Capítulo 24: Un vinculo que se ha roto

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Advertencia el siguiente capítulo contienes escenas con contenido explícito hard, erótico y pornografíco. Cómo también temas sensibles se recomienda para mayores de 21 años, y leer bajo su propio riesgo. Todo lo presentado aquí es ficción, no intente repetirlo en su casa...

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—No. Tú, abusaste de mí. -Acusándonos mutuamente con aquel dedo acusador.
Él se quedó un rato mirándome tratando de recordar lo sucedido para luego gruñirme —¡Grrr! Ya recordé lo que pasó, vamos a repetirlo. —Mirándome de una forma lasciva, como si quisiera comerme; hacerse de mi cuerpo, devorar mis carnes, mirandome de tal forma que su mirada de por si me profanaba hasta el alma, exclamando como si fuese otra persona ¡Vamos! Repitamoslo hagámoslo otra vez. -Acorralandome, contra la pared, siendo el un depredador y yo, una presa.

—Nooooo, esto no se debe volver a repetir. No está bien, es inmoral, inaceptable. Yo soy un Alfa, esto no debió haber pasado. Nunca.
—Pero ya pasó, ¿Acaso te arrepientes? Te arrepientes de lo que hicimos.
—Sí. No está bien y no se volverá a repetir.  —Me iba a vestir, pero el me tomo de las caderas para susurrarme al oído —Al menos hagamos algo antes de no volver hacerlo nunca más, dejame sacarme estás ganas que ayer no me hiciste.
—Dime ¿Qué quieres?
—Móntame, Santiago, y no volveré a insistirte. —Me descolocó su proposición, quede estupefacto ante tal pedido, mientras sus manos pequeñas a comparación de las mías apretujaban mis muslos.
—Lo haré, pero será la primera y la última vez que lo haga. ¿Entendido Ismael?
—No soy Ismael, ya te dije que ahora soy Isaac, tu Alfa, pero si Santiago entendido.
No tenía ganas de pelear así que simplemente ignore su tontería.
Él se recostó contra el respaldo de la cama, cubriendo sus partes nobles con la sábana; lo descubrí, dejandolo desnudo por completo para tomarlo entre mis manos y darle placer con mi boca. El me miraba fijo y yo podía ver su rostro que aún con aquella venda debido al agujero de su mejilla seguía siendo hermoso, cuando al fin este estuvo firme, llegó la parte mas difícil que era montarlo.
Había muchos problemas, y uno de ellos era la contextura, el era tamaño promedio, pero yo ya tenía contextura mediana a grande
¿Cómo haría tal cosa?
—¡Quiero que lo hagas de frente! Así te ayudaré. – Iba a agradecerle,  pero seguro eso lo aprendio con sus amantes. Por lo que continúe superenojado por los celos que me consumían.
El se acercó al borde de la cama, y yo me senté sobre el mientras lo abrazaba para luego el, estimular con sus dedos lo que se venía. Entonces comenzé con los movimientos de arriba abajo, pero solo había sido la punta y mis ojos ya estaban  llorando ante tal sensación, respiraba hondo para poder continuar, cuando más entraba más incómodo, pero placentero se volvió. Me sentía sucio, un pecador, un infame por sentir placer por tal acto.
—Ya solo falta poquito, solo falta un poco más. -Pero yo ya no podía hablar, parecía un perro que desesperado por agua solo le quedaba jadear con la boca abierta y la lengua afuera, mientras aquello dentro mío entraba y salía, ante mis subidas y bajadas de caderas… Mientras el aprovechaba la situación para tomar mis pectorales y lamberlos, morderlos, succionarlos mientras sus manos manoseaban mis glúteos, entonces aquella sensación placentera pero incomoda volví cuando al fin ya había alcanzado el orgasmo, y el estaba totalmente a dentro. La lubricación apareció y con ello la culpa, acaso era cierto, era una maldición por tener relaciones contra-natura, era un castigo.
—Ay que frenarlo, te estoy ensuciando. –Pero el me ignoro, y como si el celo de la noche anterior hubiese vuelto por más, el empezó a soltar sus feromonas y me solto rescatandose para atrás —Me duele la espalda ahora deberás continuar solito, hasta terminar —Sonriendome de forma burlona mientras yo seguía rojo de la vergüenza allí montado arriba sin saber que hacer ni de donde agarrarme, más me movía más lubricaba y más vergüenza me agarraba.
Yo no debería estar haciendo eso, no debía. Era un Alfa, uno dominante.
Pero entonces había logrado un equilibrio, para no caerme y con esa  la incomodidad empezó a desaparecer junto con la vergüenza el placer fue aumentando y el calor de piel de la noche anterior había regresado a mi también mis feromonas salieron a igual que el, pero las mías embriagaron todo la habitación.
Por lo que iba ser una acto excepcional solo fue el broche de apertura para una nueva faena desenfrenada  llenas de feromonas, sudor y  otras cositas a plena mañana hasta el mediodía.
Porque luego de ese acto, el buen juicio y la cordura salieron de nosotros para solo haber lujuria y deseos de carne o quizás era por los años de intimidad fría, que hoy pasaron factura.  Nuestra relación cambio para siempre a partir de ese momento, volviendose más fogosa, más intima.
Allí estábamos en el almuerzo solo de ropa de dormir con nuestros dedos entrelazados mientras almorzabamos luego de tal maratónico encuentro.—Mi casa no es motel, tuve que sobornar a los médicos para que no hablen y se retirasen sin decir nada. Tu debes aún tratarte, estás aún delicado. Podrían haber sido más discretos, y tú Ismael más cuidadoso todos escucharon tu: ¡Tragatelo todo y dime qué soy tu macho! Al menos tú esposo supo mantener bastante la compostura que solo uno que otro gemido nomas oyeron.
Espero no se repita, o al menos tengan más consideración

—¿Médicos?¿Gemidos?  —En eso mire a Ismael, y recordé que el estaba delicado, que el estaba con sus enfermeras hasta hace unos días. Mi rostro se volvió rojo de la vergüenza.  ¿Con qué cara los vería ahora?. Me habían oído tener intimidad, comportarme como un sucio inmoral.  —segui con la comida sin poder decir nada, sin poder mira a mi suegro ni a Ismael de esa misma vergüenza que me había hecho pasar.
Terminé de almorzar mi plato, y el resto de comida que Ismael dejo para luego irme a la habitación ante el ambiente tan tenso que se respiraba.
Ismael me siguió para antes de cerrar la habitación gritarle a su padre : ¡Pues ahora prepárate porque serán más fuertes! Nos verás solo para la cena.
—¿Qué? —girandonme me tiro ala cama y volvimos a la acción.

Empezamos un viernes y terminamos un domingo a la noche.
Fueron 3 días acalorados donde solo salíamos del cuarto para las necesidades básicas de ir al baño y comer.
Terminando el domingo a la noche durmiendo bien enpiernados juntos oyendo nuestras respiraciones: ¡Te amo! No sabes cuánto Ismael.  —El solo recibió mi beso y simplemente me respondió con un ¡Yo también te quiero! Dejandome aquella angustia en el pecho, yo no lo quería. Yo lo amaba, y aún después de todo lo que habíamos hecho , solo me quería.
Mientras el dormía tranquilo, yo seguía torturandome con el “Yo te quiero”, ¿Por qué era tan difícil amarme? ¿Qué más debía hacer para demostrar mi amor por él? Acaso debía… recordando sus proposiciones, y su terquedad por ser un Alfa y que yo finja ser un Omega. Quizás si sacrificaba mi dignidad quizás si dejaba mi orgullo de lado, el se daría cuenta de mi amor loco por el y logré ser dueño de su corazón, pero eso solo seria una de las peores decisiones de mi vida.

Continuara….

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