Advertencias capítulo no apto para mayores de 21, puede contener temas fuertes y sensibles para el joven lector, leer bajo su propio riesgo.
Tomen awita...
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— ¡Yo yo... jamás me olvidaría de ti! — Empezo a resonar en mi mente, mientras las lágrimas recorrían mi rostro, y si en verdad lo olvidé, si en verdad era mi hijo. Acaso había tenido un hijo y lo olvide, pero ¿Comó? Eso no podía ser real, yo no pude abandonar a sangre de mi sangre, carne de mi carne y olvidarme de él como sino existiera, movía mi cabeza en negación.
Esto no era real, no, esto era un mal sueño, una pesadilla, una de tantas que le perseguían desde su juventud. Seguro era eso, capaz ni siquiera se levanto aun para ir a trabajar, eso debia ser. Ahora si dejaria el alcohol para siempre, ya no beberia nunca mas, pero aquel aroma se acerco uno tan suave como el mas dulce de los Omegas, acelerando su corazón, por lo que por primera vez en tantos años, su mundo tuvo color. No podía seguir negando que aquel Omega que decia ser hijtoma su vientre era identico a él, que más de una vez soñó con aquel bulto oscuro sin rostro y ahora aquella mancha oscura, tomá sus pies para llegar a sus brazos y tomar forma, y verlo aquel pequeño Omega identico a él, aquel niño que apenas llegaba al año. Su hijo, su bebé. Millones de flashback llegaron a la vez, junto con aquella voz tan dulce, y su inocente "¡Mami!" . —No me niego, me niego aceptar que abandone un hijo, me niego. Yo yo yo.. no pude haber hecho eso, no pude. —Aquel Omega siguio acercandose a mi y logro su cometido me abrazo, me apreto en un abrazo como sino quisiese soltarme. Entonces como si la luz cubriese todo el lugar recorde como fue que se sucedieron las cosas, como fue que terminó todo, así. Deformandose el lugar para mi mente volver al pasado al cual renuncie recordar, al cual bloquee, al cual me negue que paso.
Todo había comenzado hace más de 20 años, cuando conoció al que arruino su vida, su esposo.----------------
Su esposo venia de buena familia, una familia de dinero que tenía varias empresas importantes.
En ese entonces apenas estaba en mis 20 años, él un Omega, y yo un Alfa dominante, que justo vino a pedir trabajo el día que ese Omega vino a visitar a su padre, ese día quede flechado ante tal joven, pero él no de mi.
Un amor que jamas fue correspondido, el meterme en esa familia fue un error que lo pagaba hasta al día de hoy, un error que me costó lo que más amaba en el mundo, mi hijo.
Todo por un —"¡Acepto! Yo volveré a su hijo por el buen camino" mi arrogancia, mi vanidad fueron mi perdición, mi castigo. Por no aceptar que ese Omega, mi Omega amaba a otro a un igual y que jamás me quería a mi, jamás.
Volviéndose el amor de mi vida, en mi condenacontinuara...