Capítulo 49: una vida comienza en un mundo cruel

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Advertencias capítulo no apto para menores de 21; suicidó, muerte, smut, erotico evt

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El bebé de Agustín ya había nacido. Lisandro estaba superemocionado por la situación, su hermanito al fin llego. Un Alfa un pequeño Alfa de nombre Benjamin había llegado a este mundo.

—Tú hermano al fin nació debes estar contento. Lisandro

—Sí, ahora solo falta mi sobrino. —Acariciándo mi vientre ya notable —¡Holis pequeño León!.

León, así decidió Lisandro que se llamaría mi pequeño.
Me gustaba el nombre, era el nombre digno para un Alfa, pero ¿y si no era un Alfa? ¿Si era un Omega?. ¡No importa! ¡Lo protegería siempre!.
Mi pequeño León.  En eso Ismael cedió al piso fue tan rápido, que no tuve tiempo de agarrarlo de no ser por Lisandro, Ismael se hubiese lastimado.
—¡Ismael, Ismael! —Él no reaccionaba, estaba palido. —Santiago me muero, me muero.

—¿Qué te pasa dime?

Su padre al verlo lo tomó y lo llevó a la clínica, fueron horas duras, hasta que el doctor salió.
¡Mi Omega había intentado quitarse la vida! ¡Otra vez! Pero ¿Por qué?.
Su padre  solo cerraba los ojos como si supiera que pasaría.
—Hoy no es un buen día, y el parto de aquel Omega fue lo que colapso.
—¿El parto de Agustín? ¿Qué tiene que ver...? —En eso vi la fecha y reaccióne, ese día era el día que él había tenido a su hijo. Ismael casi no hablaba del tema, era muy cerrado, una herida abierta que sangraba y sangraba que lo haría más y más año tras año.
Ese niño tendría la edad de Lisandro, según mi suegro ese niño era un Omega, un Omega que no sobrevivió y murió.
Me sentía culpable, debi prestarle más atención vigilarlo más. —Debi cuidarlo más, soy un pésimo esposo. Debi ver por él.
—No no es tu culpa, fue mía por no dejar que viera a ese niño, por no dejar que viva su luto, él no puede aceptar que ese niño murió. Simplemente no puede, no puede aceptarlo.

Fueron 3 días, 3 largos días.
—¡Perdón no se que pasó! ¡Perdóname! —puse mi frente junto con la de él —¡Tranquilo! Todo estará bien, todo.
—Me duele, nunca lo vi, y si esta vivo, y si me necesita, y yo no puedo ayudarlo.
—Ismael cuando todo se solucione, exhumaremos para que puedes estar tranquilo y sobrellevar tu luto.

—¿En serio Santiago? Me lo prometes.

—Sí. Te lo prometo Ismael te lo prometo.

....
Al llegar a la casa Lisandro cargaba un pequeño, para presentármelo, el pequeño benjamín.

—Es hermoso no.

—Sin duda lo es, es bellisimo. —Ismael solo sonrio y lo vio un largo rato.
Nos fuimos a dormir una siesta. El se coloco al lado mío mientras yo estaba en bóxer, mi vientre ya se notaba bastante. Por lo que me dispuse a leer algún libro, mi Omega me acaricio el vientre para luego decirme —¡Me dijiste que el segundo trimestre es el más seguro...! ¡Que tal si lo hacemos, Santiago! Dime me dejas ponerte de a perrito. —Me susurro al oído, sonrojandome —¡Ismael! -Se levantó a cerrar la puerta con llave, poniéndose encima mio mirandome con sus profundos ojos azules.
—Esta bien, pero ten cuidado solo la punta. ¡Me oyes!

—Sí.
...

¡Awwwwww! —Él me jaloneaba el pelo mientras me hacia suyo, cada movimiento era más placentero que el anterior un movimiento cuidadoso y delicado pero altamente placentero. Estábamos en pleno faje cuando empezaron a golpear la puerta. —¿Estas bien Santi..? Escucho como que te duele algo. —Dios mio me había olvidado de Lisandro.
—Sí, estoy bie...n trataba de contener la sensación se placer, pero se me era complicado. Lo bueno que Lisandro entendió y no volvió a llamar. Estábamos por terminar cuando Ismael me nalgueo.
—Me nalgueaste, me golpeaste. —se me aguaron los ojos y la sensibilidad salio a flote.
Por lo que ahí estaba de costado frotando mi muslo y llorando debido a que andaba con las hormonas a flor de piel.
—Solo fue una nalgada nada más.
—Me pegaste.
—No lo volveré a hacer, calmate.
—No puedo.
Por lo que termine durmiendo llorando mientras el me abrazaba frotando mi vientre.
En eso aquel sueño se hizo presente aquel hombre rubio de ojos azules se hizo presente era un Omega identico a mi Omega, pero no era mi Omega entonces ¿Quién era?.
Era muy joven para ser mi Omega o mi suegro ¿Quién era aquel jovencito?
Era como de la edad de Lisandro ¿Quién eres?
—Vendré y me robare a tu amado Ismael, el solo será mío.
—¿Quién eres?
—Yo soy el que no debió nacer, su hijo...
—¿Qué? - desperté asustado ante tal sueño extraño para luego dormir nuevamente con aquel mal sabor de boca.

Continuara...

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