Capitulo 7: Un mundo cruel

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~Advertencias este capítulo no es apto para menores de 21, puede contener temas que pueden herir la sensibilidad del lector, se recomienda leer bajo su propio riesgo, y con cautela. Tomen awita, los quiero mucho. ~

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Con la gallina en mano, me dispuse a cocinarle algo rico a mi Alfa que seguía descansado en nuestro nido, al cual bautizimos como el "cañido", descansaba luego de que habíamos hecho el amor, por lo que yo alli torci el cuello de esta lo más rápido y fuerte que pude para que esta no sufriera, una muerte rápida e indolora, con esta muerta con una piedra algo rasposa coloque la gallina en un vasija con agua, vasija que no era mas que una chapa que arranque de la pared de la fábrica que era una especie de canaleta, para que el agua de lluvia no se acumule en el techo, y este no colapse. Por lo cual deforme con alguna de los otras herramientas que nos trajimos del orfanato para poder darle forma y hacer una vasija  improvisada que también seria una olla; durante esos días alli, rastreando la zona encontramos a un par de cientos de metros una canilla que nos daba agua, canillas de emergencia de la fábrica, y encontramos tambien cientos de tambores de almacenamiento de agua. Al parecer la fábrica en su momento fue una plástica, el problema es que era inmensa, encontrar la entrada era todo una hazaña por lo que mejor era mantenernos al margen.
Me lleve varios de estos al cual llenaba con agua; era divertido verlos rodar hasta nuestro "cañido", por lo que ahora no debiamos preocuparnos por el agua. Nuestro mayor problema y miedo, seguía siendo ¿Qué pasaría cuando lloviera?. Me sumergía en mis pensamientos mientras desplumaba a la gallina, y le dejaba bien limpia para lo que seria una gran sopa de cumpleaños, con la gallina lista la coloque en mi olla, que gracia a los cielos no perdia nada, bueno muy poquito; la dore un poco con su propia grasa, y con una bandeja de verduras que compre con la paga del día le di mas sabor, cuando la carne ya empezó a tener un color blanquecino señal de que se estaba cociendo, fui colocándole agua, 2 medias 1/2 botella de agua, ya que al no tener como medir usábamos una botella que antes fue de agua para la comida, para todo.
Cuando al fin todo estuvo cocido, abrí un  paquete de fideos, de los que a él le gustaba eran unos con forma de bolitas tan chiquititos, tan ricos, aunque era mi cumpleaños yo era feliz consintiendolo a él, ver su cara de felicidad ante pequeños detalles que yo podía darle; ni bien la sopa estuvo lista, fui a despertarlo para comer.
Al entrar al caño, su mano me agarro del brazo tan fuerte como si fuese arrancarmelo, su piel estaba hirviendo, balbuceaba palabras inetendibles por lo que mis instintos salieron a flote, lo destape urgente, se estaba ahogando con su saliva en plena convulsión, lo coloque de costado para que pudiera respirar con tranquilidad, y evitar que se me vaya a broncoaspirar, sus ojos me miraba aterrorizados pidiéndome que lo ayudase, que no lo deje solo, coloque mi dedos entre los suyos, y lo contuve mientras trataba de darle un antifebril que tenia en la mochila, para que bajase su temperatura que no podía medirla por no tener conque, ¡Shsh! ¡Tranquilo mi amor!¡Tranquilo! Es solo la fiebre, es solo eso, cerro sus ojos, su cuerpo que antes está rígido se fue soltando, y empezó a temblar como pez fuera del agua asustandome, luego de eso quedó inconsciente un largo rato, hasta que volvió en sí luego de que su fiebre bajó después de una hora.
Sin duda ese día que parecía haber empezado bien, terminó conmigo llorando, y cambiando las sábanas por completo por unas limpias, por incidentes durante su schock convulsivo.
luego de un par de horas entre que lo ayude a bañarse, lavamos todo así a lo rústico a puro restregar de fuerza bruta con un jabón blanco de los tipo multiusos. Tomamos la sopa, que estaba rica, pero fría.
—¡Mañana vengo y nos vamos a un centro de salud a cualquiera, debemos intentarlo, no podemos seguir poniendo en riesgo tu salud! —Me quebre y lloraba nuevamente mientras me temblaba la manos —Pensé que te morias, que te perdia, que los perdia ¡Debemos encontrar un medico! Por ti, por el bebé.
—Esta rica la sopa, gracias por cuidarnos. —El solo miraba la sopa, mientras le lloraban los ojos por lo que me acerque para chocar nuestras frentes, viendo que esto solo sería una de las tantas tormentas que enfrentariamos juntos.

Continuara...

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