Voy a terminar de subir esta historia aunque sea lo último que haga, lo juro >.<
***
Alexandra
Solo podía escuchar una máquina y voces a la distancia. Quería moverme, pero era como si mis párpados estuvieran sellados.
De pronto, las voces se hicieron más claras. Había escuchado a mis hermanos murmurando suficientes veces como para saber que estaban a mi lado.
Alguno mencionó el nombre de Aiden, y eso fue lo que me dio el empujón final para abrir los ojos.
Ambos me miraron con sonrisas enormes en sus rostros. Ojeras oscuras cubrían la parte inferior de los ojos de Tammy y Travis.
—Duende, estás despierta —Tammy fue la primera en acercarse a mí. Sus manos tibias enmarcaron mi rostro mientras me miraba con ojos vidriosos—. ¿Cómo te sientes?
Me costó unos segundos encontrar mi voz, y cuando lo hice, fue apenas un susurro ronco.
—Como si me hubiera atropellado un camión.
—Luego de todo, estás tan bien como podríamos esperar —dijo Travis y apretó mi mano.
—¿Dónde está Aiden? —pregunté, sin tener la decencia de esperar aunque fuera un minuto.
Ambos se miraron. Tammy soltó una risita y Travis rodó los ojos.
—Justo afuera, Alex. Solo lo dejaron entrar a verte unos minutos gracias a la intervención de su padre, pero no se ha movido de la sala de estar en 24 horas.
—¿Está bien? —pregunté, preocupada de pronto. No tenía idea de qué había pasado.
—Claro que está bien —me aseguró Travis—. Todo está bien. Pero Alex... ¿tú estás bien?
—Sí, estoy bien —murmuré, porque a pesar de mi experiencia traumática, finalmente estaba a salvo, con todas las verdades reveladas.
—Alex, sé que esto es difícil de responder, pero estamos aquí contigo. ¿Sí? ¿Hizo Jake...?
—No —me apresuré a responder—. No me hizo nada, absolutamente nada.
—Gracias a Dios —murmuró Tammy y apretó mi mano junto con Travis, que me miró con una sonrisa triste.
—¿Estás segura? —insistió mi hermano.
—Además de ser un dolor en el trasero, no me hizo nada —aseguré—. Estaba... obsesionado con ganarse mi confianza. Además del miedo, no me pasó nada.
—Está bien. Eso es bueno, muy bueno —Travis soltó un suspiro largo, como si hubiera estado conteniendo la respiración todo el tiempo.
—¿Dónde están mamá y papá? —pregunté. Ya había estado en el hospital antes, y era siempre mamá quien estaba conmigo como mi tutora legal.
Ambos se miraron, como si no estuvieran seguros de qué decir.
Finalmente, fue Travis quien habló.
—Papá está en la cárcel, hermana —dijo Travis y yo casi suelto un alarido—. En estas 24 horas, han pasado demasiadas cosas. Quizá quieras descansar antes de que te cuente.
—No, ya he descansado suficiente —murmuré atropelladamente—. Cuéntame qué sucede.
Travis me contó tan resumidamente como fue posible. Luego de que Aiden me encontrara en el bosque, Travis lo siguió de cerca. No sabía cómo, pero mi hermano había logrado involucrar al FBI, que estaba encantando de tomar un caso de alto calibre como este. En tan solo minutos, habían capturado a Jake, sacado una confesión y puesto a mi padre a disposición de las autoridades. En 24 horas, lograron recabar suficientes antecedentes no solo para ponerlo a él a disposición de las autoridades, sino que también a mamá, cuyas cuentas personales también estaban ligadas a varios casos de corrupción y malversación de fondos. Todas las cuentas familiares estaban congeladas, incluidas las de Tammy mientras duraba la investigación. Por suerte, Travis tenía varios ases bajo la manga y nos dijo que no deberíamos preocuparnos por dinero, nunca, lo que fue un gran alivio, porque nos gustara o no, el dinero hacía las cosas más fáciles.
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The wrong side of town - Parte I y II
RomanceAlexandra King es una reina; la reina de la escuela, la reina de toda la ciudad. Hija del alcalde de Sylver Valley y capitana de las porristas, se encuentra en la cima de la pirámide social, pero tiene un pequeño secreto. Está enamorada de quién no...