Capítulo 15: La noticia

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Dos meses exactamente habían pasado, dos tristes e infernales meses en los cuales Christopher no sabía absolutamente nada de Dulce y saber o intentarlo estaba siendo más que difícil, imposible. Pablo tampoco tenía más información sobre ella, solo se había enterado de que Sofía había regresado a México, pero sola, completamente sola y la incógnita más grande que tenían ambos era donde carajos se encontraba dulce, claramente su asistente y amiga no quiso darle ningún tipo de información a ninguno de los dos, porque ambos insistieron por todos los medios posibles, pero sin éxito, no había rastros. Christopher no sabía ni entendía que había pasado. Él se sentía sumergido en una profunda soledad que poco a poco estaba consumiéndolo por completo, la desesperación de no poder verla, se volvía insoportable al igual que su silencio, su ausencia, todo se había vuelto una completa pesadilla y eso lo destruía por completo, pensaba a cada minuto cómo hacer para encontrarla y nada nuevo venía a su mente, pues lo había intentado todo y también se había convencido de que no lo lograría porque llamarla por teléfono era inútil, siempre lo mandaba al buzón de voz, los mensajes que le había dejado, suponía que nunca los había escuchado, pues en alguno de ellos intentó persuadirla con la insinuación de que le diría la verdad a Pablo y ni aun así ella dio señales de vida. Decidió que de alguna manera tenía que sacar aquello que tenía guardado, le habían quedado tantas cosas por decirle... entonces, tomó una hoja y un papel para comenzar a escribirle lo que él pensaría que sería una carta, cuando llegó a la conclusión de que ni siquiera tenía manera de hacérsela llegar. Un ruido que provenía de la cocina lo sacó rápidamente de sus pensamientos, entonces con cuidado se asomó hasta aquel lugar, donde pudo notar que allí se encontraban su hijo y luna merendando, mientras hablaban. Pensó que a lo mejor aquella niña podría darle la información que necesitaba y cuando se dispuso a interrumpirlos, notó que no iba a ser falta.

- ¿Pero entonces tu mamá otra vez decidió extender su estadía en París? – pronunció diego mientras la miraba preocupado.

- Si, yo creo que ha conocido a alguien, se me hace muy extraño que haya decidido quedarse y sola tanto tiempo, al principio solo sería un mes más, pero esto ya es muchísimo ¿entiendes que con este mes más ya serían tres meses sin ver a mi madre? – menciono un poco preocupada por ella.

- ¿y no le has preguntado? – dijo diego mirándola.

- Amor, me he cansado, pero es que con esa mujer no se puede, de verdad, lo único que me responde es que está bien. Ah y lo último que me dijo fue que aparentemente piensa viajar a España el fin de semana, porque supuestamente tiene una amiga allí e irá a conocer a su familia. – dijo rodeando los ojos para volver a mirarlo – se cree que soy estúpida, claramente esta con alguien.

- Bueno, pero ya por fin está divorciada, tiene derecho a rehacer su vida con quien quiera amor – mencionó diego.

- No, eso me tiene sin cuidado, a mí me encantaría que ella sea feliz con quien sea solo odio que no me lo diga.

- ¿Y porque no pruebas a decirle esto mismo que me estás diciendo? Mira yo se lo he dicho a mi madre y a mi padre que si ellos quisieran rehacer su vida yo estaré de acuerdo y que solo quisiera saberlo.

- Si, tal vez debería hablar con ella esta noche cuando me llame como todas las noches.

Christopher sentía que el alma se le caía a pedazos, las palabras que había escuchado provenientes de aquella niña le habían resonado en la cabeza por horas. Ya habían pasado casi tres horas de que había escuchado aquella conversación y él no lograba recomponerse, tenía más preguntas que respuestas. Por un lado, su corazón no quería creer que dulce fuera capaz de reemplazarlo tan rápidamente por otro hombre, simplemente ella no era esa clase de mujer, de hecho, hasta le costaba horrores expresarse y también sabía qué había sido muy lastimada por Pablo. Pero por otro lado, su mente lo hacía dudar, él pensaba que las suposiciones de Luna tenían lógica y por sobre todo, coherencia, era imposible que dulce quisiera quedarse sola allí, además... < ¿España?> pensó, hasta donde él sabía Dulce no tenía a nadie en España y de eso estaba completamente seguro. Sentía que la cabeza le iba a explotar de tanto pensar, ya no sabía que más hacer, pero necesitaba respuestas de la forma más urgente posible, por lo que después de pasar toda la noche en vela y con insomnio, se percató de que la única persona que podía darle información certera sobre lo poco que había podido descubrir, se encontraba en la oficina de ella, entonces eso fue lo que no lo hizo dudar ni un segundo más, ese silencio se debía terminar rápidamente, por lo que inmediatamente se levantó de la cama, se ducho, preparó su maleta y se dirigió hacia la empresa de dulce en búsqueda de Sofía.

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