Capítulo 37. Débil

459 79 86
                                    

A Percy aquel engrudo cada vez le sabía peor, pero no era solo eso, algo no estaba bien con él.

—¿Me has escuchado? —le dijo Tris.

—No.

Le dio un manotazo sin querer al plato al tratar de apartarlo y todo el contenido acabó sobre la mesa.

—No jodas, P19S.

Lo menos que necesitaba ahora era a un omega encima.

—Lo siento.

Cuando el omega se fue, vio como Tris intentaba recoger la comida derramada, era extraña la relación que habían comenzado. Pero agradecía tener a alguien en esos momentos.

—Creo que algo me está pasando.

Los ojos de Tris lo miraron con sorpresa. En la cárcel, contra todo pronóstico no existía la enfermedad, sí había muerte y heridas, pero ni un maldito resfriado.

Y Percy se comenzaba a sentir como una auténtica mierda.

—Tu combate.

Sabía perfectamente que esa noche había pelea, que ya habían apostado y que su rival estaba asumiendo que su vida había terminado.

Los gestos que había tenido con Tris, al parecer, no habían mermado su nuevo liderazgo, aún así vigilaba bien sus espaldas por si acaso.

Pero no había contado con un malestar interno. Quizás no era cierto que aquella relación no había generado consecuencias, la palabra envenenamiento comenzó a correr por su mente.

Se levantó intentando disimularlo, no estaba seguro de que en esas condiciones pudiera salir ganador de ninguna pelea.

Sentir el cuerpo de Tris a su lado, protegiéndolo, le hizo sonreír.

Se encontraban amigos en los momentos más insospechados. Desde que ganó una pelea que nadie se esperaba, Tris había adquirido otro estatus, quizás su compañía también había contribuido. Pero si seguía jodido, de nada le iba a servir un Percy muerto.

Pero llegó al momento del combate, no sería una lucha justa, no en su estado.

—Tienes que hablar con ellos —se quejó de nuevo Tris— no puedes luchar así, no es justo.

Percy sonrió, estaba mareado y ver a Tris con más ojos de lo que sabía que tenía en su rostro era muy mala señal para entrar a la jaula.

—¿Y qué hay aquí de justicia? —Quiso tocarle la cara, pero su mano cayó en el falso Tris que su vista estaba desdoblando.

Art había sido su mentor, era su amigo, su padre, su hermano. No se hubiera sentido orgulloso de que su final fuera de aquella manera. ¿Pero había muchas mejores maneras de morir allí dentro?

Caminó por el pasillo hacia la jaula, sentía su cuerpo demasiado frío y a la vez estaba húmedo, estaba sudando hielo.

Hubiera preferido sentir calor, el frío nunca le había gustado.

Trastabilló pero un omega estaba detrás de él arreando como si Percy solo fuera ganado, bueno, quizás sí era ganado. Se rio de sí mismo.

¿Lo despiezarían una vez que muriera?

La imagen no le gustaba, pero ya estaría muerto, no importaba.

No quería dejar a Tris allí solo, no era un sitio para él, nunca tendría que haber entrado en ese lugar. No era violento, mostraba demasiadas emociones. No era su lugar.

Pero los rugidos de los omegas en las gradas le hicieron que le dolieran las entrañas, necesitó tomar aire.

Nada importaba ya, ni Tris ni Art ni él mismo. Aunque le hubiera gustaba ver por una última vez al omega de los ojos azules de la enfermería.

AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora