La noche que había comenzado para Christopher con una noticia increíble como la de saber que estaban esperando una niña se había empañado por completo al enfrentarse a su Ex mujer mientras abrazaba a Dulce viéndola dormir, no podía evitar pensar en todo lo que había sucedido en ese instante, cada acción de Dulce, cada gesto se retuvo en su memoria mientras insistía en atormentarse y culparse por no haber podido reaccionar, ella tenía razón, le había prometido protegerla y un montón de palabras que no había sido capaz de cumplir, frente a la exposición se sintió paralizado, sin saber cómo reaccionar. Revivió en su mente una y otra vez todo lo que había pasado y cada vez que lo hacía encontraba más detalles que lo llenaban de culpa, el sonido de la puerta del departamento abrirse lo sacó de sus pensamientos. Abandonó por un instante el cuerpo de Dulce para ir hacia la sala, al llegar se encontró con la sonrisa de Luna que en ese mismo instante regresaba del cine, intentando mantener el ambiente en calma solo se aseguró que ella haya cenado y le indicó que vaya a acostarse, ya era muy tarde y al día siguiente debía ir al colegio. Sin demoras, la niña obedeció sin casi preguntar nada. Al regresar a la habitación decidió con suavidad quitarle la ropa a Dulce, para que pudiera dormir más cómoda cuidando en todo momento que no fuera a despertarse, él también se quitó su ropa y se adentró en la cama con ella abrazando su cuerpo nuevamente, sin embargo, Dulce tenía el sueño muy pesado, lo que la llevó a ni siquiera enterarse de nada.
La luminosidad del día siguiente se adentró por la ventana, iluminando la habitación mientras Christopher, que apenas había podido descansar bien, abría sus ojos. Observó por unos minutos a Dulce, que dormía profundamente, y decidió esta vez ocupar su lugar en la cotidianidad diaria. Con cuidado, se levantó de la cama, procurando no perturbar su tranquilo sueño. Una vez en pie, se cambió y salió directamente hacia la cocina. La tarea de preparar el desayuno se convirtió en un ritual meticuloso. Mientras los ingredientes chispeaban y se mezclaban en la sartén, despertó a Luna con suavidad. Juntos, compartieron un desayuno tranquilo antes de que él se ofreciera a llevarla al colegio. En el camino de regreso al departamento, detuvo su camino para comprar un girasol, una pequeña muestra de perdón.
Al llegar al departamento, se dedicó a preparar con esmero el desayuno de Dulce. Cada detalle fue cuidadosamente planeado, asegurándose de que todo estuviera en orden y limpio para cuando ella despertara. Colocó todo con delicadeza en una bandeja y añadió el girasol encima, un toque de color y vida en medio de la tranquilidad de la mañana. Al adentrarse en la habitación, depositó la bandeja del desayuno en la mesa de noche, anticipando con cariño el momento en que ella despertara. No quería perder ni un segundo del contacto que podía tener con ella, así que decidió recostarse nuevamente a su lado, bajo las cálidas sábanas, pero permaneciendo vestido. En un movimiento suave y natural, Dulce se giró hacia él, acomodándose en su pecho como si la costumbre traicionara sus principios en su inconsciente. Su cuerpo buscaba instintivamente el calor del de Christopher, incluso mientras dormía profundamente. Una de sus piernas pasaba por su cintura, mientras que con sus manos abrazaba su torso, creando un lazo de amor y protección que llenaba el corazón de Christopher con una profunda sensación de gratitud y ternura.
Él observó detalladamente a Dulce mientras dormía, notando los rastros de las lágrimas derramadas que habían hinchado sus ojos y la expresión de serenidad que contrastaba con su cabello rojizo revuelto. En ese momento, sintió un miedo profundo, el mismo temor a perderla que lo invadía cada vez que discutían. A pesar de la intensa necesidad de besarla, se contuvo. Sabía que despertarla de esa manera podría aumentar su enojo, y eso era lo último que quería en ese momento. En cambio, decidió optar por un gesto más suave y tranquilo. Acarició con delicadeza la pierna de Dulce que rodeaba su cintura, una caricia suave que parecía despertar una respuesta instintiva en ella, haciendo que su cuerpo se moviera como si buscara sentirlo aún más. En ese preciso instante, la mente de Dulce comenzó a despertar del sueño profundo, y al abrir los ojos se encontró con la mirada tierna de Christopher. En ese intercambio de miradas, cargado de significado, ambos entendieron que había mucho por hablar.
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Nuestro encuentro Imaginario
FanficDulce María se ha convertido en la sombra más triste de los lamentos de Christopher, quien conoce los límites del cielo solo y únicamente cuando se encuentra abrazado a ella, sintiendo su respirar, el aroma de su perfume que solo logra desesperarlo...