El Destino del Sayayín

Capítulo 40 Sueños y Lágrimas

Kara se encuentra en un vasto laberinto, sus paredes están hechas de espejos que reflejan imágenes de su pasado. A medida que camina, ve escenas de su vida en Krypton, su partida y su llegada a la Tierra. Cada reflejo le muestra sus miedos, sus dudas y sus momentos de soledad

Sandman le habla con una voz suave y resonante— "Este es el reflejo de tus inseguridades, Kara. Has sido fuerte, pero siempre has sentido que no perteneces."

Kara se detiene frente a un espejo que muestra a su familia en Krypton, su rostro refleja tristeza y anhelo.

—"No puedes cambiar el pasado, pero puedes aceptarlo y aprender de él."

Kara asiente y toca el espejo. La imagen se disuelve, y el laberinto comienza a cambiar.

Ahora, Kara se encuentra en un vasto campo de batalla, mezcla entre los paisajes de su natal Kryptón y su nuevo hogar en la tierra Enemigos familiares aparecen ante ella, pero esta vez, sus movimientos son lentos, como si estuvieran en cámara lenta.

—"Tu poder no reside solo en tu fuerza física, sino en tu mente y tu espíritu. Aprende a dominar tu mente, y tu cuerpo seguirá."

Kara cierra los ojos y respira profundamente, enfocándose. Los enemigos comienzan a desvanecerse uno por uno, hasta que el campo está vacío.

Kara se encuentra ahora al pie de una montaña imponente. La cima está envuelta en nubes, y cada paso parece un desafío. Su primo camina a su lado, guiándola.

—"Esta es la cima de tu potencial. Cada paso que das te acerca más al control total de tus poderes."

Kara sube con determinación, enfrentando ráfagas de viento y corrientes de energía que intentan detenerla. A cada obstáculo, ella se detiene, respira y sigue adelante.

Al llegar a la cima, las nubes se disipan, revelando un paisaje sereno y hermoso. Kara se siente llena de una paz que nunca había experimentado.

—"Aquí, en la cima de tu mente, encuentras la claridad y la fuerza. Este es tu verdadero poder, Kara"—. Ahora es Gokú quien está a su lado.

En la cima, Gokú aparece, no como el guerrero que conoce, sino como una figura tranquila y sabia.

—"Kara, tu fuerza no se mide solo por lo que puedes hacer, sino por cómo enfrentas tus miedos y dudas. Estoy orgulloso de ti."

Kara siente una oleada de emoción y gratitud. Las palabras de Gokú resuenan en su mente, dándole una nueva perspectiva.

Kara se encuentra flotando en un espacio infinito, rodeada por estrellas. Una luz suave y cálida emana de su pecho, creciendo hasta envolverla por completo.

—"Esta es tu luz interior, Kara. Déjala guiarte, y nunca más temerás perder el control"— Ahora es Hipólita quien aparece frente a Kara.

Kara abre los ojos, sintiéndose más fuerte y más segura que nunca. La luz se fusiona con ella, llenándola de una calma y una certeza absolutas.

Kara despierta en su cama en Themyscira, el sol de la mañana entra por la ventana. Se siente renovada, tranquila y en perfecto control de sus poderes. Al levantarse, siente que ha dado un gran paso hacia el final de su entrenamiento, algo ha cambiado en ella.

—"Estoy lista. Puedo hacerlo."—serían sus pensamientos.

Con una sonrisa, sale de su habitación, lista para enfrentar el día y cualquier desafío que se le presente, con la certeza de que pronto completará su entrenamiento.

Con Muerte

Muerte pensaba en lo que había visto en el castillo de Sandman, la vida de Gokú, ya cuando el se la contó le había parecido maravillosa, ahora con la visión de la misma disponible, entiende que lo dicho por el sayayín se había quedado corto, era mucho mas asombroso que muchas de las vidas que había visto en su propio universo, sus reiteradas muertes en su mundo, las deidades tan diferentes, pero sobre todo, la fuerza demostrada por Gokú en su combate, ese  último gran combate junto a Vegeta, logrando lo imposible, salvar su propio multiverso de la aniquilación e incluso por amor, poniendo en peligro a los demás multiversos, entendía el por que Bulma estaba junto a el, su vida hasta su despedida del maestro Roshi, también su llegada a este universo, eran demasiadas cosas en que pensar, todas ratificando la decisión de La Presencia de traerlo a él a este multiverso —. "Sin dudas el cambiará las cosas"— pensaba mientras cruzaban el portal que los traía de regreso al mundo humano.