Capítulo 46: Una vida comienza en un mundo cruel

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Advertencia ⚠️ escenas sensibles; canibalismo, muerte, locura
leer bajo su propio riesgo.

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El despertar abrazado con Ismael era muy satisfactorio sus feromonas me calmaban me hacían sentir seguro, más ahora con el embarazo que mi mayor peligro eran aquellas pesadillas.
—¡Buen día! Les hize el desayuno. -Mi suegro había preparado huevos revuelto, con queso y tostadas, para ellos cafés, y yo un te con leche.
—No creo que te haga mal el café.
—Es cafeína
—Te comiste un roedor.
Bueno, tenía un punto. Pero ante las dudas mejor seguía cuidandome, no podía arriesgarme.  El té sabía raro, estaba muy fuerte, un dulzor extraño, iba a preguntar hasta que mi suegro me respondió; ¡Es edulcorante! Debes cuidar tu azúcar.
Lo tome, pero no me agradaba nada la idea, nada.
Me enliste para ir comprar colocandome el hiyab y salir a pasear un rato con Ismael.
—Oye crees que esto terminará algún día, que podamos vivir sin fingir, sin ocultarnos.
—Ya verás que si Santiago, ya verás —alli estábamos en aquel cisne de parejas en pleno lago, charlando. Hasta que oímos aquellos balazos.

....
¡jamás me atraparan con vida! —gritaba un loco que se metia al lago desde el lado que no era del barrio Beta con un bebé en brazos, trataba de cruzarlo a nado.
Por lo que veía era un Alfa con un bebé en brazos huyendo de la cuadrilla de la IMOOM; estos lo agarraron para luego quitarle la cría.
—Devuelvanme a mi hijo, es mío, es mi bebé. No me lo pueden sacar. Es mío.
—La IMOAM se encargara de ti —vi como le dieron choques eléctricos para tratar desvanecerlo y llevárselo.
—¡Ismael, volvamos a casa! ¡Volvamos por favor! —Estaba llorando del schock por la escena, era horrible, aquel Alfa se le era arrebatado su hijo, entonces aquello sucedió el Alfa ataca se soltó y mato a su bebé delante de todos para luego caer abatido de un disparo, fue traumatizante ver cómo aquel tipo arranco al bebé y le rompió el cuello de un mordisco, a su propia cría, a su propio hijo.
Ismael me saco del cisne para tratar de calmarme, pero no podía.
Acaso yo me comería a mi cría; no eso no podía ser posible.
Regresamos a casa, y comenzé a llorar sin parar..
—Yo no quiero comerme al bebé,  no quiero llegar eso. No deseo hacerle daño, Ismael jurame que me matarás ante de que haga tal cosa.
¡te lo ruego!
—Calmaté, Santiago. Eso no va a pasar, no va a suceder.
—Juramelo. Por favor
—No, no lo haré.
—Por favor.
—Eso no pasará. Tu no lo harás.
Tu no llegarás a eso, cálmate, saldremos adelante, a como de lugar.
—Y si lo hago, y si me lo como. Dios mío no quiero comerlo no quiero, por dios, prefiero morir antes que comerlo.

Seguía llorando para luego mi suegro llegar con el almuerzo; no podía decir que se me fue el hambre, porque hambre siempre tenía.
Es algo que siempre tenía; mi suegro había hecho, estofado de pollo y papas, estaba comiendo hasta que mi mente empezó a jugarme en contra, ¡¿Que estába comiendo?! Era... un bebé.
Arroje el plato y empecé a gritar sin parar, tenía una crisis, estaba en una crisis para luego atacar a mi suegro —¿Por qué me diste bebé de comer? Estás loco, acaso... Tu no quieres a tu nieto quieres deshacerte de él.
–Santiago, estás mal. Mi padre no te quiere hacerte daño, solo es pollo,  cálmate.
—Acaso no ves Ismael, es un beb... —Era pollo, el piso estaba cubierto de pollo y papas. Mi suegro estaba asustado ante mi reacción. —¿Dónde está el bebé? El que estába aquí.
—Santiago, iremos al doctor. No puedes seguir así, no puedes.
Esto ya es demasiado, demasiado.
¡Vamos!
—Vas a quitarme el bebé ¿No?
Empezamos a pelear, y lo golpee, golpee a mi esposo, por lo que me quedé en una esquina llorando abrazando mi vientre. Ante todo lo que sucedia a mi alrededor.
Mi esposo solo me veía sujetando su mejilla roja, de una bofetada.
—Santiago, tienes que calmarte. —Largando sus feromonas para tranquilizarme en lo que venía un doctor a la casa.

Continuara...

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