Capítulo 60

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¡Hola a todos! Os informo de que este capítulo (o el siguiente, aún no lo tengo muy claro) será el último del fic antes del epílogo. Esto se acaba...qué penita :(

Bueno, sin más, os dejo con el capítulo. Que los disfrutéis y gracias por leer y, a los que comentáis, gracias por tomaros el tiempo para hacerme saber que os gusta la historia. 

Katniss

Amélie no logró convencer a todos. Esa misma noche, las autoridades del Capitolio tuvieron que sofocar barricadas y llamadas de guerra. Esa misma noche, se siguieron quemando pancartas con mi cara y se siguieron lanzando pequeños explosivos en forma de rosa blanca.

Sin embargo, esa misma noche también se comenzó a hacer trabajo de investigación en el distrito trece. Se encontraron muchos archivos que evidenciaban la responsabilidad de Coin de la creación de los últimos juegos del hambre. Había vídeos grabados de la propia Coin supervisando la construcción de la arena. Y también se encontró el pastel de la guinda: grabaciones del despacho de Coin. Se hicieron públicas las entrevistas que concerté con ella, y en muchas de ellas la propia Coin confesaba ser la voz cantante de todo. Mis cuestiones personales con Peeta, Gale y Reak que se trataban en esas entrevistas quedaron expuestas ante todos los ciudadanos de Panem, pero no me importó, pues las entrevistas lograron convencer de que Coin era la mala a una gran parte de la población.

Otra cosa en la que tampoco atinó la nieta de Snow fue en decir que «mañana mismo» se pondrían en marcha los planes de rehabilitación. Ha pasado ya una semana y, aunque muchos del trece, incluida la propia Amélie, se hayan marchado ya al Capitolio, aún faltan muchos consejeros por llegar, incluida yo.

Estoy en mi habitación redactando una carta informando a los del Capitolio de que emprenderé mi viaje a finales de semana cuando Gale, tras llamar a la puerta, entra en la habitación. Me giro. Lleva consigo una gran mochila de montaña.

— No quería marcharme sin despedirme —admite, y esboza una sonrisa incómoda.

— ¿Capitolio?

Asiente con la cabeza.

— Te veré allí, supongo.

— Y supones bien —me levanto de la silla, siendo consciente de la frialdad que ha adquirido nuestra relación.

— Por esa razón, porque te vería allí, pensé en no despedirme ni avisar, pero...

Suspiro.

— Cuando nos veamos allí será todo otra cosa —le corto.

— ¿A qué te refieres?

— Para empezar, está registrado que fuisteis tú y Emily Burdock los que entrevistasteis a los chicos e hicisteis la selección final de tributos. Ellos no se han olvidado. No dudes que te echarán eso en cara, y no podré defenderte, Gale. Tú querías estos juegos, y la gente no está dispuesta a olvidarlo a pesar de que fueras tú quien apretara el gatillo que mató a Coin. Pondrán muchas pegas para aceptarte en el comité de reconstrucción, y, si finalmente consigues entrar, nadie te hará demasiado caso.

— Al menos quiero intentarlo, ya sab...

— No he terminado —interrumpo, fría—. Tampoco será lo mismo porque, al fin y al cabo...cuando tú y yo llegamos aquí éramos amigos. Incluso más que eso. Cuando llegamos aquí, te quería. Ahora, cada vez que te veo, aunque lo intente –y de verdad que lo intento- no puedo evitar pensar en ella...

— Yo te sigo queriendo, Catnip.

Niego con la cabeza.

— El discurso de Amélie fue muy bonito e inspirador, pero yo creo que hay algunos agujeros que nunca llegan a cerrarse, y este es uno de ellos. De hecho, cada vez que te veo, Gale, el agujero que me dejó la muerte de Prim se abre un poco.

Sinsajo. ¿Qué pasaría si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora