Capítulo 4: Un mundo cruel

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Advertencia capítulo no apto para -21 puede contener escenas sensibles

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Salir del orfanato no era difícil, lo difícil empezaba ahora. Eramos dos jovencitos solos ante un mundo desconocido, un mundo cruel donde, si nos descuidábamos nos depedazaría a ambos.
Mi Alfa afirmo su mano a la mía, mientras caminábamos en busco nuestro futuro, de construir nuestro hogar, donde formaríamos nuestra familia. El se detuvo un rato y abrió su abrigo y me mostró algo que no podía visibilizar bien, yo me detuve un rato cargar ese alicate durante horas era cansador — ¡Mira! —mostrando aquel ukelele, el instrumento que más amaba de todos, ya que fue de las cosas que se trajo de su casa, algo que cuidaba como si fuese su vida, amaba como nada en el mundo, aparte podía ver una bolsa con un disfraz hawaiano que usaban las auxiliares para los eventos infantiles.
¿Con qué necesidad de traerse el disfraz? — Cuando tengamos nuestra casa te tocaré un par de canciones. —verlo rozar sus dedos a los hilos del instrumento era hipnotizante, la melodía que se componía hacia que no pudiera dejar de verlo. Era maravilloso, hasta que
—Arriba, las manos esto es un asalt... —Y hasta allí llegó el ukelele, mi Alfa se asusto y lo uso para defenderse, partiendo en la cabeza del asaltante que cayó al piso ante tal golpe, verlo en shock mientras nos alejamos de allí, con el pedazo de madera que aún estaba en su mano, fueron cuadras intensas hasta que llegamos a un callejón y el se quebró, cayendo de rodillas, llorando al ver lo único que le quedaba de su infancia roto en sus manos, justo frente nuestro había un edificio que parecía abandonado.
Pero entonces vimos la faja que decía
"Clausurado por la IMOOM"
lo más probable que los inquilinos o dueños de allí, fueron encancerlados por la IMOOM, pero era muy tarde para andar afuera, así que sin importar use la Napoleón otra vez, y Zas puerta abierta.
Levanté a mi Alfa, que seguía muy mal y ahí en planta baja encontramos un lindo departamento abandonado.
No podríamos creerlo, era como sacarse la lotería ya que aún poseia los servicios como la luz y el agua. Era una bendición o una maldición, si había servicios lo más probable es que haya gente antes que ellos viviendo allí o quizás era una trampa de la IMOOM para atraer fugitivos ¿Quien se resistiría ante tal tentación?

—No podemos quedarnos aquí, es un trampa, ay que irnos. —salimos rápido de ahí, para luego visualizar a lo lejos camionetas de tal institución acercarse al lugar.
Lo bueno que ahora teníamos una colchoneta que extrajimos de ahí.
Luego de varias horas, nos metimos en un terreno boscoso atrás de una fábrica abandonada, y allí oculto de todo encontramos un gran caño de hormigón lo suficiente para dormir ambos y acomodar nuestras cosas, así que merodeando por allí, encontramos un gran círculo de madera que nos darían algo de privacidad, al menos de los mosquitos o algún animalito salvaje que nos vea como comida mientras durmamos. —Es perfecta.
—Si llueve nos ahogaremos.
—Pero juntos — Mi Alfa estaba recuperando el ánimo, así que nos abrazamos y dormimos; rogando que no llueva, y si llueve no tanto.

Continúara...

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