¡Hola a todos! Espero que estéis bien. Yo, por mi parte, aquí os dejo el sexto capítulo, espero que os guste. Besitos y gracias por leer! ^_^
Katniss.
A veces, si realmente no perteneces a un lugar, por mucho tiempo que pases en él, jamás te acabarás de sentir cómodo. Es lo que me pasa con las reuniones bélicas con el comité. He asistido a cientos, siempre en la sala diez, siempre a la derecha de Coin, siempre igual durante años, y la sensación de ser ajeno a todo lo que se discute, la incomodidad de los tacones y los trajes de chaqueta, los labios sellados en silencio perpetuo, los votos a favor, y los votos en contra…todo sigue ahí.
La situación no es distinta en la reunión que convoca Coin la mañana después de la fiesta de celebración. En la circular convocatoria, Coin recalcaba con insistencia que era necesario que estuvieran todos los miembros del cuerpo de la rebeldía, por lo que, por primera vez en semanas, la sala de juntas está llena. En ella está, por ejemplo, Johanna Manson, que se mordisquea las uñas, mirando distraída a su alrededor; Finnick Odair, con su imborrable sonrisa seductora de medio lado; Philippe y Emily, que actúan como si no supieran muy bien dónde están exactamente; Peeta, que charla en bajo con Haymitch; e incluso Gale, cuyo rostro está decidido, como si llevara esperando esta reunión durante décadas.
Coin, ataviada en un traje de raya diplomática, tamborilea los dedos sobre la mesa, tejiendo una melodía de intriga, como de tambores. Mi corazón late al ritmo de sus dedos.
—Bienvenidos —saluda, finalmente. Su voz es firme y recta—. Les he reunido aquí con intención de llegar a un acuerdo en lo referente a la situación actual del Capitolio, nuestro Capitolio.
— ¿Qué está pasando allí? —pregunta un hombre trajeado al que no conozco— ¿Cómo está el ambiente?
—Se respira el miedo en cada esquina —replica Coin, casi sonriendo—. De momento, tenemos a nuestros agentes de paz vigilando, y sofocando los intentos de huída. Pero no podemos seguir así demasiado tiempo: tenemos que hacer algo ahora, mientras sigan teniendo el miedo en el cuerpo. Necesitamos…una figura, necesitamos que nuestro nuevo presidente ocupe el despacho de Snow, necesitamos poner en marcha los procedimientos judiciales para justiciar los abusos, sobre todo los relacionados con los juegos del hambre.
—Todo eso lo puedes hacer sin nosotros, Coin —opina Haymitch, y, por un momento, me parece ver cómo la mirada de Coin casi desprende fuego—. Quiero decir, es lo que llevas haciendo todo este tiempo, ¿no? Nosotros tenemos poco que ver en la nueva gestión del Capitolio.
El silencio se alza como una losa de plomo por un instante.
—Creo que lo que Alma quiere decir…—interviene el hombre enjuto trajeado que siempre se sienta junto a Coin, y el que creo, es su asistente personal—…eh…Creo que Alma quiere hacer algo más. El nuevo gobierno, el juicio de los delitos de la dictadura; todo eso es lo que los ciudadanos del Capitolio están esperando, es algo que tienen seguro que va a suceder. Su miedo, sin embargo, nace de algo que va más allá: la venganza.
Coin asiente con la cabeza, y el ayudante se coloca sus gafas y esboza una sonrisa nerviosa.
—Todos los ciudadanos del Capitolio creen que vamos a hacer algo. Algo que va más allá de encarcelar a sus antiguos agentes de paz y a sus peces gordos, algo más allá de instaurar un nuevo gobierno. Ellos creen que vamos a hacer algo que afectará a todos y cada uno de los ciudadanos del Capitolio. Estamos aquí reunidos para debatir qué va a ser ese algo, señores.
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Sinsajo. ¿Qué pasaría si...?
FanfictionCon la guerra ganada y el Presidente Snow muerto, todo el poder de Panem recae directamente sobre la rebeldía encabezada por el Distrito 13, que, a modo de venganza final, decidirá organizar unos últimos juegos del hambre en el que participarán los...