Capítulo 46. Marcadores

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Kay no estaba comprendiendo nada y a la vez comenzaba a entender algunas cosas.

—Hemos conseguido despertar uno de los genes que habían suprimido los primeros gobiernos Omegas —explicó Lovel a todos.

Su alfa, Bors, lo miraba sorprendido, a él sí le había afectado la voz omega de Ali.

—Lo localicé hace 6 meses por casualidad, ni siquiera estaba en ningún mapa genético, solo fue una intuición.

—Está fuera de todo protocolo —dijo Percy, el viejo. El joven seguía aún a su lado, lo que incomodaba a Kay.

—Creemos que se activa cuando el alfa se vincula a un omega.

—Yo no estoy vinculado a él —exclamó Kay sorprendido—. No puedo ser yo.

La mirada esquiva del alfa al que siempre pillaba mirándolo, le asustó aún más.

—¿A cuántos?

—A ellos dos, eran los únicos a los que se planeaba sacar.

El silencio volvió a recorrer la sala.

—Esta decisión tendrá consecuencias —dijo el mayor de los Percy— el consejo pedirá explicaciones.

Blamor dio un paso adelante.

—Las daremos, pero la realidad es que funciona.

Kay miraba a ese alfa de espesa barba oscura, ¿era aquello un complot?

Estaba empezando a abrumarse con tantos secretos, él había vivido una vida tranquila, quizás no plenamente satisfactoria pero sí su vida. Y ahora se veía entre juegos de alfas rebeldes que iban a costarle a todos la vida.

—Yo iré contigo —escuchó a Lance decir a Art.

Mierda, ¿estaba su amigo hablando en serio?

—Aún así, solo dos alfas no pueden sacar a todos los demás.

—Yo no he dicho que iría —se quejó Kay, pero no parecía estar nadie escuchándole.

—No irán solos —declaró Blamor.

—No podemos sacarlos a todos. —El padre de Ali y Blamor parecía ser el único en la sala con dos dedos de frente.

—Necesitamos al menos un mes para que la vacuna funcione —dijo Lovel mirando a su alfa, este asintió.

Así de sencillo, así de sencillo.

—¿Solo funciona si hay vinculación alfa-omega? —preguntó Percy, su Percy. El mero pensamiento le tensó, ¿desde cuándo había comenzado a considerarlo así?

—Eso es lo que creemos —contestó Lovel.

—Pero no lo sabéis.

El omega negó levemente, estaban experimentado.

Kay sabía que Lovel trabaja en los laboratorios, pero no que en realidad fuera genetista.

—Podemos inocularlo a los alfas vinculados.

—Un mes —dijo Bors mirando a su líder, curiosamente este no era el mayor de los Percy, sino Art.

Se formaron pequeños grupos que hablaban entre sí, pero de su lado, el alfa que creía estar vinculado con él no se apartó.

—No hace falta que vengas —le dijo Percy.

Kay lo miró, que fuera tan alto y fuerte le hacía sentir indefenso de un modo que ahora sabía sí lo era. Sin su voz, ese alfa podría con él.

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