarles los motivos detrás de la decisión y para transmitirles su compromiso continuo con las empresas. En cada una de esas reuniones, Dulce se esforzó por dejar en claro que, si bien el cambio era significativo, ella seguiría liderando las empresas junto a Christopher, quien estaba en proceso de familiarizarse con el negocio. Trató de calmar las preocupaciones de sus empleados, asegurándoles que su objetivo principal era el éxito continuo de la empresa y el bienestar de todos sus colaboradores.

A pesar de sus esfuerzos por mantener la calma y la transparencia, Dulce se sentía frustrada ante los comentarios escandalosos y las especulaciones que surgían. Sin embargo, se mantuvo firme en su convicción de ser justa y transparente con su equipo, demostrando su compromiso con ellos al comunicarles abiertamente lo que estaba sucediendo y dejando claro que era una simple formalidad para el funcionamiento continuo de la empresa.

Su enfoque tranquilo y decidido ayudó a tranquilizar los ánimos y a disipar parte de la incertidumbre que rodeaba el cambio en la dirección de la empresa. Aunque sabía que abrir esa puerta hacia su vida privada era un riesgo, también entendía la importancia de mantener la confianza y la transparencia con su equipo, cimentando así una relación sólida y basada en el respeto mutuo.

Con el tiempo, la calma había regresado a sus vidas, y con ella, la oportunidad de cumplir todas las promesas que habían quedado en palabras durante los momentos difíciles. Una de las primeras acciones que tomaron fue dedicar un bloque de tiempo diario en sus agendas para buscar juntos la casa perfecta donde vivirían juntos. Con discreción y reserva absoluta, como si guardaran un secreto especial entre ellos, comenzaron su búsqueda explorando diferentes vecindarios y propiedades. En este momento, se encontraban parados frente a una imponente casa en una zona céntrica. Dulce observaba cada detalle con determinación, su mente ya visualizaba cómo sería su vida en ese lugar. Christopher, por su parte, la tomaba de la mano con firmeza, compartiendo su compromiso con esta búsqueda conjunta. Mientras tanto, el vendedor hacía todo lo posible por cerrar la venta con éxito, resaltando cada rincón especial de la propiedad con grandes expectativas.