Christopher y luna ingresaron al departamento de dulce muy preocupados y casi corriendo, hacia más de una hora que ambos la llamaban al celular y la pelirroja simplemente no respondía, ambos estaban muy asustados y temían que algo le haya sucedido. Al abrir la puerta de la habitación de Dulce, pudieron ver que se encontraba muy profundamente dormida, lo que a ambos les pareció extremadamente raro, dado que era fin de semana y la noche anterior se había acostado a dormir muy temprano, luego de avisarle a Christopher por mensaje de texto, ya eran más de las tres de la tarde, ambos se miraron y entendieron que algo realmente no andaba bien. Él miro a Luna y la muchacha, solo asintió con la cabeza, como dándole lugar a que sea él quien la despierte, la niña se acercó al oído y le susurró que estaría en su habitación si necesitaban algo para luego dejarlo entrar.
Él se adentró a la habitación y cerró la puerta para luego acercarse lentamente hacia la cama donde se encontraba recostada, se acostó a su lado y con sus manos rodeo su cintura, cuando se dispuso a acercarse a su cuello para besarlo y despertarla, pudo notar que del otro lado de la cama, había una cesta de basura con varios pañuelitos descartables, lo que delataban que había estado llorando, entonces la miro un poco antes de despertarla, se percató de inmediato que tenía sus ojos hinchados y su maquillaje un poco corrido, entonces se dispuso a posar sus labios en su cuello despertándola a besos. Ella comenzó a estirarse un poco y con una de sus manos enredo sus dedos en el cabello de él, para sentir un poco más sus besos, inspiró profundamente para sentir el olor de su perfume, amaba despertarse así, se dio vuelta y atrapo sus labios en un beso suave y lento que la dejara frente a él.
- Buen día hermoso – le dijo entre besos suaves y con casi un hilo de voz.
- Hola, mi amor – le dijo entre besos, para luego separarse de sus labios y mirarla, con su mano comenzó a limpiar los restos de maquillaje corrido que tenía su rostro, con mucha suavidad. Le dedicó una sonrisita leve y corrió un mechón de su cara. - ¿Quieres contarme que es lo que te sucede? Me tienes preocupado. – ella negó con su cabeza y se abrazó a él hundiendo su cara en su cuello. – mi amor, no puedo verte así, por favor.
- No quiero hablar de eso, solo quiero mimos – dijo aferrándose al cuerpo de él, lo que hizo que él quede acostado y ella con su cabeza en su pecho.
- ¿Es por mí? ¿Estás enojada todavía? – dijo acariciando su cabello y recordando las últimas discusiones que habían tenido.
- No, estoy estresada. – volvió a decir.
- Es lo mismo que vienes diciendo hace casi cinco días mi amor y todos estamos muy preocupados por ti, desapareces de la faz de la tierra, no respondes las llamadas y cuando venimos a buscarte desesperados te encontramos así, durmiendo, triste – dijo muy preocupado levantando su rostro con sus dedos para que lo mire, ella lo miró con los ojos llenos de lágrimas.
- Ya se me va a pasar – fingió una sonrisa y junto con ella salieron varias lágrimas.
- ¿Y que puedo hacer para que se te pase? ¿Cómo te puedo ayudar? Dímelo, habla conmigo, estoy seguro de que juntos podremos solucionarlo. – le susurró.
- Empezar a hace lo que no hacen hasta el momento, respetar mi silencio. – sentenció, para volver su vista hacia un punto fijo aún aferrada a su pecho.
El silencio de aquella habitación duró más de lo que esperaba Christopher, él no sabia que más decir, ya había intentado todo y se estaba quedando sin ideas, lo único que le quedaba era recurrir a la idea de Luna. Hacia unos días, luna había pensado en hablar con su abuela blanca, pues ella creía que tal vez la madre de su madre, podría hacer que dulce hablara sobre lo que le estaba sucediendo y que tan angustiada la tenía. Fue entonces, que decidió que era el momento, cuando notó que dulce se había dormido en sus brazos, se levantó de allí con cuidado, salió de la habitación y se adentró a la habitación de Luna, quien lo estaba esperando hacía más de una hora impaciente.
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Nuestro encuentro Imaginario
FanficDulce María se ha convertido en la sombra más triste de los lamentos de Christopher, quien conoce los límites del cielo solo y únicamente cuando se encuentra abrazado a ella, sintiendo su respirar, el aroma de su perfume que solo logra desesperarlo...