Advertencias; Este capítulo no es apto para menores de 21, puede contener escenas como: abuso, violencia, maltrato psicológico ect. Leer bajo su riesgo.
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Aquel hombre me dio el trabajo a cambio de que enderezara a su hijo por el buen camino, este era un Omega hermoso, unos ojos azules, un cabello rubios y unos rasgos androginos que lo hacían sin duda el Omega más pretendido en esa época, su unico defecto a el le gustaba los Omegas.—¡Hola hermoso! Que tal si salimos —Mi Ego era tanto que no podia asimilar que me hubiese rechazado, que no era de su agrado ¿Qué Omega en su sano juicio preferiría un Omega antes que un Alfa, un Alfa Dominante? Pero su respuesta fue —"No me gustan los Alfas, y aunque me gustaran nunca saldría con un tipo como tú..." —Fue en ese momento que se volvió una obsesión, un capricho, una forma de sanar mi ego herido ante tal comentario, no pararía hasta que ese Omega fuera mi esposo y la madre de mis hijos, pero no me di cuenta que todo terminaría mal para mi.
Su padre quería enderezarlo urgentemente y que me casará con él, quería que su hijo no anduviera en la boca de todos, a cambio me daba un puesto de gerente en su empresa y cuando este muriera, administraria sus bienes, pero eso no me interesaba, me interesaba aquel Omega que me rechazaba. Durante meses, le insistí una y otra vez hasta que lo encontré en la bodega teniendo sexo con otro Omega, un Omega que si era bonito pero nada más. Fue allí que tuve la estúpida idea que luego me condenaría para siempre, y por siempre.
—Sino te casas conmigo denunciare a tu amante a la IMOOM, y sufrirá un infierno en persona. Estas dispuesto a condenarlo, a condenar al wue dices querer.El acepto, al cabo de un mes estábamos en el altar. Sin duda fue el sexo más seco, frío y sin amor que jamas pense tener en mi vida, lo peor que así seria a partir de ese día. Un acto meramente rutinario, y no un acto de amor.
Esa noche dormí en la bañera mientras me descargaba de forma manual y el agua bajaba ese calor interno que aún quedaba en mi.
Mi infierno comenzaba, el aprovechaba cada descuido cada que me iba para hacerme el hombre más cornudo de todos, para hacerme sentir miserable —Lo volviste a ver. Eres un miserable eres mi esposo, no puedes andar de golfo con ese Omeguita de mala vida. —El solo me miro de arriba a abajo y me abofeteo, a mi a su esposo —Tú no eres mi esposo, eres mi carcelero. Yo no te amo ni lo haré nunca. No me atraes ni lo harás jamás... "Mientras relataba esto, aquel que decía ser mi hijo, solo me acariciaba el rostro mientras yo seguía llorando y recordando, relatando el pasado, hurgando en el.
El chismoso de a lado solo miraba el piso con la cabeza gacha con vergüenza como si hablara de él, pues si era de él, en cierta forma.
Pero ya esa parte de él, ya no existía habia muerto, y solo existía esta nueva, o, quizás esa sí seguía y está solo era un triste disfraz o una dulce mentira. Solo dijo entre susurros a punto de largarse a llorar —¡Perdón! Te hize mucho daño. —Agarrándome la mano aquella que alguna vez fue mi Omega el esposo que me hizo sufrir el peor de los desamores, al cual para todos interne en el IMOOM por venganza por encontrarlo con otro, al cual mande reeducar, pero no este se fue y renació como un simple Alfa, que ahora era mi amante secreto.Continuara...