Capítulo 30: Una vida comienza en un mundo cruel

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Advertencias ⚠️ este capítulo no es apto para menores de 21 años puede contener escenas sensibles y explicitas de abuso, violencia, muerte ect.
leer bajo su propio riesgo, todo lo presentado aquí es ficción

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Encontrar a mi esposo seria algo difícil de lograr, no podía simplemente volver sobre mis pasos, porque lo más probable es que ya no estén en la casa y esta estar vigilada. Sinceramente no sabía por dónde comenzar, ni donde dirigirme, estaba literalmente perdido.

—Yo puedo ayudarte a buscarlo aquí en los barrios Betas, pero en otros lados no. Es un riesgo que no estoy dispuesto a correr.

Los Betas eran casi como los Alfas, físicamente no dominaban porque no tenían esa necesidad, así como los Alfas y Omegas también había Betas Dominantes, pero eran escasos, ya que de por si los Betas comunes eran peligrosos, uno Dominante era casi innecesario.

Los Betas podían parir así como los Omegas, pero eran más parecido a un Alfa en muchas cuestiones, hubo una época que los Impuros para evitar ser atrapados se hacían pasar por Betas ya que era más fácil disimular que ser Omega, pero había un detallitos.

Los Betas normalmente se relacionaban entre ellos, o humanos, era muy extraño ver un Beta con un Alfa o con un Omega por lo que se descubría más rápido aquella mentira, por lo que debían sacrificar más el cuerpo y fingir ser Omega para evitar ser atrapado.

Debido a esto los barrios de Betas eran seguros, allí la IMOOM y la IMOAM no tenían poder los Alfas y los Omegas no tenían que fingir nada solo ser discretos al entrar y tratar de no ser vistos salir de alli, una vez dentro ya no era peligroso.

Los Betas no se metían con nadie, que no se metiese con ellos, lo que si eran peligrosos eran los humanos, ellos se relacionaban mucho con los Betas y no eran de confiar.

Al fin al cabo aquellos que abusaron de mí, eran humanos.

Aprovechamos la búsqueda para pasear un rato, y divertirnos con Lisandro.

—Mira Santiago, son globos, nunca tuve uno.

—Yo tampoco. ¿Quieres uno? —Tomé un dolar y compramos 2 goblos, estos era grandes y tenia colores chillones, que lo hacían precioso.

Lisandro corría por todo el parque con el globo en la mano, disfrutando de su niñez que apesar de su forma de vida seguía intacta.

—Es un niño encantador, ojalá nunca nadie dañe su inocencia ¿Mamá? —a pesar de que me había dejado decirle madre, me daba vergüenza decírselo no me acostumbraba, pero necesitaba decírselo necesitaba tener una madre aunque sea de mentira.

—El era un niño pequeño, cuando encontré aquel hombre encima de él.

Su padre ese día no fue a trabajar, se quedó con él. Su padre era un Alfa hermoso, dulce, buen padre, y superatento, pero las malas lenguas siempre hacían de la suya, decían que era un Omega fingiendo ser un Alfa, por ser hermoso.

Yo los ignore, no importaba si lo fuera, lo amaba.

Esa día fui a comprar, y hacer tramites que me llevarían todo el día, ya que debido a su trabajo no pasaba tiempo con él niño, por lo que se lo deje.

Aproveche y compre cosas que me faltaban en la casa y tarde unas 10 horas.

¿Qué podía pasar en 10 horas? Si el estaba con su padre.

Al bajar del auto encontré la puerta forzada, rota. Solté las cosas al piso al ver la casa revuelta, fui rápido a la cocina y saqué un revolver del cajón y subí allí lo vi aquella rata immunda abusando de mi pequeño, le dispare dos veces, dos detonaciones cayendo en la segunda. "Mami! Mami, el coco está aqui y lastimo a papá" ese maldito lo estaba manoseando a mi pequeño. En eso oi pasos gente acercandose, me resguarde tras la puerta y cuando entraron los dispare a ambos, había matados a 3 personas, 3 personas. En eso llegué a la habitación principal y escuché la televisión prendido, ¿Acaso mi esposo descuido a nuestro hijo por ver la tele? No me negaba a aceptar tal realidad entonces abrí la puerta y vi el horror, mi esposo completamente golpeado, desangrándose en el piso.

Llame a la ambulancia y se lo llevaron. Lo internaron y todo marchaba normal, hasta que revisaron a mi esposo, era un Impuro.

Iban a llamar a la IMOAM para llevárselo.

Empezaron a cuestionarme a decir que seguro yo era cómplice y seguro yo lo avalaba, iría preso por tal rebeldia.

Habían entrado a robar, golpearon y uno de ellos violo a mi esposo; manosearon a mi pequeño.

No les importaba ni eso, ni que había matados 3 personas. Les importaba que mi esposo tenía un mes de embarazo, eso le importaba.

¿Cómo podía ser tan mal Omega y atreverme a embarazar a mi Alfa al cual resultó que si era un Omega, pero yo no lo sabia?

Lo internaron en la IMOOM, y iban a ir por mi y mi pequeño, tuve miedo y hui de alli, conocía los rumores.

El no nos abandono, tuve miedo y tuve que huir, lo dejé a su suerte.

Hace un par de años lo vi, y mis miedos fueron correctos, el no me reconocía lo habían lobotomizado y reeducado para que se comportará como lo que debía ser un Omega sumiso.

Su brillo todo estaba apagado en él, lo habían hasta casado con un Alfa para que sea como Dios manda.

En ese momento odie aquel Alfa que se robaba a la persona que yo amaba, odiaba al destino en sí, aquel Alfa era un idiota un tipo que solo le decía ¡Haz esto! ¡Haz lo otro! —Entonces vi aquellos pequeños ambos tendrían la edad del bebé que el esperaba. Me alegre tanto mi hijo si nació, los niños ambos eran pelirrojos como yo, pero aquel Alfa al que lo casaron también lo era.

Es como si hubiesen buscado al ideal para que nadie se diera cuenta de la farsa, todo planeado a la perfección. —Empezo a tragar saliva fuerte mientras las lágrimas le caian y yo no salía de mi asombro, mientras Lisandro se tiraba de un tobogán a pesar de ser ya un niño grande —Me acerque a uno de los niños y trate de ver su rostro bien aunque sea una vez, pero entonces aquel Alfa apareció y mostró sus garras. —"Alejate o te mato".

Enfureci, y le grite: ¡Son mis hijos!.

Gritos fueron y vinieron, y era verdad ese niño no era mi hijo, no lo era aquel Alfa era un Impuro salido de la misma IMOAM y aquellos mellizos era hijos de su vientre, no eran ni míos ni de mi esposo.

Su familia había buscado un Omega para tapar a su hijo, y poder sacarlo de la IMOAM y mi esposo fue la mejor opción, un Omega roto, para un Alfa roto.

Luego de un tiempo el me busco quería saber la verdad, la verdad que olvidó, y aquí estoy de 5 meses de él, viendonos una vez por semana a ocultas de su esposo y de la IMOOM. ¿Sabes tu llegaste en un buen momento?

Habíamos planeado denunciar a su esposo a la IMOAM, inventar que el andaba con un Alfa, el se quedaría con sus bienes y luego huir lejos, pero el siempre estira el dia acordado, ahora empeze a tratarte y siento lastima por aquel Alfa y se porque pone peros al asunto, ahora no se que hacer. Yo lo amo, el me ama, pero esta ese tipo en el medio y aquellos niños que no tienen la culpa de nada.

No se que hacer, estoy entre la espada y la pared.

—Y si hablas con el esposo y llegan aún acuerdo, algo que beneficie a los 3.

—No lo sé, tengo miedo de que termine todo mal.

—¡Mami mami! — Lisandro vino corriendo a donde nosotros —Mira mami, allá va tu amigo el que se parece mucho a papi. Sabes mami a veces será que yo era insoportable y por eso nos abandono. —Señalando a aún Omega castaño a lo lejo que iba con dos pequeños pelirrojos y un Alfa del mismo color de cabellos saliendo de comprar ropa y discutiendo entre ellos. —Iré a saludarlo

—No, Lisandro ni se te ocurra. —Pero se largo a correr y fue hacia ellos, para saludarlos. —¡Hola amigo de mami! Es un gusto verte, mira tengo ropa limpia, y huelo rico. Estos son tus hijos. ¡Hola mi nombre es Lisandro! ¡Su mami es amiga de mi mami!

Yo puedo ser amigo de ustedes. —El Omega estaba asustado, el Alfa estaba furioso y Agustín no sabía dónde ocultarse. —¡Creo que fui claro que no te quiero cerca! —Aquel tipo empezó a largar feromonas a diestra y siniestra e iba a golpear a Agustín cuando... —Intentalo y te rompo la mano —Lisandro le sujetaba la mano aquel Alfa mostrándose totalmente aterrador para sus cortos 13 años. —A mi mamá nadie le va a pegar, nadie.

Continuara...

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