Capítulo 52 Preocupaciones, Cultivos y Misterios

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Bulma estaba sentada en el sofá del apartamento de Bárbara, su mirada perdida en la ventana mientras la luz de la tarde se filtraba suavemente. Bárbara, ya recuperada de sus heridas, observaba a su amiga con una mezcla de curiosidad y preocupación.

—"Bárbara, necesito hablar contigo sobre algo"—, comenzó Bulma, su voz quebrada por la frustración y la tristeza.

Bárbara asintió, ajustándose en su asiento para escuchar con atención. —"Claro, Bulma. ¿Qué pasa?"

Bulma suspiró profundamente antes de continuar—. "Es sobre Bruce. He estado tan... molesta y confundida con él últimamente. No puedo entender por qué sigue permitiendo que el Joker siga con vida. Después de todo lo que te hizo, después de todo el dolor que ha causado..."

Bárbara miró a Bulma con empatía—. "Sé que es difícil de entender. Bruce tiene sus razones, aunque a veces ni siquiera yo puedo comprenderlas del todo."

Bulma asintió, aún con sus ojos puestos en el horizonte—. "Cuando vi lo cerca que estuvo de morir... mi corazón se detuvo. Las semillas del ermitaño lo salvaron, pero aún así, no puedo evitar pensar en lo frágil que es todo. Le dije cosas terribles, Bárbara. Lo comparé con Vegeta, diciéndole que al menos Vegeta siempre tomó decisiones definitivas, aunque fueran difíciles."

Bárbara frunció el ceño ligeramente—. "¿Qué dijo él?"

—"Se quedó en silencio. Esa es la parte más frustrante. Nunca responde directamente, siempre tiene que ser el maldito caballero oscuro, guardando sus pensamientos y emociones. Me alejé de él porque no podía soportar verlo seguir por ese camino autodestructivo. Pero aún así... me preocupa."

Bárbara tomó la mano de Bulma y la apretó con suavidad—. "Bruce es complicado. Pero sé que le importas. Y sé que te importa él. Puede que no lo demuestre de la manera más obvia, pero tus palabras, tu presencia, tienen un impacto en él. Aunque te hayas alejado, eso no significa que no le importes."

Bulma suspiró nuevamente, ahora bebiendo un trago de vino que Bárbara le había ofrecido—. "Quiero que esté bien, Bárbara. Quiero que encuentre la paz, pero no sé cómo ayudarlo si él mismo no se deja ayudar."

—"Tal vez no se trata solo de ayudarlo"—, dijo Bárbara suavemente—. "Tal vez se trata de entenderlo. Bruce carga con un peso enorme, y aunque no siempre estemos de acuerdo con sus decisiones, tenemos que recordar que está tratando de hacer lo correcto, a su manera."

—"Además, el que haya hablado con Gokú y le haya pedido que lo entrene sin dudas es un salto enorme de su parte"— diría Bárbara mientras también le deba un sorbo a su vino.

—¿Tu crees?—, preguntaría Bulma.

—"Por supuesto que lo es". No recuerdo la última vez que Bruce pidió la ayuda de alguien, siempre ha solucionado los problemas el solo, es más, creo que esta experiencia tan cercana a la muerte le ha hecho replantearse algunas cosas.

Bulma asintió, apretando la mano de Bárbara—. "Gracias por escucharme. Creo que solo necesitaba desahogarme."

—"Siempre estaré aquí para ti, Bulma. Y para Bruce también. Somos una familia, de una manera extraña y complicada, pero lo somos."

Bulma sonrió débilmente, sintiendo un pequeño consuelo en las palabras de Bárbara—. "Supongo que sí. Tal vez algún día Bruce logre encontrar un camino de regreso, pero por ahora... solo quiero que esté a salvo."

—"Lo estará"—, aseguró Bárbara.— "Porque tiene personas que se preocupan por él, como tú. Y eso hace toda la diferencia."

—Cambiando de tema Bulma, ¿Mañana irás a la fiesta que Bruce ha preparado?, recuerda que es para recaudar fondos y apoyo en la reconstrucción de barrios abandonados y vecindarios industriales antiguos, también quiere modernizar el sistema de transporte de la ciudad.

El Destino del SayayínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora