II Parte -Capitulo 28🦋-

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II PARTE

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II PARTE



Enero año 2021

Por favor Ann, ¡haz lo que te digo y pronto!

—Lo sé —respondí tratando de dar con el equipaje que entraba por la huincha del aeropuerto. Le hice un gesto a Ed, para que pusiera atención a nuestras maletas —Ays... Sali sin decirle lo del divorcio...

—¿¡Qué!?

—No quería hablar del tema. —me excuse.

Estas escapando... Mira, sé que para ti esto es difícil, pero es mejor que lo enfrentes y se lo digas. Los documentos del divorcio llegaran pronto a sus manos, sé que se llevara una gran sorpresa. —Aconsejaba Aysel, mi amiga y abogada.

—Cuando regrese a casa, hablare con Dylan.

Vamos Ann, sabemos muy bien que tú, no regresarás.

Y si, Aysel tenía razón no quería regresar no pretendía volver, ni menos continuar viviendo bajo el mismo techo que Dylan.

Está bien... —Suspiro —Te enviare los documentos, los firmas, me llamas apenas lleguen y luego los envías, lo más rápido posible —. Escuchaba los tacos de mi amiga mientras caminaba por las calles.

Recuerdo muy bien la noche que la conocí. Trabajaba en aquel entonces en un restaurante elegante de la ciudad. Habían transcurrido años, desde que nos habíamos casado con Dylan. La cocina estaba por cerrar aquella noche, pero de un momento a otro, llega el último pedido.

—¡Scott! —El chef llamaba mi atención, desde una esquina de la cocina —"Inspiración del Chef" —me entrega la comanda del pedido haciendo un gesto de: «Prepara el plato para el comensal». Era algo importante, si él, me estaba dando esa tarea y pensé quizás, en esa oportunidad de subir un puesto.

—¡Si Chef! —respondí sin titubear.

Ya entregado el plato y una hora más tarde:

—Chef, lo necesitan en el comedor —Iris, entraba a la cocina, la camarera del restaurante.

Puse atención a su visita y al llamado del Chef, pues el único plato que había salido era el que había preparado y ella lo había entregado.

—¡Scott! —La voz de Marco, el Chef, retumba en mi pecho, pensando quizás, que la salsa que había preparado estaba agría, y que la posibilidad de subir un puesto había bajado a uno.

Me acerque con rapidez cabizbaja, a esperar el sermón de mi jefe, maestro... amigo.

—Quítate ese mandil Scott. —ordenó de brazos cruzados, mostrando su tatuaje de una de sus bandas favoritas «Iron Maiden». Ante sus palabras pensé, tengo que dejar mi puesto, mi rostro dijo todo. Me observo y esbozo una burlona sonrisa de costado. —Te necesitan en el comedor.

—Eres un idiota ¿Lo sabías? —murmuré, dándole un pequeño codazo, cuando Iris, nos había dejado solos.

—Deberías haber visto tu cara —se burló —Me quedare sin trabajo —masculló imitando mi voz y haciendo una que otra cara ridícula.

—Espera que vayamos al bar... ¡Me las pagaras, Marco! —exclamé, lanzándole el mandil y dándole una pequeña sonrisa.

—¡Suerte! —grito el bribón.

Me desplace con un poco de nerviosismo y mientras mis pasos se acercaban a la mesa que llamábamos 911, broma que compartimos en la cocina. Esa mesa siempre presentaba mucha dedicación y quedo con el numero de emergencia.

Pensaba mientras caminaba, si la señorita elegante que estaba posando su Martini en aquella mesa, me fulminaría con sus palabras ante el plato que había preparado para ella. O, si las felicitaciones que anhelaba desde hace mucho tiempo, vendrían de su parte.

—Muy buenas noches —salude, escondiendo a la perfección mi nerviosismo. —Mi nombre es Hanna Scott, prepare su plato esta noche —me presente.

La pelirroja, me dio una mirada de pies a cabeza, mientras su guapo acompañante la observaba.

No baje mi mirada, y solo le di una sonrisa.

—Me llamaban —termine.

—Amo, que sea una mujer la que haya preparado el mejor plato que he probado en años. —expreso, con un tono placentero en su voz. —Hanna, mis felicitaciones.

—Gracias. —Sonreí y mi alivio y mi sueño de subir un puesto volvieron.

La elegante mujer, adornaba sus palabras cuando se expresaba de lo que había ingerido. Luego pidió el libro del restaurante, y entre a las mejores calificaciones del salón gourmet gracias a ella, y también a mi esfuerzo.

No dejo el restaurante sin despedirse, y pidió mi número telefónico, explicando que necesitaba hablar del plato.

Nos juntamos a la semana en un café, y lo demás es historia. Nuestra amistad nació y creció. Me recordaba a Ali, su seguridad y convicción.

Apenas veas al castaño me cuentas... Necesito saber la cara que pone cuando te vuelva a ver. ¡Dios quisiera verlos! —Ays, me recordaba que volvería a ver a Matthew y mi estómago subía a ratos.

—Te pondré al tanto de todo Ays. Envía los documentos, los firmare de inmediato —aseguré —Y no creas que no volveré, tengo cosas pendientes... volveré, recalqué.

Adiós Ann, cuídate —Corto la llamada y mi vista dio con Ed, quien me miraba atento.

—¿Todo bien mamá? —respondí asintiendo con mi cabeza y tomando una de las maletas que había recogido Ed. —¿Tomaremos el transfer?

Solo nos faltaba el último recorrido para llegar al pueblo.

—Así es... —sonreímos ante los últimos kilómetros que nos restaban. Y nos dirigimos a la salida del aeropuerto. 

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Damos comienzo a la segunda parte de esta historia, espero la disfruten y mil disculpas por no actualizar como es debido. Para su tranquilidad, esta historia ya tiene final escrito. Trataré de avanzar pronto. 

Los Amo lectores

Anna J.Torres ❤️


Gracias @lyraquinn97 , por tu amistad y siempre estar ahí.  Este capitulo es tuyo!!


𝑫𝒆𝒗𝒖𝒆𝒍𝒗𝒆𝒎𝒆 𝑴𝒊 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora