capítulo 40; una vida comienza en un mundo cruel

27 3 0
                                    

Advertencias ⚠️  historia no apta para menores de 21: puede contener escenas sensibles.
[Moustrificación ect]

----------------


Terminamos de almorzar y nos despedimos; Ismael debia regresar con su padre   por unas cosas para venirse a vivir conmigo y ayudarme con los mellizos.
Era sin duda una jugada arriesgada, pero yo ya no podia vivir sin él, mi cuerpo lo necesitaba más ahora con la llegada del bebé.
Lo acompañe hasta la puerta, y nos besamos; juntamos nuestros labios para nuestra salivas mezclarse en aquel apasionado beso para luego de terminado repetirle : ¡Te amo! Pase lo que pasé, siempre lo haré. Siempre te amare, siempre.

—Yo también te amo. Nos vemos en un par de horas.

Verlo subir al coche, mientras me despedía de él  con la mano para volver donde los mellizos, y prender la radio para distraerme un rato.
En eso escucho algo que me dejo impactado; "La IMOOM comunica que la siguiente persona es profugo de la justicia, ayudarlo e ocultar información esta considerada delito de complicadad etc..." pero lo que me llamó la atención no fue eso sino fue la descripción del padre de Ismael, era cual era terrorífica como su describieran a un mounstro  "La IMOOM también busca información del Beta Manuel Isaias dueño de tiendas y centro comerciales Stars, el nivel de amenaza es "Griffo" por lo que en caso de información se recomienda mantenerse alejado y llamar a la IMOOM a los siguientes números ..."

¿Qué era una amenaza "griffo"?
Aquella palabra no salía de mi cabeza ¡Griffo! ¡Griffo! Si no me equivocaba los Griffo eran uña criatura legendaria cabeza de águila, cuerpo de León
Una quimera temeraria de la mitología que era capaz de llevarse animales de gran tamaño.
Se que mi suegro era de armas tomar, pero no para considerarlo una amenaza al punto de compararlo con un mounstro mitológico me parecía injustificado.
En eso gire, y vi que Lisandro estaba alli, ¿en que momento entro? Sorprendido oyendo la radio: ¿Griffo? Acaso hay griffos aquí.

—Los griffos no existen son un mito Lisandro. —Él me miró con sorpresa como si yo hubiese dicho una tontería. —¿Seguro? O nunca viste uno.
—¿Cómo voy a ver uno sino existen?
—Santiago, los Griffos si existen son la amenaza más grande que hay. Yo vi varios, era enormes; sus alas eran tan grandes que tapaban  el sol. Esa cosa era temeraria, recuerdo que con mamá debimos estar una horas sin poder salir en lo que cazaban esa cosa pero nunca le hicieron, era un hombre Alfa dominante con capacidad de volverse una Sirena griffo, recuerdo que mamá no queria que me acerque y yo lo hize igual—Más y más hablaba Lisandro,que hasta podía creer que hablaba de mi, yo no soy un mounstro, me estaba ofendiendo y mucho, podía escuchar como la radio describía físicamente las características del padre de Ismael. ¡Dios mio! Entonces ese hombre era un mounstro, no no podia ser los mounstros no existen, ¿o si? Imposible, jamás había visto uno, jamás.

—Lisandro esas cosas no existen, seguro fue una pesadilla y eso jamás pasó.
Los mounstros no existen.
—Qué si Santiago, te mostraré. —Me sujeto de la mano y me arrastro hacia el patio para que lo acompañaba a subir el techo, una vez en el techo, me dijo que me sostuviera bien. Desde allí podíamos ver los alrededores y la puesta del sol..
—Lisandro los mounstros no existen, son inventos.
—10
—Inventos para asustar a la gente y tenerla controlada —El miedo me hacia temblar, y dudar mi cuerpo estaba alerta ante aquella posible amenaza, no no los mounstros no existen.
—9
—Bajemos de aquí no veremos nada.
—8, creeme vendra.
—No existen
—7, si es de las pocos que vi que es bueno.
—No existen, solo son mentiras.
—6 mira alli viene. —Mis ojos no podían ante lo que veían mis ojos, aquella cosa era como un fénix, una especia de sirena voladora con aires de harpia sus plumas eran rojas y naranjas su cabello era rojo, constratando con el carmesí de sus escamas y su pelaje de sus piernas que parecian como las de un zorro. Era como si volara ardiendo en llamas, aquella criatura se acercaba a gran velocidad como si fuera atropellarnos, a llevarnos puestos.
—5
—Debemos correr Lisandro, urgente, debemos huir. —Sí todo era real, ya nada era seguro para mí ni para mi bebé, debia huir, en lo posible huir del planeta si era posible.
—4
—Vamonos, Lisandro. —Aquella cosa venía hacia nosotros, sin inmutarse para luego ver a Agustín allá abajo; ¡Bajen urgente! ¿Qué hacen allá arriba? Están locos, acaso, Lisandro  nooo, bajen rápido.
—3.
Esa cosa estaba solo a metros de nosotros, Agustín gritaba que nos bajaramos urgente, Lisandro sonreia seguro de si mismo. Mientras aquel mounstro nos haría su bocadillo.
—2 ¡Vamos Santiago, muéstrale quien manda!
—¿Qué estas loco?
—1, ataca. —Todo fue en cámara lenta, la criatura estaba frente a mi sus ojos ardían en fuego, mi mano sujeto su cuello y con una fuerza desconocida lo hize volar contra un muro a  varias cuadras de allí, sujete a Lisandro y nos bajamos de allí para luego aquel bicharaco a parecer de vuelta allí, furioso al evitar que seamos su presa.
Agustín tomó a Lisandro, y yo seguía sin saber que pasó, mis manos tenían garras parecian las de un Águila, para luego ver mi rostro en un charco de agua, mis ojos eran como los de una serpiente mi lengua era bífida, mi piel escamosa. Eso era imposible yo no podía ser un monstruo, no no era real esto debía ser una pesadilla. Aquel Urraca tomó vuelo para venirse en picada hacia mi, esa cosa me tenía una gran ventaja, volaba y yo ni siquiera sabía que era esto.
¡Vamos Santiago! Tu puedes sacas esas alas enormes.
—Yo no tengo alas no se que hablas Lisandro, ni siquiera sabía que podía hacer esto.

—El dia que te conoci, te vi merodear los alrededores en un transe, tus alas eran tan grande que hacían temer a cualquiera, te seguí, y di contigo que luego de un par de horas estabas allí con tu forma humana.

—No tengo alas, o no se usarlas. —Aquel mounstro iba a dar de lleno conmigo, entonces cerré los ojos y todo fue oscuridad para despertar allí en el medio del patio, sin saber que hacia allí ni como llegué.
—Estuviste fantástico Santiago, aquel bicho al ver tus enormes alas quedó enceguecido y huyó.
—¿Alas? Que no fue un sueño.
—No.

—Estas bien.
—No. —Desmayandome allí mismo ante aquella verdad revelada. Era un mounstro, por lo que si eso se llegaba saber sería perseguido por siempre, pero sobre todo como le diría a Ismael.
¿Cómo le diría tal cosa?
.....
Al despertar los mellizos me miraban, uno de cada lado.
—Estas bien, dormiste mucho. Mami vino temprano hoy al parecer lo asaltaron.

Me levante y fui donde su madre dormía en pleno sofá, allí estaba con el rostro magullado y una gran marca en el cuello, mismo lugar donde sujete a  esa terrible urraca..
No queria a juzgar a nadie sin pruebas, pero se me era muy sospechoso, demasiado.
—Mira Santi, hasta nos trajo plumas son bellísimas.  — Mostrándome aquellas brillosas plumas naranjas y rojas.
No había dudas él impostor era la Urraca.
Por lo que debía cuidarme de él, más que nunca.

Continuara...

...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora