Luego de algunas semanas de tranquilidad, la ciudad se encuentra en un proceso de reconstrucción, sin dudas la batalla contra Zod había causado muchos estragos, pero el mundo regresaba a una aparente tranquilidad.
Después de la batalla, Bruce Wayne regresa a su vida en Gotham, pero el peso de la experiencia lo sigue. Cada noche, los sueños lo asaltan, llevándolo de regreso al momento en que estuvo al borde de la muerte.
Batman se encuentra en el campo de batalla, lucha desesperadamente contra los soldados Kryptonianos, se siente fuerte mientras los va derrotando dándoles puñetazos que brillan con la radiación roja de su arma, cada golpe lo hace sentir poderoso, pero de entre los soldados caídos, aparece Zod en persona caminando directamente hacia el. Batman lo golpea, pero sus golpes parecieran que chocan contra un muro de acero al cual no logra siquiera rasguñar, de repente se ve a si mismo como una figura frágil, tanto como el papel pero sigue golpeando a Zod. Este lo toma por el cuello encendiendo sus ojos de un rojo intenso, Bruce no puede hacer nada, una ola de terror lo invade cayendo en una desesperación evidente, más aún cuando Zod, de un solo golpe lo atraviesa por el pecho dejándolo moribundo en el suelo.
Es en ese momento cuando Bruce, en su inconsciente ve a una figura cerca de ellos, específicamente lo estaba mirando a el, como esperando su muerte. Una mujer de cabello negro y ropa casual, lo observa con una sonrisa pacífica, como esperando a llevarlo consigo.
El sueño finaliza cuando Zod, mirándolo con odio, le lanza su visión de calor no sin antes hablar—. "Solo dependes de tus juguetes humano, sin ellos no eres nada".
Bruce despierta empapado en sudor, comprende que pese a haber sido una pieza clave en la lucha contra los Kryptonianos, no tiene el poder suficiente para hacer frente con sus propias manos a amenazas mayores.
Metrópolis
Kara Zor-El, después de la intensa batalla y la derrota de Zod, se siente perdida. Aunque ha decidido proteger a la humanidad, la lucha interna por su identidad y propósito no se disipa. Se encuentra a menudo reflexionando sobre su pasado y su futuro.
La extinción de su raza y su colaboración en ello la habían sumido en una etapa de análisis interno, mucho de lo que había soñado ahora estaba lejos de su alcance, y aunque recordaba las palabras de Gokú antes del enfrentamiento, no podía apartar la imagen de Faora muriendo por sus ideales—. ¿Habrá estado ella programada para seguir a Zod de esa manera?,¿Eran verdaderamente ideales los que había defendido hasta el final, o simplemente programación genética? Kara se sentía abrumada por estas reflexiones mientras cuestionaba su propia identidad y propósito en la Tierra.
En ese preciso momento, Clark, su primo, entró en la habitación con una expresión comprensiva en su rostro—. "Kara"—, dijo suavemente, acercándose a ella—. "Sé que esto ha sido difícil para ti. Pero quiero que sepas que tus dudas son normales. Todos enfrentamos momentos de confusión sobre quiénes somos y por qué estamos aquí".
Kara asintió lentamente, agradecida por la presencia reconfortante de Clark—. "¿Cómo haces para tomar tus decisiones, Clark? ¿Cómo sabes qué camino seguir?", preguntó, buscando orientación en las palabras de su primo.
Clark sonrió, recordando su propia búsqueda de propósito cuando llegó por primera vez a la Tierra—. "Para mí, ayudar a la gente fue lo que me guio. Pero no se trata solo de seguir mis pasos. Tienes que encontrar tu propio camino, Kara. Tal vez sea en Metrópolis o tal vez sea en otro lugar. Lo importante es que hagas lo que sientas que es correcto".
—Pero en tu caso es diferente— diría Kara—. Tu has sido el único nacimiento de manera natural en siglos, no fuiste creado en una cápsula como nosotros, no te asignaron un papel dentro de nuestra sociedad.
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El Destino del Sayayín
Fanfiction500 años han pasado, ya todos se han ido, una propuesta de una nueva vida sorprenderá a Gokú, quien acompañado por alguien especial, comenzará una nueva aventura en el multiverso de DC. Una nueva vida, nuevos amigos y nuevas experiencias las cuales...