EPÍLOGO
Katniss
El olor de las magdalenas de mermelada de fresa en bandeja no es tan fuerte como el que inunda la pastelería cada vez que Peeta las saca del horno, pero sigue siendo delicioso. Tanto es así que en el primer paseo que me doy por el salón, desaparecen casi todas.
— ¿Qué hace la protagonista de la jornada haciendo un trabajo de becaria? —me pregunta Haymitch con un gruñido mientras coge de un zarpazo una de las magdalenas.
Me encojo de hombros:
— Soy yo quien las ha traído y no hemos contratado camareros. Al fin y al cabo, es solo un comunicado —sonrío.
— Es el comunicado del siglo, preciosa.
Suspiro. Estamos en el ya rehabilitado Palacio de justicia, en la sala más grande. Está llena de prensa y de gente trajeada, la mayoría procedente del comité de reinstauración de Panem, que, en los últimos meses de funcionamiento, llegó a los 150 participantes. Entre todos hemos redactado un tratado de acuerdos que describe cómo funcionará el territorio de aquí en adelante. El acto que hemos convocado es simbólico y consistirá en que Amélie y yo firmemos el acuerdo y que todo el mundo pueda verlo.
Han pasado cinco meses desde que nos instalamos en el Capitolio y empezamos a trabajar. Lo más difícil ha sido ponerse de acuerdo e instaurar un sistema político que contentara a todos, pero finalmente lo hemos conseguido. Lo que queda ahora, poner todo lo acordado en práctica, no será fácil ni rápido, pero al menos yo ya no tendré una implicación tan directa y, por tanto, podré pasar fines de semana enteros en el doce, junto a Peeta, que debe de estar a punto de llegar.
Me doy una vuelta rápida por la sala y encuentro a Finnick, con una sonrisa resplandeciente y del brazo de Annie, que sonríe con suavidad. Nos abrazamos y felicitamos por el trabajo bien hecho. Él se ha encargado especialmente de la protección de los más jóvenes, por que tengan derecho a la educación y por la prohibición del trabajo infantil.
— Futura presidenta Mason —saludo con una gran sonrisa cuando me encuentro con Johanna, que está, cómo no, junto a Reak.
— ¡Já! —exclama— Ya me gustaría.
Uno de los puntos fundamentales del tratado ha sido determinar el nuevo sistema político. Hemos decidido por mayoría que instauraríamos una democracia, pero para ello son necesarios partidos políticos. Johanna enseguida se ofreció para presidir uno de ellos y lo presentará en sociedad de aquí a unas semanas.
— Mi voto ya lo tienes —sonríe Reak, dándole un rápido beso en la cabeza.
Johanna pone cara de paciencia, pero no deja de sonreír.
— Ya veremos. ¿Nerviosa, Everdeen?
— Qué va. Solo espero que este sea uno de mis últimos actos públicos. Estoy cansada de tantas cámaras.
— Seguro que sale genial —replica Reak—. Lo celebraremos cuando terminemos con una cena. Puedes decírselo a Amélie también.
— Se lo diré, pero no prometo nada.
— Mira, ahí viene el rubito. No seáis muy babosos —indica Johanna, a la que ya se le ha pegado llamar a Peeta «el rubito»
Peeta y yo nos abrazamos y me pone al día de lo que ha pasado en el doce esta semana. Por lo visto, la panadería va viento en popa y, poco a poco, el distrito vuelve a ser lo que era.
— No vas a creer a quién he visto instalarse —me dice, con los ojos muy abiertos—. ¡A Gale y Emily Burdock! Doy por hecho que son ciertos los rumores que apuntaban a que estaban juntos. Es una pena que no hayan recapacitado y no se hayan unido al comité.
ESTÁS LEYENDO
Sinsajo. ¿Qué pasaría si...?
FanficCon la guerra ganada y el Presidente Snow muerto, todo el poder de Panem recae directamente sobre la rebeldía encabezada por el Distrito 13, que, a modo de venganza final, decidirá organizar unos últimos juegos del hambre en el que participarán los...