Nuestro encuentro Imaginario

Capítulo 49: Cambiar

La luz del sol penetraba a través de las cortinas entreabiertas, bañando la habitación de Dulce en un resplandor dorado que invitaba a despertar. Christopher, con los ojos aún entreabiertos, se percató de la ausencia de Dulce a su lado. Un ligero suspiro escapó de sus labios mientras se estiraba perezosamente bajo las cálidas sábanas.

Al girar hacia la mesita de noche, sus ojos se posaron en una nota cuidadosamente escrita por Dulce. Con curiosidad, tomó el papel y leyó las palabras llenas de cariño y organización que había dejado para él. Una sonrisa jugueteó en sus labios mientras absorbía cada palabra, sintiendo cómo la calidez del mensaje llenaba su corazón de alegría.

"Buen día, el desayuno está listo para ti y para Luna, he salido a desayunar con Sofía, te veo en la empresa para que vayamos juntos a firmar las escrituras. Luna no sabe nada, si quieres podemos darle la sorpresa juntos por la noche. Te amo"

El aroma tentador del desayuno flotaba en el aire, y Christopher se sintió reconfortado al saber que Dulce había preparado todo con esmero, incluso en su ausencia. La promesa de encontrarse en la empresa para firmar las escrituras de su nueva casa lo llenó de emoción y expectativa.

Con renovada energía, se levantó de la cama y se preparó para el día que les esperaba. Cada paso que daba resonaba con la certeza de que estaban construyendo algo especial juntos, algo que trascendía las palabras escritas en la nota y se manifestaba en cada gesto y detalle compartido entre ellos.

Se dirigió hacia la cocina, donde el aroma del desayuno recién hecho lo recibió cálidamente. Mientras disfrutaba de su comida junto a Luna, no pudo evitar pensar en el día que les esperaba, lleno de emociones y promesas cumplidas. Después de terminar su desayuno, se preparó rápidamente y salió para dejar a Luna en el colegio y asistir primero a su sesión de terapia con Gabriel, con una sensación de anticipación creciente en su pecho. La idea de firmar las escrituras de su nueva casa con Dulce lo llenaba de alegría y emoción.

Después de compartir un desayuno reconfortante con Sofía, Dulce se encontraba en el centro de la ciudad, caminando con paso decidido, pero con una mezcla de emociones revoloteando en su interior. No podía evitar sentirse abrumada por la avalancha de acontecimientos que habían ocurrido en las últimas horas.

Decidió abrir su corazón a Sofía, contarle cada detalle de lo sucedido con Christopher, desde las conversaciones hasta los gestos más íntimos. Las palabras fluyeron libremente entre ellas, como un torrente de emociones que necesitaban ser compartidas.

Al escuchar la historia de Dulce, Sofía no pudo evitar sentir una oleada de preocupación. Sabía lo profundo que podía ser el deseo de creer en la transformación de alguien, pero también era consciente de los riesgos que esto implicaba.

Con tono sereno pero firme, Sofía compartió sus pensamientos con Dulce, instándola a proceder con precaución. Sus palabras eran un recordatorio importante de mantenerse alerta ante cualquier señal de que las cosas pudieran no ser lo que parecían.

- Dul, me alegra mucho que estés tan ilusionada - comenzó Sofía, buscando transmitir su apoyo y al mismo tiempo su preocupación -, pero ve con cuidado por favor. Las personas no cambian de la noche a la mañana, toma tus precauciones.

Dulce dejó escapar un suspiro cargado de preocupación mientras compartía sus pensamientos con Sofía. Para ella, era difícil procesar la magnitud de lo que había sucedido entre ella y Christopher. La idea de que él hubiera intentado manipularla era algo que la dejaba casi incrédula.

- Sofi, ¿tú entiendes realmente la magnitud de lo que pasó? - preguntó Dulce, buscando desesperadamente una comprensión que aliviara su confusión -. Christopher en otra etapa de su vida, nunca hubiera reconocido su intento de manipularme. Es muy difícil asumir sus errores. Él no es así, todo fue... - se detuvo, luchando por encontrar las palabras adecuadas que expresaran sus sentimientos -. Todo fue más rápido de lo que pensé.