Capítulo once: Una Demostración De Poder

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— ¡Bueno, aquí voy!

Elevándose con gracia, su presencia imponente flotó sobre la arena, desafiando las leyes de la gravedad. Sin palabras, el coliseo quedó suspendido entre asombro y reverencia ante este ser que desafiaba la tierra con cada paso que daba en el aire.

Todas estaban en silencio, si bien ya habían visto seres voladores, el sayayín no lo había demostrado mas que en las entrevistas que le habían hecho y ante pocas personas.

—"Hola a todas— diría Gokú—, esta sinceramente es una situación inusual para mi, nunca...casi nunca había tenido que demostrar mis habilidades, pero a petición de la reina Hipólita es que les daré una muestra de ellas. Pero antes de hacerlo, comenzaré por lo básico, así comprenderán mejor de donde y como obtengo mis poderes."

Gokú observaba a la reina y también a Bulma, pero le llamó la atención la mujer que las acompañaba, quizá la mujer mas bella que alguna vez haya visto en su vida. Así que es ella quien acaba de llegar a la isla pensaba el sayayín al ver a la mujer que acompañaba a la Hipólita.

Diana por otro lado observaba al sayayín con curiosidad—.  "Es muy atractivo"— pensaba dando una pequeña sonrisa y ruborizando sus mejillas un poco, cosa que Bulma notaría al estar junto a ella y pendiente de su reacción.

—¿Conocen lo que es el Ki?— Preguntó Gokú sacando a Diana de sus pensamientos.

—Según entiendo el Kí es la manifestación de la energía vital de todo ser vivo— diría Antíope.

—Eso es correcto, y precisamente esa es la energía que utilizo en el uso de mi fuerza, en mi caso no uso magia ni tampoco una fuente externa, aunque conozco algunos trucos.

—Lo primero de todo es el saber usar el Kí, si no lo usas correctamente, no podrán hacer nada de lo que me han visto hacer—. Mientras explicaba esto, Gokú hizo una pequeña esfera de energía la cual sostenía sobre su mano.

—"Mientras mejor la manejes, podrás usar mas para tu beneficio"— diría el sayayín a la vez que hacía crecer la esfera hasta alcanzar el tamaño de un balón de basquetbol, luego la elevó varios metros haciéndola crecer a un tamaño considerable.

Esto hizo asustar a todas las presentes a excepción de Bulma. Al ver la reacción de las amazonas, Gokú optó por reducirla de tamaño al anterior.

—¿La esfera que acabas de hacer, que daño podría ocasionar?— Preguntó Antíope.

—Eso es variable— diría esta—, cuando inicias en el uso del Kí, indudablemente el tamaño será una señal de su poder, pero dependerá del usuario y su expertiz en su uso. En mi caso por ejemplo, yo soy un maestro en su manejo, por lo tanto el tamaño no importará ya que dependerá de la densidad de energía que le proporcione, por ejemplo con una esfera como esta podría destruir lo que sea, desde algo pequeño hasta un planeta completo.

Mientras explicaba esto, Gokú apuntaría y lanzaría dicha esfera a un atril cercano el cual fue destruido en su totalidad, dejando sólo unos trozos de madera calcinada.

Gokú notó como el nerviosismo se generalizó al decir que podría destruir un planeta con una esfera como esa, pero prosiguió esperando que con el pasar de la demostración se calmen.

—Ahora, con el uso del Kí se debe tener mucho cuidado ya que podrías hacerte daño a ti mismo si pierdes el control, incluso podrías llegar a perder la vida por usar toda tu energía, recuerden que hablamos de la energía de la vida.

—También puedes usar tu Kí para un sinnúmero de técnicas, desde volar como lo hago ahora, multiplicarte como lo hice en la playa o lanzar esferas o ataques de Kí.

El Destino del SayayínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora