El sol ya se había puesto, nos fuimos despertando para ver a León ya madrugando preparando el desayuno. —¿Tan temprano?
—Marco, desayuna temprano o se pone de mal humor.
—¿Por qué no cocina él? No tienes manos ¿o que? Trabajas y encima le cocinas.
—Marco, es especial si fuera por el trabajaría, pero con su embarazo no puede. Solo mira esto lo hizo él con sus manos, el soldó nuestra caño y corto esto, puso la luz.
Pero si habrás notado su piel es delicada. Lo mismo que su visión.
—O sea no sirve para nada.
—Santiago
—¿Qué? Es la verdad.—Al girarme el tal Marco, estaba atrás mío con su cara de pocos amigos despeinado y enojado. —Y ahora me dirás que está enojado ¿Por qué tiene hambre?
León solo asintió.. —¿León cual es el deber de un Omega?
—Cumplirle a su Alfa, alimentarlo y darle placer.
—Y porque le serviste primero a él, y más grande que a mí. —¿Quieres que te lo cambie?.
—No. Quiero que se lo quites y me armes a mí uno nuevo más grande.
—Al de él se me cayó el suelo, y lo frite igual Marco. Por eso se lo di a él no a ti. —El tóxico sonrió y se comio su huevito sin rechistar, sonriendo. León solo me miró y movió su cabeza haciendo gesto diciendo que comiera tranquilo.
—Pense que lo mejor sería que nos vayamos en la casa de mí papá allí es grande, y tendrán su privacidad.
Tú Lucas vendrás con nosotros, buscaremos a tu padre.
—No. Aquí estamos bien, pronto nacerá el bebé y con lo que yo gane, León dejara de trabajar y cuídara al bebé, compraremos una casa.
—Me estás jodiendo, están en la calle, te estoy dando la oportunidad de vivir bien. —Sin duda aquel mocoso me estaba hartando.
—No me importa.
—Ire a comprar, vuelvo en una hora —Leon se fue, y nos quedamos los 3
Ismael, Lucas y yo, solos con él. —¡Vamos di algo! - Lo sabía era un patán solo se mostraba agresivo cuando León estaba, pero solo, estaba aterrado.. —Dale dí algo, no se muévete.
—No me moveré, no estoy loco se que si los atacó me golpearan la panza. Yo no les agrado ni ustedes a mí, buscarán la forma de separarme de León.
—¿Qué? Estás loco para que golpearte la panza si con solo matarte ya está.
—Sanriago, basta. —Ismael no me deja divertirme con el patán ese.
—Siendo así deberé matarlos a los dos, y si te metes Lucas seran 3.
Cuando León llego todo era caos, su Alfa atado, yo todo magullado y Ismael rasguñado por defenderme.
—¿Que paso?
—Esta loco, un salvaje, pero bueno agarra tus cosas que nos iremos de aquí.
Cargamos las cosas en el vehículo de Ismael para luego poner al Alfa allí en el baúl donde no lo vieran algún oficial, y junto con Lucas se fueron a la casa de su padre mientras yo y León iríamos a la ciudad a buscar el mío de allí irnos.
Mientras charlabamos y platicábamos.
—Ese muchacho es malo para ti
—Lo se, pero lo amo y el me ama. Está celoso porqué yo encontré a mís padres, pero ya se calmara.
—Esta bien, sabes tienes hermanos.
Uno grande, y uno pegadito a ti, pero no sé nada de ellos.Leon solo me abrazo mientras caminábamos juntos...
....
Al llegar a la casa de mí suegro, esto nos vio sorprendido. Muy sorprendido. —Tu eres mí nieto. —se que lo que hizo lo hizo por proteger a Ismael, pero aún le tenía algo de rencor. Ahora que recordaba todo, lo vi un rato, mire a Ismael, mire a el a Ismael para luego —¡Tú padre tiene otra de familia! Está un embarazo geriátrico. Tienes hermanos Ismael.
—Ya lo se, Santiago. Yo lo acompañó en los controles. Mí papá se casó hace muchos años, cuando saliste de la IMOAM, se casó con el oficial que sirvió de aval, van por su quinto hijo, viven en otra casa, pero vino para conocer a León. Por eso está casa es la mejor opción.
—Al parecer ese oficial si le tenía ganas a tu padre.
—Santiago, basta.Preparamos todo para que León y su Alfa pudieron acomodarse, pero sin dudas serían días y meses complicados con el carácter que ese muchachito se cargaba...
....
Al fin, al fin había encontrado a mi madre y ahora viviríamos en una casa como una familia. La vida nos sonreía al fin hasta que —No le gusta esto, me quiero ir. —Mi Alfa mí caprichoso Alfa, no le agradaba el ambiente.
—Es lo mejor para ti y el bebé.—Lo mejor para mí, y el bebé es que me hagas caso no vayamos de aquí a nuestro hogar.
—¿Nuestro hogar? ¿Un caño de hormigón?
—Sí, que más quieres ese es nuestro hogar, no aquí. ¡Vámonos!
—Marco, nuestro hogar será cualquier lugar donde ambos estemos juntos.
—No quiero estar aquí.Aplicándome la ley del hielo para castigarme por no ceder en su capricho.
Continuara...
[Volvió el punto de vista de León]
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Desde ya mil gracias por darle la oportunidad de leerla