Capítulo 29; Una vida comienza en un mundo cruel

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Advertencias capítulo apto para mayores de 21; puede contener escenas sensibles.
Leer bajo si propio riesgo.

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Abraze a otro Omega que no era mi esposo, ¿cómo se lo diría? Me sentía sucio, inmoral, un vil infiel.

Estaba temblando mientras Lisandro seguía hablándome  —Santiago, ¿cómo era tu mamá?

—¿Mi Mamá? —Aquella pregunta me dio justo en el corazón, justo en una herida que no sanaba. —Yo no conocí a mi madre, ella era murió en el parto. —Nunca logré conocerla solo conocía un espectro a travez de sueños, que quizás solo era producto de imaginación por un deseo muy profundo de tenerla viva y conocerla.

—Que triste te criaste solo con tu papá, yo no tengo papá.

—Mi papá falleció antes que yo naciera Lisandro, yo me crie en un orfanato. —Allí estábamos los dos cuchicheando debajo de todo el abrigo abrazados al Omega mayor que seguía en un sueño profundo acunandonos con su féremonas, protegiendonos con su olor materno.

—¡Que triste! Mi papá abandono a mami, y mami tuvo que huir conmigo. —Si lo abandono ¿Por qué huir? A menos que quizás allá algo que no le haya contado, pero ¿Quién era yo para opinar?

—¡Que triste Lisandro!, pero al menos tienes a tu mamá.

—Te la presto, te presto a mi mamá. —En eso el Omega mayor empezó abrir los ojos mientras acariciaba mi pelo  —Ves Lisandro que lindo queda tu pelo si te lo cepillas a diari.. —Mirandome ahí todo apachurado mientras su hijo estaba del otro lado.  Nos miramos un rato —¡No que eras un adulto!

—Sí

—¿Por qué me estas abrazando?

—No lo sé, ¿Puedo?

—No.

—No seas malo mami, él no tuvo papás

—Lisandro, y ese que tiene que ver no por eso voy a dejar que me abraze, no es mi hijo. Acepte que no acostaramos los 3 porque el frio está muy fuerte nada m.. ¿estas llorando?

—No. No estoy llorando, solo estoy sudando.

—¿Por los ojos?

—No estoy llorando. Solo estoy pensando en algo y me puse triste nada más.

—Puedes abrazarme si quieres.

—¿En serio?

 —Viste que estabas llorando por eso.

—¿Puedo abrazarte o no? —El embarazo me ponía sensible, demasiado. Necesitaba a mi madre, a una madre. Por lo que durante ese tiempo aquel Omega se volvería mi figura materna que jamás tuve.

—Esta bien, pero solo porque estas en espera, nada más.

—Ves Santiago, ahora somos hermanos, solo no te robes a mi mamá.. —Acaso eso sentía estar en una familia, sentir el calor de un hogar, aunque sea en la indigencia.

Jamas tuve necesidades mis padres me habian heredado muchas cosas, pero de que servia eso si estaba solo en ese mundo, sin nadie a quien pedirle un abrazo o una caricia, ahora al fin podia conocer la calidez de una madre, aunque solo sea momentanea.

Esa semana los vomitos eran sin duda horrendos, pero luego mermaron un poco

Fue entonces que aquel Omega de nombre Agustín me llevó a la cita con un doctor en una clínica de Beta, para que pudiesen medicar y tratar mi embarazo —Tienes dos meses. Dime quieres interrupirlo.

—Nooo, yo quiero tenerlo, pero necesito contactar con mi esposo no se donde esta.

Quiero que mi bebé crezca en una familia, no quiero esta vida para él. —Llorando mientras él médico me hacia la ecografia y yo veía a travez de aquel monitor aquella bolitas pequeña que era mi hijo formándose, mi pequeño, para tocar la pantalla y poder acariciarlo.

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