Capítulo 31. Planes

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Lance había sido demasiado inocente al pensar que su padre no tenía un control férreo sobre él, sus cuentas y por lo que parecía la IAya no le era tan leal como él había creído.

Pero a ese punto no le importaba que sus padres le hubieran "cazado", lo que le importaba era la seguridad de Art.

Así que lo mejor que podía hacer era permanecer en silencio.

—El dinero no es problema, hijo —le dijo su padre, el comprensivo. Se reía de su comprensión porque esta siempre llegaba hasta donde su otro padre pusiera el límite. Ni más ni menos.

—Un omega y un alfa es imposible— dijo su otro padre.

Aquel era el límite, pero para su sorpresa, no le parecía disparatado. Eso ya lo sabía él.

—¿Un alfa? —Parecía que él único que no asimilaba la noticia era Balan que se mostraba completamente en shock.

—Lo sabes, ¿verdad? —insistió su padre—. No hay lugar para vosotros dos.

Lance tenía dos opciones, rebatir y señalar más a Art o callar y seguirles la corriente. Todo había sido distinto cuando él creía que ellos no sabrían jamás sobre el alfa. Ahora que lo sabían, ahora que sabían que Art seguía vivo, las cosas cambiaban completamente.

Necesitaba pensar, calcular, pero no era bueno para trabajar bajo presión, mucho menos cuando la presión venía de sus padres.

No por nada, Lance había elegido una profesión en la que en el mejor de los días no necesitaba hablar con ningún ser vivo, solo sus artilugios del pasado.

—Sin mencionar, la vergüenza y humillación que traerías a esta familia. —Por supuesto, que quedara claro que ellos iban antes.

—Lo sé —fue lo único que Lance pudo decir, era cierto, lo sabía. Además, las posibilidades de que Art y él pudieran estar juntos también sabía que eran mínimas.

Ni siquiera sabía dónde estaba y si alguna vez podría volver a verlo. Todo eso lo sabía, pero aunque solo fuera un recuerdo en su vida, no quería vivir más la que sus padres habían marcado para él.

Era algo que hasta hacía poco solo era un hormigueo en su mente, algo con lo que se había acostumbrado a vivir. Tenerlos contentos era sinónimo de vivir en paz, y a él le encantaba vivir en paz.

—Muy bien, ahora que todo ha quedado claro, podemos seguir con los preparativos de la boda.

Lance iba a gritar que no, que él no iba a casarse, y mientras más insistieran peor sería, pero ¿era seguro para Art esa confrontación con su padre?

—¿Qué vais a hacer con él? —preguntó ansioso.

—¿Con quién? —Su padre con su rostro angelical de bonitos ojos azules y pelo claro podían ser del todo engañosos, sabía lo retorcido que llegaba a ser. Sabía perfectamente de quién estaba hablando.

—Mi... el alfa —dijo Lance. No se le pasó el gesto de disgusto de los demás.

—Ya no está en tu vida, donde quiera que esa criatura se haya fugado, nuestro gobierno al final la encontrará y liquidará, como ha hecho siempre.

O sea, que su padre conocía la fuga de alfas de las cárceles, sabía qué estaba ocurriendo, y lo peor es que daba por hecho que matarían a Art y todos los suyos.

Que ya lo habían hecho.

—Pero si quieres puedo dar aviso a las autoridades, puedo darle todo el material que IAya ha mantenido para mí y acelerar todo. —Lance sintió que no podía respirar bien, que ese era el punto de su padre durante toda esa conversación.

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