Capítulo 43. Despertar

450 72 37
                                    


Lance sentía que su cuerpo ardía, pero el dolor, la ansiedad y la necesidad estaban remitiendo.

Parpadeó con dificultad y sonrió levemente, el mero hecho de hacerlo le causó molestias, pero no pudo evitarlo.

La fuente del calor ya no era su propio cuerpo, sino otro grande, muy grande que le tenía abrazado contra su pecho. Sus fuertes brazos lo rodeaban y una pierna musculosa completaba aquel encierro del que no tenía prisas por ser liberado.

Pero su cuerpo decidió por él y un profundo rugir de tripas hizo el trabajo de despertar a su compañero.

Art abrió sus ojos y como él mismo, sonrió.

—¿Tienes hambre? —le preguntó con la voz ronca por el sueño.

Diría que no, pero su estómago volvió a rugir y notó el hambre barriéndolo.

Los labios de Art estaban rojos y desgastados, y el golpe de realidad de que había sido él el que había machacado a besos y mordicos esos labios le hizo volver a la realidad.

Había tenido un celo con el que no había contado.

—¿Cuánto tiempo? —Si la voz de Art era ronca, Lance casi no pudo encontrar la suya, una afonía que le hizo susurrar más que hablar.

—No lo sé —confesó Art acariciándole la mejilla—. Iré a traerte alimento.

Les costó separarse, el frío tomó su cuerpo, si no fuera por la promesa de alimento Lance se hubiera negado a que Art abandonara su cuerpo. Pero solo pensar en salir de la cama y acompañarle le hizo cerrar los ojos, sus piernas no estaban colaborando por moverse.

Lo que no le producía ningún dolor era mirar a Art y se llenó los ojos de él. Había agarrado unos pantalones y algo le decía que si por él hubiera sido habría salido desnudo a por su comida.

—Espera —gimió, porque su voz había decidido no cooperar.

Art se giró y se acercó a él con preocupación en el rostro.

Sabiendo que su voz necesitaba un descanso solo apretó sus labios reclamando un beso, la sonrisa en el rostro de Art le calentó casi tanto como su cuerpo lo había hecho.

Atendió su reclamo con diligencia y le besó con dulzura para salir momentos después.

Lance se giró como pudo en la cama para quedar bocarriba, se quitó las mantas de su cuerpo para comprobar que aún tenía piernas, y descubrió que estaban allí y que sus dedos podían moverse pero sus caderas dolían y los músculos le gritaban que no se moviera.

Sabía lo que había pasado, lo recordaba, pero había sido una consecución de gemidos, gritos, gruñidos y necesidad mientras Art cumplía con cada una de las demandas que Lance había pedido que le costaba ponerlas en orden.

Notó su ano dilatado, lubricado y solo imaginar el semen de Art en su interior provocó una reacción positiva en él.

Su cuerpo tenía marcas, allí donde Art lo había sujetado, donde lo había besado, y juraría que él lo había mordido al menos en un par de ocasiones.

Su estómago rugió de nuevo trayéndolo a la realidad.

La idea de que lo que había pasado entre ellos se había colado sin avisar, sin darles opciones le apenó.

Lo había disfrutado y Art le había dicho una y otra vez que era suyo, que lo quería, que lo cuidaría. Aún así, hubiera deseado que aquel momento hubiera llegado con ellos en sus plenas facultades.

La puerta se abrió y Art llevaba una bandeja que Lance dudaba de que él mismo pudiera sostener con ambos brazos. Y no era un omega débil.

—Estaba fuera, todos han desaparecido —dijo Art con media sonrisa.

Le acercó la bandeja a la cama y cuando Lance trató de incorporarse fueron los brazos de Art los que hicieron todo el trabajo por él.

Sentirlo cerca era un alivio y más cuando le ofreció su pecho como respaldo y sus manos le dieron de comer.

El primer bocado le hizo darse cuenta de la verdadera hambre que tenía.

Y aunque Art se había negado a comer, Lance lo obligó con sus propias manos. Al menos, hasta que sus ojos fueron cerrándose poco a poco. No quería volverse a dormir, pero sus brazos eran tan cálidos, su corazón latía adormeciéndole y sus labios besaban sus sienes.

Volvió a apretar sus labios reclamando un beso que le fue dado antes de que la inconsciencia le pudiera.


αλφα


Art sostuvo a Lance durante un buen rato hasta que su propio cuerpo se resintió.

Había combatido durante años, pero la resistencia que le había exigido el celo de Lance estaba a otro nivel físico.

Sentía sus músculos agarrotados y podía asegurar que no le quedaba ni una gota de semen dentro de sus doloridas pelotas.

Pero lo que había sentido con esa unión, más allá del placer que había sido desbordante, fue una conexión que había dejado las cosas meridianamente claras para él.

Le dio un último beso a esos labios que reclamaban tan dulcemente, nunca, el sexo, nunca había sido como lo había sido con Lance.

Entró al baño y se vio por primera vez en un espejo, Lance lo había mordido, lo había besado duro por todo su cuerpo, y llevaba sus marcas en su piel.

Su polla hizo el intento de engrosarse, pero hasta ella misma sabía que este asalto lo tenía perdido.

Cuando salió aseado y comprobó que Lance seguía dormido, salió a por algo de información.

Cuando el celo había explotado los sintió fuera, sintió a todos esos alfas que querían a su omega. La nota junto a la bandeja de comida le decía que todos habían sido desalojados de aquel barracón, que estaban solos. Pero que cuando el celo pasara tendrían que hablar.

Cerró la puerta de su habitación, dejar a su omega allí no era lo que más le gustaba, pero el celo había pasado y sabía que ya no correría peligro.

Esa clase de institutos habían estado muertos para él, los únicos que había desarrollado habían sido los de la lucha.

Ahora había instintos de propiedad, de cuidado, Lance era suyo. E iba a dejarlo claro delante de todos.

No lo iba a devolver a su sociedad omega, no si no le dejaban acompañarlo.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Pues mira, lo que un celo no aclare, no lo aclara nada.

¿Qué es eso de separarse?

Me gustaría deciros que estamos comenzando a cerrar la historia, en mi mente a estas alturas estaría cerrada, pero no puedo, quedan muchas cosas por hacer, por descubrir y por parejas que cuajar jajajaj

Feliz lunes.

Besos

Sara

AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora