Sí, un niño vulnerable que paso su vida pariendo niños en la marginalidad de la calle su nombre era Damian, un Alfa de mi edad que lideraba a esos Omegas como si fuese un hormiguero y el fuese la hormiga reina.
Aunque detrás de esa apariencia dura había un ser aterrado y con miedo. —Dime, ¿como es que terminaste en la calle?
—¿Quién yo? -Se sorprendió señalándose mientras cocinaba en aquella olla bastante grande para sus múltiples crias —Yo yo, no se. No recuerdo mi vida solo se que un día, estaba aquí esperando al mas grande y eso se volvió una constante. —Sabía que algo ocultaba, sabía que eso no era verdad, este muchacho no pudo nacer en la calle, pero me sorprendió el "una constante..." —¿Cómo qué una constante? Alguien te tuvo que preñar, esos niños tienen un padre ¿o no?.—Eh de que hablas, yo soy su padre.
—No, tú eres su madre, aparte deben tener su padre. —Su cara de asombro me dejó con más dudas. Traté de explicarle la situación de que no podía simplemente quedar preñado así de la nada, pero él aseguraba lo contrario, mientras pelaba y cortaba papas para agregar al guisado que elaboraba. El olor a cerdo guiarse junto con las verduras para luego cocerse con el agua era delicioso, los Omegas miraban el fuego fijos sin moverse como si estuvieran hipnotizados, guiados por el vibrante rojo que cocinaba sus alimentos.
En eso uno de ellos intentó tirarse al fuego por lo que la madre uso una especie de voz de mando ¡Alto! y estos obedecieron quedándose quietos. Su voz fue tan fuerte que yo y León nos asustamos.
Sin duda aquel Alfa era temerario.
—¡Padre! Ya va estar la comida tengo hambre.
—Calmate no ves que falta que se cocine las papas y debe poner el fideo. —El mayor de los Omegas trataba de calmar al más chico de estos.
Empecé a notar que eran tan identicos demasiado identicos a su madre, viendo las cualidades de este en su forma mounstro era imposible que fuera eso, ¿o si? ya que sino serían Alfas dominantes a menos que allá una mutación.—¿Cómo quedaste del último?
–No lo sé, como el resto simplemente me sentí mal y estaba.
—Seguro nunca tuviste pareja.—Segurisimo.
—Puedes mostrarme tu forma mounstrosa una vez más —Lo hizo, una alas negras como la de un murciélagos, piernas de lobo, garras como la de un gato montes, sus escamas era parecida a la piel de un camaleon y pequeñas hojuelas por encima que asemejaba a las hormigas precisamente a las termitas blancas, sus ojos eran grandes y brillante. —Wua eres mezcla interesante tienes características de una termita y de una hormiga reina.
Por lo que aunque es superextraño técnicamente te estas autoclonando, estas sufriendo un proceso de partenogenesis, pero debido a alguna mutación y tu condición monstruosa estas teniendo puros Omegas Dominantes.
Pero por lo poco que se y me acuerdo del colegio, ¿por qué lo haces? Dime tu estas aterrado ¿no? Por eso te autóclonas involuntariamente. —El comenzó a llorar —Yo huí de un laboratorio de la IMOAM, me tuvieron encerrado, al ver lo que podía hacer, era su trabajo de años. Nací allí en el servicio de Ciencias Tecnológicas de la IMOAM, ellos creían que mis feromonas eran únicas me tenían encerrado sin salir al mundo, siendo simplemente un experimento más huí en el pleno proceso de experimentación cuando descubrí que podía camuflarse, Me sometían a calor, frío, hambre y golpes extremos esperando a esa tal partenoginatis que tu dices sucediera. Nació el primero, y luego cada cierto tiempo vuelve a pasar. No lo puedo controlar, no lo puedo evitar.
Simplemente suceden y no puedo detenerlo. —Me dio tanta pena que lo abracé mientras León acariciaba su rostro —Ta esta, ta esta.. –Sin duda León sería de grande el ser más comprensivo que hubiese.
No sabía cómo ayudarlo el miedo generaba ese proceso, pero también es el que lo mantenía a salvo ya que potenciaba sus sentidos y su feromonas que sin dudas eran especiales, al igual su capacidad de camuflarse y de controlar a sus hijos con solo ordenarlo.
La comida estuvo al fin, y sin dudas era deliciosa y calentita.
Para luego irnos a dormir donde estaban todos amontonados con múltiples frazadas y él usar sus feromonas para ocultarnos a todos de cualquier peligro que estuviese fuera rodeandonos, acechandonos, como el sniper loco que me persigue.
Mañana debia retomar mi viaje hacia el orfanato para poder poner a salvo a León y esperar que el destino tenga piedad de mi.
Continuara...