Advertencias capítulo no apto para menores de 21; puede contener temas altamente sensible.
leer bajo su propio riesgo.----------------
Mi Omega luego de varios día de coma, había despertado, en total despertó luego de dos semana de haberme mudado a la casa de su padre.Al despertar yo estaba a lado de él, sentado mientras leí aquel libro, un ejemplar encontrado hace unos días, antes de que la IMOOM mandara a quitarlo del mercado por incitación a la rebeldia, su autor ahora estaba profugo, y el estado ofrecia recompensa millonaria por quien lo entregase, antes de la quema de estos a cuadras de aquí puede ver uno de los libros, era de pasta gruesa y tenia un aroma a rosas que inundaba cada página.
Su título era atrapante se llamaba "El hombre que tenía dos vidas"
La historia se trataba de un joven Alfa que al casarse descubre a su Omega no es un Omega , sino un Impuro. Por lo que toma la decisión de acabar con su esposo por tal mentira, pero antes decide compartir todo unas vacaciones antes del día pactado, pero este se va postergando por ciertas razones.
—"Allí estaba mi radiante esposo, cuidando a nuestro bebé, bañandolo para nuestro paseo semanal, dejándolo bien vestido, para luego sentarse a darle el pecho.
¿Cómo pudo mentirme de tal manera? Mientras lo veía, amamantar. Mi rabia seguía alli, había sido engañado, yo creía que me había casado con el más bellos de los Omegas, pero era un vil Impuro un asqueroso Alfa Impuro. —Amor ¿Te pasa algo?
—Nada.
El solo me sonrio y siguió con lo suyo, siguió con su mentira.
—¡Papi! Hazme upa. —Mi hijo mayor, me pedía brazos, alzarlo para abrazarlo. Lo hize lo cargué, me daba pena ¿Qué sería de esos 2 criaturas cuando el día llegase? El día que él impostor cayera.
Lastimamente el hijo en su vientre, ya no tendría la misma suerte. Se iría de este mundo junto con su cruel madre ¿o quizas podría esperar a que lo tuviera? Solo debía aplazar unas semanas más el día pactado"
—Santiago, ¿que paso? —Al escuchar su voz, levante la mirada, y lo vi mirandome aturdido sin saber que había pasado. —¿Cuánto tiempo estuve dormido? —Tiempo no lo sabía bien, pero estaba seguro que fue mucho, busque en mi agenda el día que se disparo, y busque la fecha actual sin dudas que fueron muchos, en total había 'dormido' un mes y medio. —Estuviste 6 semanas en coma, cariño, pero no te preocupes yo estoy aquí contigo —Tomando sus manos, para luego besar su frente. —¡Te amo! Y siempre te amare. —Él seguía estupefacto con una mirada de asco ante mi para solo responder con un —Yo no, y nunca lo haré. ¡Jamás lo haré! Prefiero morir, ¿Por qué no me dejaste morir? —Tratando de golpearme —Yo solo pude sujetar sus muñecas mientras trataba de atacarme —¡Jamás te dejaría morir eres mi Omega, y te amo más que a mi vida!. —Decir tales palabras lo hicieron enojar el triple
—Yo no soy tu Omega, no soy Omega de nadie, no soy un Omega. —gritando para luego su padre aparecer ante el escándalo junto a un médico para que pudieran sedarlo. Escuchando sus exclamaciones de odio hacia mi —¡Te odio! ¡Te odio Santiago! ¡No sabes cuanto! —Una vez sedado solo acaricie su rostro y respondí a sus gritos anteriores con un —¡Yo no! ¡Yo no puedo odiarte! Te amo mucho Ismael. —Iba retomar mi libro, pero mi suegro me sujeto el hombro —Vete a descansar, lo mejor es que antes de hablar de vuelta contigo, Ismael se tranquilize por completo. No esta bien esta muy alterado y pude decir cosas que quizás no siente, dale su espacio ¿Si? —solo asenti, y me retire a la habitación que mi suegro me cedió, y me acosté a dormir.
Al cerrar los ojos la pesadilla de aquel tipo encima mío había regrasado, mi cuerpo estaba paralizado por completo, como si algo o alguien lo retuviera, solo podía ver la puerta, ni siquiera la cabeza podía mover, pero aquel sonido si podía oírlo ¡No escaparas te haré mio! ¡Quieras o no! —Pero entonces desperté y grite. La puerta se abrio, mi suegro vino ante mi grito, y me preguntó que me pasaba.
—¡Nada!
—Yo ya pase esto con Ismael, tuviste una pesadilla de aquel abuso no.
—No.
—Te dije que puedes contar conmigo como si fuese un padre. Solo suéltate, confía en mi.
—Yo no puedo, yo no se lo que es tener padres, jamás tuve papás.
No se lo que es eso.
Mi papá murió cuando yo estaba en el vientre, y mi madre cuando yo nací. No conocí a ninguno, me crie en un orfanato. —Irónico que el mismo orfanato donde me crie sería el lugar donde muchos años después dejaría a mi bebé, a mi razón de vivir. Comprobando que uno siempre vuelve a su lugar seguro, y yo volví aunque no esperaba de esa forma.
Mi suegro solo me contuvo para luego dejarme solo, mientras iba a hablar con Ismael que se despertó otra vez y gritaba de que quería irse, sin darse cuenta de que ese no era un hospital sino la casa de su padre.
Fui hasta donde estaban, y el me miró con odio pero más tranquilo.
—¿Estas bien Ismael?
—Sí, solo no me digas Ismael. Me llamo Isaac soy un Alfa, no soy tu Omega.
—Sí, Isaac, eres un Alfa y yo soy Santiago soy tu Omega. —Lo dije en un tono sarcástico para que entendiera que eso no se podía, no podía simplemente cambiar su forma de ser porque el quisiera.
El me miró sorprendido, sus ojos brillaban como si hubiese dicho algo que el esperará, una ilusión. —¿Serias mi Omega? Serias capaz de hacer eso por mi.
—No, solo lo dije para que entendieras la tontería que dices —Pero no me oía se había metido esa idea en su cabeza, y nadie se la quitaría. —Eres un Impuro ahora que lo piensa, no sería difícil que piensen que seas un Omega, ¿Serias mi Omega? Nadie se daría cuenta, yo sería feliz, tu también.
—No, no lo haré. Soy tu Alfa Ismael, metetelo en la cabeza. Yo no soy un Omega ni fingire serlo.
—No, eres el Alfa de Ismael, pero serás el Omega de Isaac.
Mi Omega, mio.
Si tu haces esto por Isaac, Ismael hará cosas por ti.
Efectivamente mi esposo había perdido la cabeza por completo.
Continuara...